Hola, soy Corneador Anónimo y hoy les quiero contar una historia erótica más de tantas que he tenido.
En mi relato anterior les conté como un chaval me pidió que me cogiera a su mama y lo hice mandándole los videos para que viera que yo cumplo.
Esta ocasión fui contactado por una chica su nombre es Lizet y nuevamente una madre estaba involucrada, me contacto de la siguiente manera.
“Hola, me llamo Lizet, me pasaron tus datos, espero me puedas ayudar, fíjate que mi padre está engañando a mi madre con su hermana, creo que eso es lo más bajo, entonces me gustaría que le ayudaras a vengarse, te pagare muy bien, solo no le digas a mi madre que yo te contacte, te paso su número y sus redes sociales, si necesitas algo más no dudes en pedirlo”.
A primera estancia sentí que era una broma, ya que en mi experiencia personal es muy difícil que una mujer me contacte para esto, pero la chica me insistió, le mando fotos de ella y de su madre, la verdad la señora no estaba como la madre de Julio, era un poco llenita, de pechos grandes y algunas arrugas, una señora muy mona, no una milf, pero se defendía, fue entonces que acepte cogérmela.
Comencé con comentar todas sus fotos en Facebook, le mandaba mensajes de buenos días atreves de Instagram o whats app, comencé a hacer la labor, ella me daba like en mis fotos y comentaba siempre con un beso y corazón, eso me abrió el camino para mi trabajo.
R: ¡Me encantas guapo, lástima que soy casada!
CA: Jajá, gracias linda, ¡me gustaría conocerte!
R: ¿En serio? ¡Guau!
CA: ¡Porque el asombro!
R: Porque ya estoy vieja y tú eres un galán, no puedo creerlo.
CA: A mí me gustan las mujeres como tú, ¡por su experiencia y habilidad!
R: ¿Jajá, habilidad en qué?
CA: En la cama, ¡estoy seguro que eres una maestra en el sexo!
La charla en el chat fue subiendo de tono, comencé a mandarle algunas fotos en ropa interior, ella se emocionaba y me mandaba fotos de sus tetas y de su cara jugueteando con su lengua, sus tetas eran enormes, tenían algunas estrías, pero eso no las dejaba de hacer apetecibles.
CA: Uy Regina que rica estas, ¡mira como me has puesto!
R: ¡Guau!! Eso es tuyo?
CA: 24 cm de poder, ¡si gustas los podemos usar!
R: ¡Papacito quiero comerme tu verga!
CA: Que caliente eres, nos vemos mañana para coger, ¿aceptas?
R: ¿Así de plano?
CA: ¿No quieres?
R: ¡Quiero que me partas con esa hermosura!
Le di a dirección del hotel y procedí como siempre, llegue antes y le mande un mensaje con el número de habitación, no se roque, pero esa señora pese a no ser tan sabrosa me tenía cachondo, no veía la hora de tenerla de patas arriba penetrándola con todo.
Finalmente Regían llego, un poco apurada, llevaba un vestido blanco que marcaba su tanga, se veía riquísima, los verdaderos amantes del sexo saben cuándo una mujer u hombre huele a lujuria y deseo y Regina pese a estar gordita y ya casi pegándole a los 50 años, era un manjar sexual.
CA: ¡Me tenías comiendo ansias!
R: ¡Perdón tuve que huir de mi marido!
CA: ¡Que lola eres!
R: Que cosa dices, déjame prepararme en el baño.
Al parecer Regina sabía a lo que iba, se fue al baño mientras yo comencé a desnudarme para sorprenderla, pero el sorprendido fui yo, cuando esa madura salió con unas medias de seda color blanco, un ligero y un cubre pezón, no traía tanga ni trusa, me mostraba todo su peluche, ¡pero no pude evitar desearla!
CA: ¡Mamacita!! ¡Ven nena, ven!
R: ¡Que pitote, déjame comeré!
Regina comenzó a darme una tremenda mamada, su boca era una verdadera aspiradora, nadie me lo había mamado con tanta desesperación como ella, parecía que no comía en años, su lengua se movía muy rico, su boca se abría lo más que podía para introducírsela, ella solita se empujaba a mi tronco ahogándose para luego sacarla de sopetón y beber mi néctar!
R: ¡Que rica verga, uhm, uhm!!
CA: ¡Ah!! ¡Si mamita, uhm!!
R: ¡Mi marido no me deja comer así!
CA: Pobre estúpido, ¡no sabe lo que se pierde!
Regina seguía mamándome como aspiradora, yo con mis dedos apretaba su clítoris y la llenaba de saliva para empezar a estimularla.
No podía más así que la acosté con fuerza en la cama, ella abrió las piernas y sin más me clavé dentro de su guanga vagina.
Mis movimientos eran rápidos, nuestras lenguas se enrollaban de lujo, sus manos apretaban mis nalgas, yo mordía sus pezones enormes y obscuros, ella movía en círculos su cadera, que rico se devoraba ¡toda mi verga!
R: ¡Ah!! Mas, así que rico, ¡ah!!
CA: ¡Que mujer!!
R: Métemela papi, así, ¡no pares!!
Le levante las piernas y mientras me acariciaba la cara con sus pies cubiertos de seda, me empujaba como loco, sacándosela y metiéndosela fuerte, el ruido de mi pelvis chocando en sus nalgonas, era fenomenal.
CA: Que rico te comes mi verga, uhm, ¡apuesto que tu marido no te parte como yo!
R: ¡No!! Él no sabe coger, ¡pero aun así me engaña el infeliz!
CA: Pues ay que darle su merecido, toma, ¡toma mi verga!
R: ¡Oh!!! ¡No pares, que rico, uhm, ah!!
Me acosté en la cama y la cargue para que se tambaleara encima mío, Regina no me decepciono, sabia como moverse, se hacía para adelante y luego se dejaba caer fantástico, le apretaba sus nalgas, le mordía las tetas, yo también me movía a su ritmo, ella me tenía gimiendo como loco.
CA: ¡Muévete que rico uhm!!
R: ¡Aúlla papito, uhm, ah!!
CA: ¡No mames que rico coges!
R: ¡Soy tuya pa, soy tuya!
Que cogida nos estábamos dando, me senté en la cama y esa señora se daba tremendos sentones despareciendo mi verga en su pucha.
La puse acostad de ladito, le levanté una pierna y se la metía despacio mientras le apretaba los pezones y le mordía el cuello, ¡ella se movía tan rico que me tenía viendo estrellas!
Una y otra vez, mi verga ya estaba toda mojada, esa madura ya se había venido y había mojado todas las sabanas, yo aún estaba duro y quería seguir cogiéndomela así que la puse de perrito.
Abrí su tremando par de nalgas y la penetré con fuerza, se la metía y sacaba rápido, luego me detenía y ella movía su cadera, que rico movía su tarsero.
CA: ¡No pares, uhm, que rico te mueves, uhm!!
R: Ah!! Que rico, uhm, mas, ¡dame más!
CA: ¡Que golosa eres, uhm!!
R: Si, me encanta tu verga, uhm, cógeme, no pares, ¡ah!!
La tome del cabello y la embestía tan fuerte como podía, salpicábamos todos sus fluidos, mi verga ya me dolía de tanta fuerza que usaba, pero no dejaba de darle con violencia.
La empine lo más que pude me puse en cuclillas y se la metía tan rápido como podía, solo escuchaba sus quejidos y gemidos, que rica cogida, la verdad jamás me imagine que una mujer como ella me estuviera dando un gran placer.
R: ¡Ah!! ¡Que rico, esto es lo mejor!
CA: ¿Te gusta? ¿Te gusta cómo te la meto?
R: Me encanta, que dura, que poder, no pares, uhm, ¡ah!!
CA: Que rica, ¿te gusta la verga verdad? ¡Eres una puta!
R: ¡Si!!! Soy una puta, soy tu puta papito, cógeme, uhm, no pares, lléname de tu semen, ¡quiero tu semen!
Sus palabras me pusieron más loco, la tomaba del cabello y casi estrangulándola con un brazo comencé a darle con todo, poco a poco comencé a inflarme hasta que no tolere más y empecé a venirme dentro de su vagina, Regina recibía gustosa a mi elche, metiendo sus dedos para saborearla, ¡que orgasmo!
CA: ¡Que rico, uhm, ah!
R: Dame tu leche, uhm, ¡dámela toda!
Una vez terminada esa rica y placentera sensación, me acosté y Regina bajo a limpiarme mi verga con su boca.
Sus mamadas eran fenomenales, me lamia de mi ano a mi glande, succionaba la última gota de semen que me salía, me miraba como perra ardiente mientras sus dientes mordían con suavidad mi cabecilla para luego metérsela a la boca y ahogarse en ella, ¡que mujer!
Nos la pasamos excelente el resto de la tarde, cogida tras cogida y venida tras venida, finalmente Regina se limpió se arregló y salió corriendo del lugar ya que su marido llegaría a casa y tenía que estar ahí.
Al igual que siempre, mande fotos y videos a su hija para que viera que el trabajo estaba hecho y ella me felicito.
“Corneador, que bien la pasaste con mi mama, gracias por los videos y gracias por hacerla feliz, ella ahora es más segura de sí misma y le dio vuelta a mi padre, eso me da gusto, además que rica verga tienes, espero un día poder probarla también”
CORNEADOR ANONIMO.
Imagen únicamente de caracter ilustrativo para este relato erótico…
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