De putas por Valencia para celebrar la graduación

Hola, mi nombre es Roberto, un chico de Valencia que cuando acabó la carrera quería pegarse la mejor fiesta de su vida, y eso fue lo que hice.

Ya nos habíamos graduado todos mis amigos y yo, por lo que decidimos juntarnos para decidir que íbamos hacer para celebrar nuestro título académico.

Comenzamos a decir de ir a las típicas discotecas de la ciudad pero esta vez yo quería algo mejor algo que pasase a la historia y propuse irnos de putas por Valencia. Al principio mis amigos no les convencía la idea pero poco a poco les fui convenciendo. Al cabo de una hora ya nos encontrábamos en la búsqueda de una buena puta para poder disfrutar al máximo. Acabamos en un llamativo local, al entrar era todo muy elegante, todo muy bien decorado y a los pocos segundos se me acercó una preciosa chica de 1,70, rubia, ojos azules, lo mejor que había visto nunca. Me cogió de la mano y yo sin dudar la acompañe a la planta de arriba, la cual se podían ver varias habitaciones.

Me acuerdo perfectamente, entre por la segunda puerta a mano derecha, me senté en la cama mientras ella se daba los últimos retoques. Cuando apareció y se puso en frente de mí mi pene se empezó a poner bien duro, se me acercó a mi oreja susurrándome que iba a ser la mejor noche de mi vida. Empezó a bajar la mano muy lentamente por mi cuerpo y comenzó a masajear mi pene en plena erección.

Se agachó y me desabrochó el pantalón, tenía todo el pene fuera se lo miró y empezó a lamer mis huevos y acto seguido se la metió entera en la boca, me la comía de una manera increíble, no había tenido esa sensación en la vida, un placer que no se puede llegar a explicar, se la metía hasta el fondo una y otra vez sin parar, moría de placer. De golpe no me quedó otra que pararla porque ya estaba llegando al clímax.

La puta se subió encima de la cama y se abrió para mí. Me acerqué y le fui penetrando poco a poco hasta metérsela hasta el fondo, le di una y otra vez y ella solo hacía que gemir. Me giró y me puso boca arriba, ella se subió encima de mí y me empezó a trotar de una manera increíble, se movía de tal forma que parecía que me iba a correr en cada movimiento que hacía, sin avisar empezó a moverse más y más, estaba gozando como nunca, ya estaba a punto de acabar así que la avise se puso de rodillas y me la volvió a comer, no dure nada, derramé todo mi semen por su boca, mientras ella se tocaba sus pechos y se relamía.

Fue la mejor fiesta de final de carrera que podía haber tenido, en la vida había gozado tanto. Será una historia que tanto mis amigos como yo, recordaremos de por vida.

En vivo ahora

Deja un comentario

esposasymaridos