Hola ya pertenezco al grupo de usuarios registrados de la página. Les cuento mi historia erótica a continuación.
Me llamo Violeta, tengo 25 años soy alta, blanca y la verdad de la cara soy bonita además que mi cuerpo pues no tengo mucha bubi pero me defiendo, lo que si es que salí bastante amplia de atrás.
El punto es que me casé bastante joven, me casé a los 20 años. Mi esposo me lleva por 12 años y me lleva a sus fiestas del trabajo. En una de esas reuniones mi esposo me comentó que me fuera super arreglada.
Me llevó un vestido negro y obvio para que no se notara mi calzón me llevé una tanga negro, el vestido es justo escotado y algo corto, además que las zapatillas que llevé son abiertas. Mis pies son lindos y me gusta enseñarlos…
Para no hacer más largo esto me presentó a uno de sus amigos que se llama Alan, más joven que mi esposo, 28 años, alto, fornido y lindo. Desde que llegué no para de verme, una como mujer siente además de que ya tomados en la mesa fui al baño y antes de llegar nuevamente a la mesa vi que mi marido la verdad ya tomados le estaba enseñando fotos mías… fotos privadas y le dijo amigo chula de vieja te cargas!
Me hize la desentendida y me senté de la fiesta, nos pasamos a nuestro departamento, quedamos en que su amigo nos acompañará y seguiríamos tomando.
La verdad me sentí extraña, el corazón me latía más rápido, llegando a casa seguimos tomando, me cambié y me puse una bata, como es larga solo me dejé la tanga y mi brasier.
Cuando salí al cuarto me senté al lado de mi esposo, sorpresa me llevé que cuando me percaté estaba dormido y su amigo me dijo:
– Quedamos tú y yo, vamos a seguir tomando…
La piel se me erizó, mi corazón no para de latir cada ves más rápido y mi tanga mojadisima.
Pusimos música y nos paramos a bailar, todo esto delante de mi esposo que nunca ha sido bueno para tomar. Pusimos salsa y en cada vuelta que me daba me daba mis arrimones, era un bultote que para no alargar más en el baile me besó, yo con miedo, adrenalina, nervios, exitacion, voltié a ver a mi esposo y seguía dormido…
Me agarró Alan de la cintura, se puso detrás de mí y me dijo vamos al cuarto, no hay problema, esas palabras me llevaron a la cama, los dos borrachísimos.
Me me puso boca abajo, me quitó la bata, me bajó la tanga y me empezó a mamar mi anito y mi panochita. Su lengua enorme y dura me hacía mojarme más y más. Me cargó, me volteó e hicimos un 69.
El pene era del tamaño de mi esposo pero más grueso, lleno de venas y de leche. Lo chupé, lo besé hasta no aguantó, me acostó, me abrió de piernas y me penetró su pene tan ancho, violentamente, sentía como entraba y salía de mi vagina, sentía como se rompía algo pero me encantaba se recostó en mí y nos besábamos al mismo tiempo que bajó la mano, la metió en mi vagina aparte de su pene lo lleno de mis fluidos y me lo empezó a meter en mi anito…
Me dio miedo pues casi nunca he hecho sexo anal, solo con mi esposo, me empinó y suave me la empezó a meter hasta que me entró todo. Yo con dolor pero con gozo me dejé hacer de todo.
Fui su puta esa noche, me cogió el ano hasta que se vino dentro de mi ano. Esa noche no la olvidó, al día siguiente moqueada de atrás me desperté y Alan se había ido.
Mi esposo seguía dormido y yo con su leche de Alan dentro de mi anito.
Espero que les guste, tengo muchas más, en verdad, muchas más historias… perdón pero soy algo penosa sin el alcohol!





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