
El no tomar la iniciativa cuando alguien te gusta puede ser por varias razones. No es sólo por desgana o por pereza, sino que también puede que no se atrevan, que sean tímidos o que simplemente se vean cohibidos a la hora de dar el primer paso. Es un miedo casi enfermizo a sentirse rechazado, a que su acercamiento no siente bien a la otra persona, por lo que prefieren no hacer nada antes de equivocarse. Cuando el error garrafal, como casi siempre, es no intentarlo.
Se ha demostrado que en la mayoría de los casos, una actitud activa en nuestras relaciones ofrece mayor garantía para la satisfacción de nuestros objetivos que una actitud pasiva. Y es que aunque sea más cómodo ponernos cómodos y esperar que la otra persona se acerque, nos declare su amor, nos cuide, nos mime y nos haga feliz, lo mejor que se puede hacer es coger el toro por los cuernos y lanzarnos nosotros a la conquista del ser amado. Muchas veces escucharemos un sí por respuesta, mientras que en otras ocasiones seremos rechazados y debemos acostumbrarnos a recibir un «no» por respuesta sin hacer un drama de ello.

De esta manera lo que se consigue es que ninguna de las dos partes se «canse» de tirar del carro, de manera que se elimine la tensión que a veces produce mantener relaciones sexuales y se consiga además que las dos personas exploten todo su potencial sexual mejorando así la vida en pareja.
En definitiva, lo que buscamos todos es que nuestra pareja nos sorprenda tanto a nivel sexual como en nuestro día a día cotidiano sin darnos cuenta que también nosotros debemos tomar la iniciativa e intentar que nuestra pareja se sienta especial. Así que ya sabéis, tomar la iniciativa tanto en tus relaciones sexuales como a la hora de buscar el amor es una premisa básica para conseguir nuestros objetivos y no pasarse la vida esperando al hombre o a la mujer de tu vida hasta que te das cuenta que has desaprovechado muchos años por no dar un paso que una vez dado, ya no parece tan complicado.





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