
El morbo, la variedad, hacer realidad fantasías sencillas e inocentes o simplemente el hecho de desear que tu pareja se convierta en «otra» persona pueden ser razones suficientes para pedir a tu «partener» que se disfrace antes de ir a la cama. De todas formas, hay que tener en cuenta que estamos hablando de una fantasía muy inocente y nunca de una perversión.
Mientras los hombres disfrutan con que sean las mujeres las que adopten un rol diferente, ellas prefieren ser las que se disfracen o simplemente las que hagan el papel que siempre habían deseado. A la hora de adoptar nuevos personajes o disfraces, hay que tener mucho cuidado de no perder nunca el contacto con la realidad y de no pedir la entrada de terceras personas en un juego que ya de por sí tiene muchos personajes y que puede llegar a ser muy, pero que muy excitante.
Disfraces para cumplir una fantasía sexual

En el caso del disfraz de colegiala, nos ponemos justo en el caso opuesto. Es él quién toma las riendas de la relación y el que se ofrece para iniciar en el sexo a esa jovencita que se le acaba de aparecer en su cama o a la que sorprende tocándose por primera vez.

Hay muchos disfraces con los que jugar, tan sólo te tienes que poner de acuerdo con tu pareja para escoger los que más os gusten, porque recordad que hay que estar más o menos de acuerdo con qué roles están dispuestos a aceptar cada uno para que luego no haya problemas ni situaciones incómodas. En este caso, los disfraces son un juguete para amenizar las noches de sexo y por qué no, descubrir facetas de tu pareja que seguramente no conocías.





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