Relato sexual de una infidelidad con mi vecina en su casa

Siempre me gustó mi vecina. Siempre me sedujo la idea de estar con ella aunque nunca me animé a insinuarle nada. Hace un tiempo ella se separó de su marido y ahora está sola pero de novia.

Ella es bonita, mide alrededor de un 1,60m y tiene unos hermosos pechos y un lindo cuerpo. Yo soy un hombre casado, alto, con cuerpo atlético y carismático, aunque con ella nunca fui muy simpático.

Aquel era un día ventoso, yo estaba parado en la puerta de mi casa cuando la vi salir con un camisón negro que le queda hermoso, me mira, me saluda y el viento le corre un bretel dejando al descubierto uno de sus enormes pechos. Ella sonríe, se sonroja y se mete a su casa diciendo algo que no llegué a entender.

Mi hija estaba jugando junto a la suya en su casa, motivo por el cual decidí cruzar para ir a buscarla y de paso charlar un poco. Toqué timbre y ella me atiende con su camisón negro el cual deja ver gran parte de sus pechos, sus hermosos pechos.

Hola, me dice, pasa, las nenas están jugando arriba encerradas como siempre, déjala es un rato más que hace mucho que no juegan.

¿Querés tomar algo? me pregunta, dale cualquier cosa está bien. Tengo cerveza bien fría, querés?, una nomás le respondo.

Ella va a la cocina toma 2 botellitas de cerveza y se viene al sillón donde yo me había sentado.

Se sienta en el apoyabrazos del sillón dejando ver sus piernas, y con una cara picarona dice «brindemos», «por las buenas vecinas» propongo, y en pocos segundos la cerveza ya había desaparecido.

Infidelidad con mi vecina…

No es tarde para estar en camisón, supongo que te lo dejas porque te queda hermoso, la próxima vez que salgas así tener cuidado porque podes a matar de un infarto le digo, jaja…

¿Te gusta cómo me queda? dice ella, pero claro, te queda pintado, aunque más lindo debe ser ver que hay debajo de él, no?. No te imaginas me dice y en ese momento pongo mi mano sobre su pierna llevando y comienzo a subirla hasta llegar a su colita, corriendo por completo su camisón.

Pude sentir como los pelos de la piel se le erizaban, su respiración cambiada y entrecerraba sus ojos.

Me paré frente a ella y comencé a besarla en sus labios, la apreté fuerte contra mí y no pude aguantar llevar mis manos hasta sus hermosos pechos. Eran enormes y muy duritos, como siempre los había imaginado.

infidelidad con mi vecinaElla estaba muy caliente, bajé mi mano y comencé a tocarle la conchita, su bombachita estaba muy húmeda. Eso me puso como loco, la levanté y se la quité, me arrodillé frente a ella y empecé a darle una mamada hermosa.

Estuve así unos minutos y ella se vino dos veces, la doy vuelta, saqué mi pija que estaba totalmente parada y a punto de explotar y se la metí muy despacio, podía sentir como se retorcía del placer a medida que la bombeaba más y más fuerte, mientras le decía chanchadas al oido.

Ella solo gemía y me pedía que la siga cogiendo.

Así estuvimos unos minutos hasta que no pude más, la saqué y le tiré toda la leche sobre el camisón que había caído sobre su cola. Ella se tiró en el sillón rendida, a lo que le digo, ¿te gusto vecinita?.

Me encantó, se da vuelta, me agarra la pija que ya estaba a media máquina y se la mete en la boca y empieza a chuparla con mucha fuerza. Yo estaba rendido, a lo que le digo, ahora no, mañana te cruzo a la nena a jugar y me sacas toda la lechita de nuevo.

La guardé y me fui solito para casa, con una sonrisa que hacía mucho no tenía.


Imagen de caracter ilustrativo para el relato infidelidad con mi vecina

 

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