Relato de sexo con la profesora de samba y mi esposa

Hola, este es mi primer relato erótico para esposasymaridos y espero que les guste esta experiencia de sexo con la profesora de samba y mi esposa.

Capítulo 1 – Introducción

Somos un matrimonio que acabamos de cumplir 25 años de casados, yo me llamo Adolfo, chileno contextura normal y piel levemente morena de 50 años y una estatura de 1.75m.

Mi esposa se llama Elaine también chilena de 45 años blanca, rubia muy linda, de 1.60m de altura contextura más bien delgada pero como dicen mis amigos brasileños que la conocen, con un bumbum muito gostoso.

Sus pechitos son pequeños a medianos pero muy hermosos con pezones y aréolas rosadas. Para mi siempre ha sido la mujer más hermosa y de la cual me enamoré siendo ambos muy jóvenes.

Nos queremos mucho pero yo he estado siempre demasiado dedicado a mi trabajo y compartiendo poco con ella  por este motivo por lo que siempre tengo un sentimiento de culpa.

Hace unos años atrás la invité a comer y luego partimos en el auto a con rumbo desconocido para ella. Me preguntó donde íbamos y yo le dije que me habían invitado a una fiesta swinger y que quería que me acompañara.

Era sólo un invento mío pero quería saber como reaccionaría. Mi destino real era un nuevo motel por el camino La Florida al cual quería ir pues en casa, con tres hijos es difícil tener tranquilidad.

Mi rucia me preguntó de que se trataban las fiestas swinger, se me olvidaba que ella es muy inocente en este tipo de cosas diferentes de sexo. Recuerdo la vez que estando en el aeropuerto de Frankfurt entré en un sex shop y le compré de regalo un vibrador.

Que ojos puso cuando se lo entregué, no sabía que decirme. Bueno, lo usamos varias veces y le gustaba mucho que se lo colocase sobre el clítoris pues con la vibración me imagino lo de sensaciones gratificantes que le debe haber provocado. Claro que pocas veces me permitió introducírselo por la vagina pues me decía que le dolía.

Le conté que se trataba de fiestas de parejas a las cuales les agradaba hacer intercambio entre ellas con otros en un tema de sexo libre pero nada impuesto. La persona que no quería algo o a la persona que se le acercaba bastaba negarse.

Igualmente es impresionante la cantidad de personas que  quieren vivir este tipo de experiencias, a veces lo he contado a un par de amigos cercanos y de manera confidencial han manifestado el mismo deseo, curiosidad y ansiedad por tener experiencias diferentes.

Estamos insertos en una cultura muy pacata y doble estándar, pero a la hora de sentir, da lo mismo cómo te llames, cómo te vistas, qué edad tengas o qué pensamientos o ideologías. El erotismo y el deseo existen, aunque sigan siendo un tabú.

Las vivencias diferentes te enriquecen y este tipo de experiencias sexuales, te dan la oportunidad de vivir el sexo y llevar el placer a un nivel que no te puedes ni siquiera imaginar hasta que lo has experimentado.

Como iba manejando sólo podía mirarla muy poco mientras le contaba esto pero pensando que era verdad que la llevaba a una fiesta swinger se negó pero no la noté muy convencida pues había escuchado toda mi explicación.

Le conté que sólo era un invención y que íbamos a un nuevo motel que recién habían abierto.

Sólo puedo decir que hacía muchísimo tiempo que no hacíamos el amor de manera tan desenfrenada y con Elaine teniendo orgasmos continuos. Cuando la desvestí y la toqué estaba totalmente mojada lo que me indicó que el sólo contarle lo de las fiestas swingers la había excitado sobremanera cosa que le hice notar.

Siempre quedé con la duda que habría sentido al ver a Elaine con otro hombre o mujer y que habría sentido ella al verme con otra mujer.

Creo que en un principio me habría chocado pero a la vez excitado y creo que a ella también pues ambos estamos seguros de nuestro amor y estos encuentros son sólo físicos y sin ningún compromiso sentimental.

Capítulo 2: Fin de semana en Buin

Como comentaba en el primer capítulo, habíamos cumplido 25 años de matrimonio y mi trabajo me permitió viajar más a diversos lugares con Elaine y también tener otras actividades que nos permitieran tener otras distracciones en conjunto.

Una de ellas fue tomar clases de diversos bailes en el Club Golden, que durante un par de veces a la semana frecuentábamos para compartir con otras parejas y aprender diversos bailes tropicales.

Las clases de baile las hacía un matrimonio brasileño de aproximadamente 40 años, Anadelhi y Alain. Ambos mulatos claros y que residían en Chile hacía un par de años.

Anadelhi una mulata muy bonita de ojos verdes y pelo corto de app 1.70 con un bumbum destacable como todas las mulatas pero de contextura regular y que utilizaba calzas y un corpiño para las clases que destacaban este bumbum.

Alain un mulato de app. 1.80 de alto, quizás algo menos, musculoso y que normalmente utilizaba un short ceñido y polera para destacar sus atributos superiores e inferiores.

Las clases son muy entretenidas y después de ellas nos quedábamos conversando con los profesores y los otros participantes de estas clases bebiendo sendas caipirinhas y conversando de todo tipo de temas.

Varias veces me percaté de miradas y sonrisas cómplices entre Elaine y Anadelhi, se hacían gestos y Anadelhi le mandaba besos a lo que Elaine respondía con una sonrisa.

En esos momentos no le dí mayor importancia y sólo me imaginaba leseras de amigas pues se habían hecho bien compinches y siempre después de las clases se sentaban juntas para conversar entre ellas mientras los hombres lo hacíamos por nuestro lado.

Un día viernes de diciembre la profesora de samba estaba sola y le preguntamos por Alain y ella nos contó que había tenido que viajar a Sao Paulo por temas familiares.

Como no tenía muchos amigos en Chile la invitamos a nuestra parcela de Buin por el fin de semana a lo que ella aceptó gustosa cerrándole un ojo a Elaine. Estaríamos solos pues los hijos se quedarían en Santiago estudiando por sus exámenes.

La pasamos a buscar a su casa y quedé deslumbrado por la mini saia que tenía puesta y una blusa semitransparente que permitía ver sus negros pezones ya que no usaba sostén. Le abrí la puerta del auto y mejor no quise mirar pues me había bastado con la blusa.

Le tomé el bolso el que eché a la maleta y partimos. Miré de reojo a Elaine quien me levantó las cejas como preguntándome que tal lo que había visto. Nos fuimos conversando en portughol ya que ella hablaba bastante español y nosotros algo de portugués y ni nos dimos cuenta cuando llegamos a Buin.

Al llegar a nuestra parcela le indicamos su dormitorio y ya que hacía calor le dijimos que se podría poner el traje de baño pues podíamos bañarnos antes de almorzar.

Menos mal que traíamos comida lista para calentar así que nosotros también nos pusimos nuestros recatados trajes de baño comparado con el que saldría Anadelhi, Elaine un bikini pequeño pero que destacaba la belleza de su cuerpo y yo un boxer. Le indicamos a Anadelhi que la esperábamos para ir a la piscina ya que recién era mediodía.

Después de cambiarnos de ropa salimos del dormitorio y nos encontramos a esta diosa mulata en un diminuto bikini de aquellos tipo hilo dental. Tanto Elaine y yo no podíamos creer lo que estábamos viendo. Menos mal mi boxer ocultaba en parte la erección que se me produjo al verlas tan lindas y excitantes.

Salimos hacia la piscina donde nos bañamos por un buen rato y luego pusimos nuestras toallas sobre el césped quedando ambas mujeres una al lado de la otra y yo al lado de Elaine. Una vez seco por el calor del sol les pregunté si querían una caipirinha a lo que ambas accedieron.

Me demoré un poco pues preparé un picoteo y al salir las veo a ambas abrazadas besándose apasionadamente. Ahora entendí todo, las sonrisas, el gusto de estar juntas, los besos que le lanzaba Anadelhi pensando que no la veían.

No me imaginé que Elaine tuviera estas inclinaciones pero las entendí a ambas. Era el atractivo fulminante entre la rubia y la morena, ambas hermosas, es más, en vez de enojarme por lo que veía  me excitó de tal manera que se notó de inmediato en mi boxer.

Hice sonar el hielo de uno de los vasos lo que hizo que ambas se apartaran de forma inmediata y me mirasen con miradas culpables.

Yo solo sonreí y les dije que las entendía y más aún que me había gustado lo que había visto pero que ambas eran culpables por lo que después del almuerzo les diría cual sería el castigo.

Ambas se sentaron y yo puse la bandeja con las caipirinhas en el césped junto con el picoteo y cuando le pasé al vaso a cada una les pedí un beso en la boca con lo que intenté saborear el beso que entre ellas se habían dado.

Después del aperitivo, Elaine como que se sentía culpable de lo ocurrido y cuando nos cambiamos en el dormitorio se puso a llorar, me pidió perdón y se abrazó a mí.

Yo le dije que no se preocupara y que quizás era la oportunidad de cumplir aquel deseo de compartir con otra u otras personas que yo le había manifestado años atrás y que nunca se había cumplido. Mejor aún si era una persona conocida y que tanto a ella como a mi me gustaba.

Me preguntó si la perdonaba a lo cual yo le respondí que no había nada que perdonar sino al revés, que le agradecía esta oportunidad de poder cumplir una fantasía tantos años ansiada.

Aunque mi fantasía era ella con dos hombres, mejor aún yo con dos preciosas mujeres y que se gustaban entre si. Más adelante podría cumplirse mi fantasía incluyendo a Alain al volver de Sao Paulo

Capítulo 3 – Cumpliendo una fantasía sexual, sexo con la profesora de samba

Almorzamos rápidamente sabiendo que después de ello vendría el castigo que yo les impondría a Elaine y Anadelhi. Yo escoltado por estas preciosidades  en traje de baño y a quienes les tocaba indistintamente las piernas primero a una y luego a la otra y sin querer queriendo mis manos se deslizaban a sus entrepiernas las que al contacto de mis manos se abrían para permitirme la exploración.

Al finalizar el almuerzo me preguntaron por el castigo que les impondría pero les dije que primero tomásemos una ducha y que yo las esperaría a ambas en nuestro dormitorio.

Quería alargar el momento del delirio sexual que yo estaba inventando en mi cabeza. A ambas les dije que no se preocuparan por vestirse después de la ducha.

Mientras tanto pensaba en el tratamiento que había hecho para curar mi eyaculación precoz pues por ser muy precipitado eyaculaba antes de satisfacer plenamente a Elaine y que ella ya había comprobado en casa pues siempre era la primera en tener el orgasmo y yo me demoraba para que disfrutase más.

Después de su orgasmo se salía de mi y tomaba mi pene entre sus labios intentado que yo eyaculase hasta que finalmente lo hacía ya sea en sus pechos o en su cara y en el último tiempo me había permitido hacerlo en su boca lo que le gustó mucho al saborear por primera vez mi semen.

Me duché primero para esperar a Anadelhi mientras Elaine se duchaba. Llegó a nuestro dormitorio desnuda tal cual le había indicado. A pesar que con su tanga no dejaba casi nada a la imaginación, verla totalmente desnuda, con los pezones totalmente erectos por la excitación que seguramente le producía el castigo que esperaba recibir.

Su pubis no estaba totalmente depilado sino que lucía el típico depilado brasilero que solo dejaba una línea sobre el sexo. Yo también estaba desnudo y le di la bienvenida con un abrazo y un beso en la boca.

Estaba en eso cuando aparece Elaine totalmente desnuda y también la saluda con un beso. Había logrado después de mucho que depilase totalmente su pubis por lo que resaltaba más aún la blancura de su piel que a mi siempre tanto me ha cautivado como también sus lindos pies que a mi tanto me gusta acariciar lo que finalmente he conseguido.

Me gusta tocarlos, besarlos, olerlos, acariciarlos, chuparle los dedos. No sabe lo que me excito con esto.

Ambas se paran frente a mí a la espera del castigo que yo les daría y que pensándolo bien sería más bien un premio. Les dije que sólo debían seguir mis instrucciones, quizás pensaron que sería un castigo del tipo sado masoquista pero no soy de esos.

La primera instrucción que les di fue que se acariciasen el sexo mutuamente mientras se besaban.

Elaine me miró y me dijo que no lo haría pues yo sabía que a ella a veces le dolía cuando yo se lo hacía pero Anadelhi le dijo que no se preocupara pues ello lo haría muy suavemente y que tenía mucha experiencia en este tipo de caricias.

relato de sexo con la profesora de sambaEfectivamente estuvieron un buen rato acariciándose mutuamente sobre la cama mientras yo era un espectador que veía como subía la excitación entre ellas por los gemidos que ambas emitían, increíble sexo con la profesora!

Cuando me dí cuenta que estaban por acabar las paré. Reclamaron pues estaban ambas muy excitadas pero les dije que era el primer castigo pues ahora venía el segundo.

Me acosté en la cama y le pedi a Anadehi que me hiciera un fellatio y que se acostara sobre mí y que abriese las piernas mientras le indicaba a Elaine que le hiciera un cunilinguis a Anadelhi subiendo y bajando desde la vagina hasta el agujero del ano para que sintiera lo que yo siento cuando se lo hago a ella y que tanto le gusta.

Le indiqué que le introdujera la lengua a Anadelhi en el ano de tal forma de mojarlo completamente de saliva. El agujero de Anadelhi se abría con estas caricias y allí Elaine le echó un chorro de saliva mientras se lo acariciaba.

Mi objetivo era hacer sexo anal con la profesora de samba que por la dilatación que podía apreciar en su ano, estaba acostumbrada en hacerlo. Por fin podría cumplir una fantasía que nunca me ha permitido mi esposa.

Mis nuevas instrucciones fueron que Elaine se sentara en mi cara para poder saborear su vagina totalmente mojada y su ano y a Anadelhi que se sentara en mi pene el que estaba totalmente duro y a punto de reventar.

No me costó mucho empalar a Anadelhi que gozaba con cada envió lo mismo mi esposa a quien le gustaba mucho que le comiese su culito. Mi última instrucción fue que ambas mujeres se besasen para compartir el sabor de mi pene que tenía en su boca Anadelhi y el sabor de los jugos y el del ano de ésta que tenía en su boca mi esposa.

Finalmente explotamos todos casi a la vez en un éxtasis que ni Elaine ni yo nunca habíamos tenido ya que era primera vez que compartíamos sexo con otra persona. Nos abrazamos los tres y nos tendimos en la cama a reponernos de esta gimnasia sexual tan gratificante.

Mi esposa se acercó a mi oído dándome las gracias y luego se abrazó y besó a Anadelhi mientras yo la abrazaba por detrás diciéndole esta vez yo en su oído que el próximo sexo anal sería con ella y como vio como gozó Anadelhi asintió moviéndome la cabeza dándome su consentimiento.

Cansados nos quedamos dormidos soñando con lo que vendría más tarde en este relato porno de sexo con la profesora de samba.

Capítulo 4 – El despertar después del sexo con la profesora y mi esposa

Dormimos casi toda la tarde después de este primer trío con la profesora de samba y la actividad nos abrió el apetito por lo que nos fuimos a comer a un local cercano donde había música en vivo con una orquesta de música tropical en donde nos lucimos los tres bailando samba, salsa y otros ritmos.

Sacamos muchísimos aplausos por nuestro baile pero principalmente por mis mujeres ya que se habían puesto unas falditas cortas y sueltas, como las que usan las tenistas, las que con los movimientos dejaban ver sus coquetas tangas.

Cerca de las 10 de la noche volvimos a casa e invité nuevamente a Anadelhi a nuestra habitación.

Mientras yo desvestía a Anadelhi esta desvestía a mi esposa quien una vez desnuda me desvistió rápidamente a mi apoderándose de mi miembro que palpitaba de excitación sobándolo suavemente como ella lo sabe hacer para luego de rodillas metérselo a la boca y así poder lubricarlo.

La tomé en mis brazos y la llevé a la cama donde la acosté encima de Anadelhi quien ya estaba acostada de espaldas esperando hacer un delicioso 69 con mi esposa.

Elaine acordándose de mi deseo le pidió a Anadelhi que le hiciera un cunilinguis en el ano pero con toda la excitación del baile, del mostrar sus tangas y de pensar lo que les esperaba, ambas estaban muy mojadas a tal punto que casi les corrían los flujos por sus muslos.

Aprovechando que Elaine estaba sobre la mulata empecé a acariciarle sus pies que tanto me gusta y luego a chuparle dedo por dedo lo que aumentó su calentura hasta que no aguantó más haciéndose a un lado y pidiéndome que de una vez por todas quería saber que se sentía al tener sexo  anal.

Como Anadelhi estaba acostada de espaldas en la cama la hice subir más arriba abriéndole las piernas para que Elaine se arrodillara entre ellas a los pies de la cama de tal forma de poder penetrarla estando yo parado y a la vez ella hundir su boca en el sexo de la mulata el que estaba abierto y totalmente enrojecido.

En un principio estaba asustada pues tenía la idea que le dolería pero con mi boca y ayudándome de mis dedos le lubriqué más la entrada de su ano. De todas maneras tenía a mi alcance un lubricante que había comprado.

Poco a poco le fui introduciendo el glande en su ano dilatado, lo que no fue muy difícil tanto por lo excitada que estaba como porque mi miembro es más bien pequeño si lo comparamos con los que salen en las películas porno.

Me afirmaba a ella tomando de sus pechuguitas sintiendo la suavidad de sus nalgas en la medida en que mi pene se introducía en sus profundidades.

Con estos empujones su boca se hundía en la vagina de Anadelhi quien tuvo su primer orgasmo. Se cambió de lugar y empezó a besar a mi rucia para saborear su propios jugos que estaban en la boca de mi esposa quien ya había olvidado el miedo que tenía a ser penetrada por detrás.

Inicié un mete saca que gracias a la estrechez de Elaine me permitía un frotamiento espectacular dándome cuenta por las palpitaciones de su ano que estaba ya cercana al orgasmo.

Esto ayudado por Anadelhi que se había puesto bajo mi esposa para con su lengua estimular el clítoris cada vez que yo empujaba. Después de 15 minutos de este ir y venir terminamos los dos casi al unísono con grandes gemidos y un estupendo orgasmo anal de mi esposa.

Cuidadosamente saqué mi miembro lo que aprovechó Anadelhi de no perder ni una gota de mi semen que caía del ano de Elaine colocándose con la boca abierta para recibir todos estos fluidos.

Abracé a mi esposa que me dijo que no tenía idea de lo que se había perdido por tantos años y nos besamos largo y profundamente mientras Anadelhi terminaba de sacar hasta la última gota de mi semen del ano de Elaine lo que les provocó nuevas y excitantes sensaciones a ambas.


Imagen de caracter ilustrativo para el relato de sexo con la profesora de samba

 

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