Relato de sexo con Claudia Carolina, la puta esposa de mi amigo

Andaba deprimido, el hecho de haberme enredado con transexuales me tenía en un duelo propio, pero el trabajo no respeta los duelos y tenía que ir a Guadalajara a una exposición, al principio no quería ir, pero recordando que eh tenido muy buenas experiencias cada que voy, pensé que a lo mejor era la forma de reencontrarme conmigo, así que acomode mi maleta, ¡me despedí de mi mujer y tome camino a Jalisco!

Un viejo compañero de trabajo, Javier, se ofreció a ir por mí al aeropuerto, él se fue a un curso y conoció a su actual esposa Claudia Carolina, algo tenía esa mujer porque se quedo fascinado con ella y se quedó a vivir ahí, por esa razón se ofreció a llevarme a mi hotel.

Al llegar a Guadalajara él estaba ahí esperándome, nos dimos un fuerte abrazo y comenzamos la charla mientras caminábamos a su carro, el muy amable se ofreció a invitarme a comer a su casa, ya que quería presentarme a su esposa, ¡yo acepte no solo por el hambre si no también quería ver con quien se había casado!

Llegamos a una zona de casas muy bonitas, y paramos en el número 13 ahí era su casa, al entrar el llamo a su esposa y ella bajo de la habitación.

Casi me desmayo al ver a semejante mujer, pechos grandes perfectos, una cintura que sería envidia de cualquiera, piernas torneadas, nalgas grandes y pardas, cabello rojo, color de piel blanca y unos ojos color verde hermosos, ¡toda esa espectacular figura que lucían en su minifalda negra acompañada por una blusa entallada con escote en v!

CC: Hola, ¡un gusto soy Claudia Carolina!

L: ¡Mucho gusto Luis Flores!

J: ¡Él es el amigo del que te he contado cariño!

CC: Pues, ¡pasemos a la mesa!

Ella fue muy buena anfitriona, la comida y la atención fue fenomenal, la charla súper amena, la verdad ella tenía un enorme ángel, ahora entendía porque él se decidió quedar ahí por ella, era una mujerona además de ser muy amable y cordial.

Pero como dice una película que vi hace tiempo, hicimos ¡click! En serio, ella me miraba coqueta, me hacía guiños con sus ojos, cruzaba la pierna mostrándome sus carnosos muslos, yo respiraba un poco tenso pero ella devolvía las sonrisas y los guiños, finalmente una vez terminada la comida Javier me llevo a mi hotel y me dijo que me invitaría a cenar en un restaurant muy popular, me dio la dirección y la hora, ¡nos dimos un abrazo y quedamos de vernos en ese lugar!

Yo fui el primero en llegar, estuve esperando 10 minutos hasta que ellos llegaron, el primero en bajar fue Javier quien me saludo corriendo ya que tenía que ir por la reservación y después bajo ella, Claudia Carolina, me quede anonadado al verla con un minivestido morado, con tacones abiertos, ¡el vestido le dejaba al descubierto sus hombros y además tenía escotada su espalda que se veía magnifica!

CC: ¡Hola nuevamente!!

L: ¡Guau!! ¡Luces increíbles!

CC: Gracias, que lindo, ¡Javier insistió en que me lo pusiera!

L: ¿Le gusta presumirte?

CC: Jajá, ¡que cosas dices Luis!

Tras esa breve charla pasamos al lugar, la cena fue maravillosa, comimos muy bien y ahora andábamos tomando una buena botella de tequila, el problema es que al parecer a Javier no le caía muy bien y muy rápido se emborracho, Claudia decidió que nos fuéramos y me pidió pro favor ser yo quien los llevara, preocupado por mi amigo y ella, los lleve hasta su casa de hecho cargue a Javier hasta su habitación y lo deje dormido, me disponía a retirarme cuando Claudia Carolina me invito un trago más, por el esfuerzo, yo acepte y Claudia saco una botella y nos sentamos en su barra!

Fue una copa, luego otra y después otra botella, ¡el caos es que teníamos un muy buen ambiente!

CC: Me caíste muy ben, ¿de verdad y eres casado?

L: ¡Sí y con hijos!

CC: Qué bueno, ¡oye y tu esposa porque no vino!

L: ¡Su trabajo no la deja, además a veces necesitamos respirar del otro!

CC: Si, ¡creo que tienes razón!!

Ella me miro coqueta y al mismo tiempo un poco ida, me confeso que las cosas no iban muy bien con Javier, ya que él hace tiempo está más en el trabajo que con ella, además me conto que un ex la estaba rondando nuevamente, ¡ahí entendí que estaba sensible y honestamente no quería dejar pasar esta oportunidad y me lancé sobre ella!

Comencé a acariciarle su pierna mientras la aconsejaba, ella no me decía nada, de hecho, me abrazaba y me daba un ligero masaje me mi cuello, eso me calentó demás, ¡poco a poco nos acercamos más hasta quedar frente a frente!

Nos quedamos viendo fijamente y ene so ella me beso, sus labios apretaban muy rico los míos, entonces, perdiendo totalmente los estribos y olvidándome que estaba en su casa, ¡la tomé de su espalda y me la comí a besos!

CC: Basta, ¡esto no está bien!

L: Lo sé, ¡pero me encantas!

CC: ¡Pero eres amigo de Javier!!

L: ¡Y tu su esposa!, ¡así es la vida nena!

Mis manos acariciaban sus sensuales piernas, mi boca besaba su cuello, ella lanzaba pequeños gemidos, la adrenalina estaba a tope, ¡finalmente la convencí y me dijo que fuéramos al cuarto de huéspedes! Una vez dentro, Claudia Carolina perdió los estribos, se lanzó encima mío besándome apasionadamente, yo me quitaba mi camisa y camiseta, mientras le desabrochaba el vestido, ambos estábamos embriagados de excitación y deseo, finalmente ya desnudos mi boca se lanzó a devorar sus pezones color claro, eran hermosos y se endurecían al tacto  de mi lengua…

Claudia Carolina me apretaba la cabeza, su cuerpo desnudo era perfecto ni mi Lety estaba tan rica como ella, mi lengua bajaba por en medio de sus tetas hasta sus ingles, las cuales besaba y mordía con pasión, la acosté y abrí sus piernas para dirigirme a su rica vagina depilada, mi lengua saboreo su sudor y luego sus labios vaginales, ella se retorcía al tacto de mi lengua, apretándole sus ricas tetas me abría paso en su vagina!

L: ¡Esto sabe magnifico!

CC: ¡Uhm, dios!!

Fue entonces que comencé  a darle la mejor mamada que le eh dado a una mujer, mi lengua no dejaba de probar su vagina, con mi boca se la succionaba, mordía sus muslos, llevaba mi lengua de su coño hasta el inicio de su ano , eso la tenía loca, la adrenalina de estar en su casa y que Javier estuviera durmiendo me alentaba  hacerle más rico todo, Claudia Carolina sudaba y gemía, sentí como se corría, mi boca se abrió para tragar su fluidos que me supieron a gloria, su orgasmo fue largo, entre quejidos y gemidos leves, la sensual esposa de mi amigo disfrutaba de ser infiel!

CC: ¡Que rico, uhm!!!

L: Vamos nena, ¡te toca!

CC: Que grande es, ¡dios!!

L: ¡Vamos nena, chupa uhm!!

Claudia era muy buena, tomo mi verga y la coloca en medio de sus a eran geniales, Claudia Carolina devoraba toda mi verga, podía sentir su garganta en cada tragada, le acariciaba sus ricas nalgas y le apretaba la cabeza para ahogarla mientras se comía mi verga que estaba súper dura!

Ella dejo de mamármela y lentamente subí hacia mí, ¡se acomodó encima de mi pelvis y tomando la cabeza de mi verga empezó a ensartarse sola!

L: ¡Ya la quieres cariño!

CC: ¡No sabes cómo me hace falta!!

Fue maravilloso sentir como iba entrando en ella, la tome de sus pechos y me movía a su ritmo, Claudia Carolina se veía magnifica montada en mí, ¡la tome de sus muslos y disfrutaba de la cabalgada que me daba!

CC: ¡Que dura, uhm!!

L: ¡Si, que rico te mueves!!

CC: Somos unos traicioneros, ¡uhm!!

L: Si, ¡vamos a ir al infierno!

relato sexo puta esposa de amigoNo se ella, pero para mí no era nuevo estar con la esposa de algún amigo o familiar, así que solo disfrutaba de su cuerpo. Claudia Carolina se movía más rápido, mi verga estaba hasta el fondo de ella, me empujaba para penétrala más rico, ella bajaba a besarme y luego movía fenomenal su cadera, le apretaba sus ricas nalgas, le besaba las tetas, mordía sus pezones, estábamos cogiendo rico!

Cambiamos de pose la acosté en la cama y de misionero se la metía, me movía rápido como gusano, sentí como mi verga era apretada tan rico por su vagina, nos besábamos, nuestras lenguas chocaban como espadas, ella me enterraba sus largas uñas en cada embestida y me abrazaba con sus piernas, eso fue maravilloso, luego tomé sus piernas y levantándola de patita en hombro, la cogí con más fuerza, Claudia Carolina lanzaba gemidos muy excitantes, eso me hacía moverme más rápido y más duro.

CC: ¡Que rico, uhm!!

L: Estas buenas nenas, ¡uhm!

CC: ¡Mas, que rico me coges!!

L: ¡Uhm, que boquita!!!

Ahora estábamos acostados yo detrás de ella de “cucharita”, le acariciaba sus tetas duras, le besaba su cuello, levantaba su pierna doblándola para penetrarla mejor, ¡nos habíamos olvidado de donde estábamos!

Una y otra, mi verga entraba y salía en esa pose, sus nalgas se miraban aún más grandes, le acariciaba con pasión y salvaje, dejándole marcas que estaba seguro su marido notaria, eso no nos detuvo, Claudia Carolina chupaba mis dedos como si de una verga se tratara, ¡sabía que nos podían descubrir y eso me ponía aún más!

La puse en cuatro, sus nalgas se miraban increíbles, en serio, se los juro, nunca había visto unas nalgas tan hermosas, duras y grandes, las abrí y miraba como su vagina escurría, entonces lentamente empecé a penétrala, ¡una vez dentro mis movimientos eran suaves al ritmo que ella quería ya que su cadera se movía y me daba un gran placer!

L: ¡Que rico te mueves uhm!!

CC: ¡Agh, si así, uhm!!

L: Dios, que ricas nalgas, ¡toda tu eres una diosa!

CC: ¡Mas cógeme más!!

L: ¿Te gusta?

CC: ¡Me encanta, uhm!!!

L: ¡Pues toma!!!

Mis embestidas aumentaron, la tomaba de sus manos y me empujaba con fuerza, el ruido de sus nalgas chocando en mi pelvis era una música celestial, sus gemidos podían despertar a cualquiera, le daba de nalgadas, el acariciaba sus muslos, metía mi nao y jugaba su clítoris, sentía como escurría, tomaba sus caderas y la embestía con fuerza, ella babeaba y me pedía más y más, ¡quería tenerme siempre adentro!

CC: ¡Ah, uhm, así, ah, ah!!

L: Si, uhm, toma, ¡uhm!

CC: ¡Que rico, agh, uhm!!

L: Dios, que rico aprietas, ¡uhm!!

¡Por la fuerza con la que la embestía, termine por tirarla en la cama, así fue más rico, ella puso una almohada en su pelvis y levanto más sus nalgas, así al pude penetrarla mientras le acariciaba su sensual espalda, me empujaba con fuerza, ella también movía bien rico su cuerpo, sus nalgas se movían a mi velocidad, la sensación era única, los gemidos y suplicas aumentaban ahora ella era mi puta!

L: ¿De quién eres?

CC: ¡Tuya, uhm!!

L: ¿Quiete te coge rico?

CC: ¡Tu!! Luis, ¡tú me coges rico!!

La cama rechinaba con mucha fuerza, ambos sudábamos, continuaba disfrutando de la esposa de Javier, en eso sentí como se contraía un nuevo orgasmo estaba teniendo Claudia Carolina, que me apretó las manos y se movió como licuadora, eso me hizo enloquecer, el punto que mis bolas se endurecieron y comencé a venirme en su rico coño.

CC: ¡Ah, que rico, uhm!!

L: Ah, ¡Claudia toma mi leche!!

CC: ¡Que rica, que rica tu leche!!

L: ¡Más rica estas tu mi vida!!!

Agotados nos quedamos besándonos en la cama, nos olvidamos por completo de Javier quien increíblemente seguía dormido, que suerte tuve, ¡disfruté a su mujer y en su casa!

Tomé una ducha y salí de su casa alrededor de las 5 de la mañana, no tuve tiempo ni de dormir ya que a las 9 de la mañana empezaba la exposición y tenía que estar puntual, pero valió la pena el desvelo, ya que me había cogido a un mujeron como Claudia Carolina, que me paso su número de whats y todo el día estuvimos chateando, incluso mientras comía con Javier, ella me mandaba fotos provocadoras y sensuales.

J: Jajá, ¡amigo así que ni aquí te dejan en paz!

CC: ¡Ya ves cómo son las mujeres!

J: ¡Pues espero disfrutes tu estancia aquí!

CC: De eso no tengas duda amigo, de hecho, ¡al rato tengo una visita!

Javier se rio y nos despedimos él se fue sin saber que su esposa era quien me visitaría y que esa noche ocurría algo excitante y a la vez mórbido, pero eso se los contare después.


Imagen únicamente de caracter ilustrativo para este relato erótico…

 

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