Primer trio con mi esposa y su compañero de trabajo

Hola me llamo Carlos y les contare como convencí a mi mujer para realizar un trio, ella es Rosa, ambos tenemos 35 años y 9 de convivencia. Nuestra vida sexual era bastante tranquila, con sexo convencional, lo hacíamos casi inter diario sin que llegue a ser nada extraordinario.

Mi mujer es de un cuerpo muy normal, senos pequeños pero coquetos, caderas medianas pero muy trabajadoras, no le gustan mucho los exhibicionismos, pero cuando esta con ganas es una mujer muy caliente, y por eso siempre he estado seguro que puede complacer a cualquier hombre.

En algún momento comenzó en mi la curiosidad por realizar un trio, algunas veces se lo decía mientras hacíamos el amor, y me daba cuenta que la excitaba, pero al terminar siempre quedaba en nada esa idea.

Me fui dando cuenta que le gustaba y excitaba que le recuerde a su ex mientras hacíamos el amor y a mí no me disgustaba, también fantaseaba con algún amigo y la excitaba pero todo terminaba después del orgasmo.

Hasta que un día mientras hacíamos el amor, le hice fantasear con un amigo de su trabajo y note que su excitación fue mayor, y que eso nos dio pie a echar un gran polvo. Ese día decidí que ese amigo era el indicado para realizar mi fantasía.

Empecé a decírselo continuamente, ella lo disimulaba, a veces se disgustaba, otras se excitaba pero nunca terminaba de aceptarlo del todo. Hasta que un día acepto y comenzamos a planear como hacerlo.

Decidimos invitarlo un día a la casa con la excusa de un tema de su trabajo, ese día coordinamos para dejar a nuestros hijos en casa de sus abuelos y así tener la casa sola para nosotros tres.

Muy puntualmente a las 7.00 pm sonó el timbre, yo estaba listo, ansioso y nervioso a la vez, Rosa aún estaba en la ducha, así que me pidió que abra la puerta, así lo hice, al abrir su amigo estaba un poco desconcertado, rápidamente lo salude:

– Hola tú debes ser Jensen, adelante, siéntate, Rosa bajara en un momento, deseas tomar algo?
– Hola si mucho gusto, me pidió que venga para terminar unas cosas de trabajo.
– Si me lo comento, ponte cómodo, ya bajara, te traeré una gaseosa.

Le traje una gaseosa y casi de inmediato apareció mi mujer en la sala, la verdad estaba linda, se le notaba “fresca”, solo llevaba puesto un buzo, bastante suelto pero que le formaba muy bien el culo, y un camiseta que dejaba notar que no llevaba brasier. Se notaba la sorpresa de Jensen al verla así, ella rápidamente hablo a manera de romper el hielo.

– Porque me miras así?, ah ya te sorprende no verme con uniforme, estoy en mi casa y deseo estar cómoda.

Al escuchar eso me di cuenta que estaba decidida a todo.

Decidí ir a la tienda a comprar unos snacks, con la idea de dejarlos solos y que se sintieran más cómodos,, al volver estaba mi mujer sentada en la silla de la laptop y su amigo le daba instrucciones por detrás, al verme entrar note que él se sintió incomodo, rápidamente exprese:

– Trabajen con calma, y mientras vayan picando de estos snacks, hagan de cuenta que yo ni estoy aquí.

Deje los snacks y me retire al sofá, estuve ahí mirando la tele y a ratos volteaba disimuladamente a mirar, podía ver que estaban más pegados, pero lo hacía de tal manera que ellos ni lo notaran.

Pasaron algunos minutos más y ellos se acercaron diciendo que ya habían acabado su trabajo, demás esta decir que mi esposa “aprendió rápido”, pues su intención era otra y no aprender nada de trabajo.

Invitamos a Jensen a sentarse y mi esposa le dijo que como habían terminado rápido si gustaba podíamos ver los tres alguna película. El acepto con algo de pena, dijo que no quería incomodar.

– Mientras yo traigo vasos para beber algo, tu amor acerca alguna botella de trago, me dijo
– Y tu Jensen, prende el tv.

Grande fue la sorpresa cuando al prender vimos que en la pantalla apareció una película triple XXX (luego me enteraría que fue Rosa quien dejo esa película intencionalmente), los tres, cada uno desde su posición nos miramos rápidamente. Y fue Rosa quien habló:

– Uy se quedó la película del otro día amor, pero la cambiaremos, o si gustan podemos terminar de verla?

Yo le dije por mí no hay problema, depende de tu amigo.

Inmediatamente él nos miró con cara de sorprendido… Y dijo:

-Es su casa… ustedes deciden.

Rosa no perdió el tiempo y dijo:

-Entonces no se diga más, un trago y veamos la película.

Servimos el trago en las copas y tomamos posición frente al televisor para mirar la película, Rosa muy hábilmente se colocó al medio de nosotros. Comenzamos a mirar, había un ambiente tenso, y a la vez de excitación, de humedad, de morbo. Durante buen tiempo, calculo unos veinte minutos nadie hablaba, solo en un par de ocasiones alguna expresión corta pero contundente de Rosa:

– Que pene tan grande!!
– Que bien goza esa chica!!

Pasado ese tiempo, Rosa no podía más con la excitación, era mucho el morbo de estar mirando una Triple X y más aun con la compañía de un “desconocido”.

Deslizo su mano por mi entrepierna, y comenzó a sobar mi paquete que para ese rato ya estaba muy duro. Jensen trababa de mantener la mirada fija en el tv, pero era inútil porque se notaba que se daba cuenta de lo que pasaba y no podía evitar mirar disimuladamente.

Luego de sobar fuertemente, Rosa cogió una de mis manos y la dirigió hacia su senos, comencé a sobarlos de la manera más discreta posible, pero era difícil hacerlo, pasado un momento con su otra mano tomó mi cuello y comenzó a dirigir mi cabeza hacia sus senos, yo por un instante olvide donde estábamos y de la compañía que teníamos y me deje llevar, fue ahí que Jensen, se paró del sofá:

– Creo que lo mejor es que me retire, veo que ustedes ya necesitan estar solos.

– No creo que debas irte, a mí me pone muy caliente que estés aquí, además te debo un favor y me gustaría pagártelo – Dijo Rosa.

Jensen, inmediatamente me miro, con cara de asombro, y quizá vergüenza a la vez.

Le dije por mí no hay problema, solo quiero que Rosa sea feliz. Dicho esto Jensen estaba mucho más confundido, pero Rosa no perdió el tiempo, se dirigió hacia él, tomo su mano y la dirigió hacia sus pechos, e hizo que comenzara a acariciarlos.

Luego de un momento, le pidió que comenzara a darle placer con su boca:

– Tú me has ayudado con el trabajo, ahora yo quiero pagártelo, así que soy toda tuya, y quiero que me comas toda – le dijo.

Se incorporó y sin dudarlo se desnudó toda, caminó de manera muy sexy hacia el otro sofá que era mucho más grande, se acostó y le dijo:

– Ven, quiero que me hagas tuya.

Jensen seguía muy sorprendido, pero ya podía notarse en su mirada y en su entre pierna la gran excitación que llevaba. Volvió a mirarse, y yo que para ese rato ya está sorprendido por la actitud de Rosa, solo atine a mover mi cabeza en señal de conformidad.

Camino hacia ella, y solo con un gesto de Rosa entendió que debía desnudarse, lo hizo rápidamente, y ella abrió sus piernas como pidiéndole sexo oral.

Se agacho y puso toda su cara en su entre pierna, era muy excitante para mi ver cómo le comía el coño a mi mujer un extraño, y como ella gemía de placer. El ver esto me había puesto a mil a mí también, por lo que también me desnude y me acerque hacia ellos, grande fue mi sorpresa cuando Rosa dijo:

– Hoy no amor, ahora solo quiero que Jensen me coma, quiero gozarlo, luego me tendrás tú.

No tuve más opción que detenerme y aceptar que por el momento solo podría mirar.

– Que rico lo haces, me estas comiendo muy bien.
– Sigue así, mete más tu lengua!!

Rosa gemía como una verdadera puta, gritaba fuerte y no hacía más que presionar la boca de Jensen contra su coño. Estuvieron así un buen rato hasta que ella le pidió que pare.

– Me voy a venir, pero quiero hacerlo con tu pinga adentro, dijo.

Jensen que para este rato ya tenía mucha más confianza, se incorporó, y no le fue difícil clavarla de una sola por lo empapado que Rosa traía el coño.

Comenzó a cogerla de todas más maneras posibles, Rosa solo podía gemir y gritar lo mucho que estaba gozando.

– Que rico cachas, sigue así!!
– Ves amor lo rico que me está comiendo??
– Sigue papi, sigue que ya me vengo.

Se acomodó de frente, con las piernas muy abierta, y Jensen comenzó a darle muy fuerte, hasta que ella se corrió gritando como nunca antes la había visto.

– Me vengo, me vengo!!! Gritaba como una zorra.

Ella había logrado venirse, como quería sintiendo la pinga de el en su coño, con sus manos comenzó a acariciar a Jensen como calmándolo, y poco a poco logro que el parara.

Me miró y me dijo:

– Ven.

Yo estaba a mil, a punto de estallar ante tanta excitación. Me acerque y ella comenzó a chuparme la pinga, con mucha pasión y fuerza.
Ante esto, Jensen nos miraba, como reclamando que él no había terminado.

– No te apures, ahora voy a terminar contigo, solo quiero agradecerle a mi marido por dejarme dar este placer. Dijo Rosa.

Luego siguió chupándomela, la metía y sacaba de su boca con tal fuerza que rápidamente sentía que ya iba a terminar.

– Para porque si no me voy a venir, le dije.
– Eso quiero, que me des tu leche acá, respondió.

Me sorprendí, porque era algo que yo siempre había querido hacer, pero no había conseguido hasta ese rato.

Rosa continuo chupándomela de manera muy fuerte, así que no demore en venirme, llenándole la boca de leche.

– Me corro en tu boca, que rico!! – solo pude exclamar.

Ver toda esa escena lo había mantenido a Jensen muy excitado, por lo que su pinga seguía muy dura.

Rosa mirando con una cara de muy puta camino hacia el sofá más pequeño, y se colocó a cuatro patas, aun salía leche de su boca, la cogió en su mano y comenzó a untársela en el culo, miro a Jensen y le dijo:

– Ven, este es tu premio.

El no perdió tiempo y camino hacia ella, coloco su pinga en la entrada de su culo y comenzó a flotarla.

Ella comenzó a decirle cosas que yo sé que la excitaban mucho.

– Hace tiempo que te deseaba.
– Sabía que tenías una pinga muy rica.
– No pares hasta que entre toda.

El seguía hábilmente sobándola, hasta que logro clavarla toda. Rosa no acostumbraba a darme el culo, pero podía sentir lo excitaba que estaba, por lo cual sabía que estaba gozando.

– Esta rica!!
– No me equivoque al planear esto.
– Me duele, pero no pares.
– Quiero que me dejes el culo lleno de leche.

Siguieron moviéndose una rato, hasta que Jensen no puedo más y se vino llenándole el culo de leche a mi mujer.

– Que rico!!! – gritaba al mismo tiempo que gemía.

Se incorporaron los dos, Rosa le dio un beso en la mejilla y le dijo:

– Gracias, estuviste genial, espero que no te arrepientas.

Se dirigió hacia el baño. Jensen se vistió, y solo atinó a decirme:

– Gracias, espero que todo esté bien y se marchó.

Yo me quede en el sofá, esperando a que Rosa salga del baño.

– Jensen se fue? – me pregunto al salir.

Le dije que sí, ya se había marchado.

Entonces me dijo:

– Estoy adolorida, la tiene muy gruesa. Descansare un poco….. y luego tú también tendrás tu premio.

Continuará…

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