Relato X de una cogida en un baño público con un desconocido

Siempre había tenido la fantasía sexual de ser cogida en un baño público de algún lugar, era algo que me seducía y en definitiva quería cumplir, pero no miraba que se dieran las circunstancias.

Olvidada de todo aquel asunto lo dejé ir. Un día en un viaje de trabajo no me imaginaba que iba a ser seducida y cogida por un total extraño.

Estaba viajando a México DF por cuestiones laborales. Me encontraba en una conferencia de negocios la cual me parecía de lo más aburrida, seguro que la mayoría pensaba lo mismo, pero por ser un ponente importante y respetado todos fingían interés.

Yo miraba a mi alrededor tan solo para curiosear cuando vi a un guapo morenazo, ojos verdes, labios sexis y cuerpo delgado, me descubrió mirándolo y me sonrió coquetamente. Le devolví la sonrisa por supuesto, después de un rato volteé de nuevo y observé que se levantó, algo atrevida me levanté para seguirlo.

Tenía la esperanza de cacharlo por ahí y conocerlo un poco mejor, me di cuenta que se dirigía al baño y decidí esperar afuera y luego fingir que nos encontrábamos de sorpresa. Justo en ese momento que esperaba afuera recordé mi fantasía y sentí la adrenalina correr por mi sangre.

Nervios, calentura, excitación, esperé a que abriera la puerta y cuando lo hizo lo empujé de regreso al baño, cerré la puerta con seguro y me lancé a sus labios. Al principio sorprendido y dudoso quedó paralizado, después sus labios fueron cobrando vida y comenzó a responder el beso apasionado que le monté.

Cuando fue consciente de lo que estaba pasando me levantó y me puso sobre la barra donde se encontraban los espejos. Me miró a los ojos, sonrió, me siguió mirando y me bajó el pantalón, me rompió las bragas y se zambulló entre mis piernas.

cogida en un baño públicoComenzó a lamer desesperado, queriendo aprovechar cada fluido que brotaba de mi vagina. Yo gemía y tomaba su cabeza para mover su boca sobre mí, estuvo un rato jugando con mi clítoris, luego paró, se bajó el pantalón, sacó su pene, estaba erecto, delgado pero largo, sin pensarlo lo metió y lo sentí hasta mi vientre.

Me tomó de la cintura y me empujó hacia él una y otra vez, ambos gemíamos como animales en aquella cogida en un baño público de la sala de conferencias. Él me cogía tan salvaje que no tardé en venirme, era mi tercer orgasmo.

Cuando sacó su pene, lo sacudió entre sus manos y comenzó a subir y bajar su mano por su pene hasta que su líquido blanco brotó en toda mi blusa, mis pechos, mis piernas, cayó sobre mí…

Me ayudó a bajarme, nos limpiamos, salimos de aquel baño y no dijimos ni una sola palabra.

¿Quién era?, ¿cómo era su voz?, ¿cuántos años tenía?. Sin duda no son cosas necesarias de saber para una buena cogida en un baño público de algún lugar, ¿no creen?.

 

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