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Historial erótica real de sexo con mi primera y única amante

Ella fue mi primera y única amante, todo pasó cuando la relación con mi esposa estuvo algo tensa, teníamos cualquier tipo de problemas casi a diario lo que llevaba a que dormía en el sofá en varias ocasiones después de las diversas discusiones.

Yo trabajaba en la ciudad que queda a 30 minutos en las mejores condiciones, que eran pocas las veces, por lo general el viaje era de una hora a hora y media.

A inicio de agosto del 2004, cuando ella tenía unos 38 y yo 31, nos encontrábamos a diario para subir en el transporte público, casi siempre éramos las mismas personas de esa hora (5:30 a.m.) ya que salíamos de la misma zona residencial.

historia real con una tetonaMe llamó mucho la atención esa mujer, ya que era algo voluptuosa, buen trasero, en fin para la edad que ella tenía, poseía un cuerpo que muchas mujeres envidiarían y hombres desearían, después de muchos intercambios de miradas, a final de ese mes y creo que fue un miércoles, después de casi desnudarla con la vista el día anterior, ya que llevaba un escote donde se podía ver hasta el alma y algo transparente y por supuesto imposible de evitar a pesar de llevar una chaqueta que la cubría un poco, ella estaba esperando en la cola a que yo llegara, cosa que no sucedía, me deja subir y luego ella se sienta a mi lado nos damos los buenos días y esperamos a subir, al cabo de un rato en la vía ella me dirige la palabra y me dice:

Te puedo hacer una pregunta?, y le respondo sí, claro, por qué no?

Y para mi asombro la pregunta fue:

Te gustó lo que viste ayer?. Te vi cómo me quitaste la ropa con tu mirada tan penetrante. Y no es la primera vez que lo haces, pero te confieso que me gusta mucho que lo hagas.

Yo le respondí algo asustado, ya que me tomó por sorpresa “si y mucho, ya que tienes unos buenos senos”, luego de eso pensé, que dije?, como va a reaccionar, que pena.

Entonces ella se sonroja un poco y con una sonrisa pícara me da su nombre y teléfono y me dice, “ya que subimos todos los días, porque no subir juntos, si no me vez espérame que yo haré lo mismo, es más dame tu número y te mando un mensaje avisándote”, así que intercambiamos nombres y número y seguimos en la vía hablando de otras cosas pero no se tocó otra vez el tema erótico, más bien nos enfocamos a conocernos, pero quedó esa llama encendida pero no consumida aun.

Así empezó a nacer una excitante relación entre intercambios de mensajes, llamadas y viajes juntos que en ocasiones solo subíamos dormidos del cansancio y después de habernos conocido mejor, ambos éramos casados en esa época, así que en cierta forma no había un compromiso alguno ni relación asfixiante ni nada fuera de lo normal ya que ella al llegar a su casa atendía a sus hijos y su esposo, éramos más que amigos en cualquier aspecto, había mucho más confianza y algunas confesiones íntimas, fantasías y sueños y entre ellos algunos húmedos.

A mediados de diciembre, antes de despedirnos como todos los días al llegar a la ciudad, me dice: “desayunemos mañana al llegar”, me extrañó esa solicitud anticipada, ya que lo habíamos hecho varias veces, sobre todo cuando llegábamos muy temprano y le respondí: sí y por qué esa solicitud?, lo cual ella me dice “trabajo hasta hoy, es que a partir de mañana estoy de vacaciones y quiero darte por adelantado mi regalo de navidad”.

Nos despedimos y ella se fue a su trabajo que era en el aeropuerto y yo al mío, estuve todo el día pensando en ese regalo y yo no tenía nada que darle y a pesar de conocerla no sé qué querría ella.

Así que llegó el día del regalo, subí solo porque ella me mandó un mensaje al final de la tarde diciéndome que se le complicó algo y que se quedaba durmiendo en casa de una amiga y que le avisara al llegar.

Así fue le avise por un mensaje y ella me responde con una dirección a la que tengo que ir y para mi sorpresa era de un hotel, me fui sin antes avisar a la oficina que se complicó algo en la casa y que subiría si lo podía resolver en la mañana y a mi esposa que me enviaron a otra oficina a resolver una falla que tenían, a pesar de que estábamos algo mal, siempre sabía dónde estaba por si alguna emergencia familiar.

Al llegar al hotel, me anuncio en recepción, la llaman a la habitación y me dicen que espere, me baja a buscar, traía puesto encima un vestido y debajo de este un babydoll trasparente, por el cual dejaba ver su conchita recién depilada, subimos en el ascensor ya que era un piso 4, nos besamos mientras llegábamos a la habitación y al pasar la puerta sin decir nada me empieza a quitar la ropa y yo a ella y al llegar a la cama ya estamos completamente desnudos, nos devoramos a besos como si no hubiera un mañana, ya que ambos teníamos deseos de estar juntos desde hace mucho rato.

Luego me pone boca arriba en la cama y ella se llevó mi pene a su boca y con una destreza que estuve a punto de acabar y presumo que se dio cuenta ya que de inmediato sin decir nada se detuvo, trate de hacer un 69 lo cual se negó, así que me puso un condón algo torpe para los dos (la falta de practica), ella ya estaba ligada al igual que mi esposa, por ende no lo necesitábamos para tener relaciones y nunca estuvimos con otra persona, no hizo falta lubricarlo ya que ella estaba muy húmeda, entró con una suavidad que de inmediato ella llego de placer al estar ambos tan excitados…

Se limpió un poco y se lo volvió a introducir esta vez más despacio y tratando de disfrutarlo pero al poco rato volvió a llegar, intercambiamos de lugar y la penetre desde arriba esta vez aguantó entre quejidos de dolor y placer por lo grande y profundo hasta que fui yo el que se vino y luego ella.

Luego de tan corta pero fuerte acción, que duro como unos 30 minutos, descansamos un poco, luego nos fuimos a la ducha, ahí entre abrazos y caricias nos volvimos a excitar, la volví a penetrar pero esta vez por la excitación no hubo tiempo para el condón, fue intenso hasta que la llené por completo, ella temblaba de placer, nos terminamos de duchar y nos fuimos a la cama a descansar un poco, pero ella empezó a masturbarme y jugar hasta que se volvió a parar, se montó arriba y con unos movimientos más lentos y profundo y disfrutando más cada vaivén, llegamos pero esta vez los dos casi al mismo tiempo.

Ya prácticamente agotados, todo sudorosos y eso que el aire esta full, descansamos un poco juntos bien abrazados, nos volvimos a dar una buena ducha y estuvimos hablamos un buen rato de lo que había pasado, de lo intenso que estuvo, de esa sensación de placer fuera de rutina.

Ella: sabes nunca había estado con nadie y mucho menos menor que yo a pesar que no lo aparentas, me siento una asaltacunas.

Yo: igual yo y no eres ninguna asaltacunas la diferencia no es mucha, me gustó mucho estar con alguien más mayor que mi esposa, ella me lleva 3 años, pero tú eres fenomenal, sabes cómo hacer las cosas y el deseo que tenemos acumulado que fue tan intenso y excitante.

Ella: tenía unos deseos de comerte, sentirte, hacerte mío, como lo acabo de hacer, al principio estaba nerviosa, algo asustada, pero me gustó mucho fue más el deseo que los nervios.

Ambos nunca habíamos estado con otra persona y por cuestiones del destino, ambos casados, tuvimos problemas de parejas, nos juntamos y poco a poco fue naciendo esa llama de placer, que así como nació términó al cabo de 2 años después, sin antes tener varios encuentros que seguiré contando.

Ese placer de satisfacerla en varias ocasiones y que me hiciera llegar tres veces fue inolvidable para ambos.

Para finalizar, salimos del hotel, nos fuimos a almorzar y luego cada quien por su lado, ella se fue de compras y yo al trabajo como si no hubiera pasado nada.

Estuvimos en varias ocasiones en contacto durante sus vacaciones, hasta enero del año siguiente que nos volvimos a ver como siempre y ya para finales de febrero se dio la oportunidad de un nuevo encuentro, el cual se lo contaré en la próxima entrega.


Imagen únicamente de caracter ilustrativo para este relato erótico…

 

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