Relato de un juego sexual que terminó haciendo a mi mujer una prostituta

Tratando de dar mas interés a nuestra relación, mi esposa y yo que ya llevamos 15 años de casados nos inventamos algunos juegos. Por ejemplo fingimos que no nos conocemos y nos encontramos en un bar y yo la seduzco y la convenzo de que vayamos a un hotel a tener sexo.

Pero en una ocasión viendo algo en internet vimos un anuncio de sexo en Madrid en donde residimos hace un tiempo, y se nos ocurrió algo nuevo. El juego consistía en que ella se haría pasar por una prostituta y estaría en una esquina esperando cliente y yo llegaría para contratar sus servicios y llevarla a un hotel.

La verdad que al indagar por la web pude descubrir mas en la página de las cosas que las mujeres que se anunciaban ofrecían para ir preparado en qué pedirle a mi mujer para provocar así distintas situaciones…

relato juego sexual como prostituta

Para este juego, ella se vistió apropiadamente con ropa muy pequeña y entallada, se maquilló algo exagerado para representar mejor su papel. Cuando ya estaba en la esquina donde acordamos que me esperaría, y yo me acercaba para abordarla, otro hombre se me adelantó y le preguntó que cuanto cobraba por sus servicios, a lo cual ella contestó que no era lo que él pensaba, que la dejara tranquila y que estaba esperando a alguien.

Cuando este hombre se marchó y llegué yo, me contó lo que había pasado y estaba muy apenada. Sin embargo esto a mi me causó una gran excitación y le propuse que siguiéramos el juego y viéramos que tanto interés podía causar en los hombres que pasaran. Ella no estuvo muy de acuerdo pero ante mi insistencia accedió a hacerlo, yo me alejé un poco para observar sin que se dieran cuenta los hombres que pasaban.

Grande fue mi sorpresa al ver que muchos «clientes» empezaron a acercarse a mi esposa con la intención de llevarla al hotel y dispuestos a pagar una buena cantidad por sus servicios. Esto me calentó muchísimo, y después de un rato me acerqué a mi esposa, que también estaba asombrada por el éxito que había tenido. Nos fuimos a casa y tuvimos una gran sesión de sexo, como hacia un tiempo no lo hacíamos ya que la experiencia nos había calentado muchísimo a los dos.

Cuando terminamos, yo le pregunté a mi esposa si entre los hombres que se le habían acercado no había alguno que en verdad le hubiera gustado y con el que si hubiera querido irse al hotel a coger. Ella me dijo que como era posible que se me ocurriera semejante cosa, pero como seguí insistiendo, admitió que un par de ellos le habían parecido muy atractivos y que le calentó mucho imaginar que si se hubiera ido con ellos a un hotel y dejar que se la cogieran y la trataran como prostituta. Pero me dijo que eso solo había sido una fantasía.

Esto me calentó sobre manera y le dije que si no le gustaría que esa fantasía se hiciera realidad, que yo estaba dispuesto a dejarla que se hiciera pasar nuevamente por prostituta y si algún hombre que le gustara la abordaba, se fuera con el. Al principio ella rechazó mi propuesta, pero yo noté, que en verdad se excitó mucho y le insistí, le dije que le daba permiso de hacerlo con la condición de que después me platicara todo con detalles. No podía creer cuando ella me dijo que aceptaba, que si le gustaría hacerlo, que esta situación se la hacia de lo mas morbosa y que si yo estaba seguro, ella lo haría.

El imaginarme que mi esposa se convirtiera en una prostituta causó en mi una sensación extraña, de celos y deseo de que lo hiciera, y si, en verdad deseaba saber que mi esposa se entregara a otro hombre por dinero y por placer, quería que mi esposa me pusiera los cuernos y que además me contara como había sido.

Y lo hizo. Nuevamente se vistió como una prostituta y se paró en una esquina a esperar los clientes mientras yo observaba desde lejos. No tardaron en empezar a acercársele hombres de todos tipos, a los que ella rechazó, pero cuando se acercó un joven de buen físico y agradable, inmediatamente noté como mi esposa se entusiasmó con él y volteó a verme para confirmarme que por fin se había decidido y se iría con el.

Yo solamente los vi ir hacia el hotel y cuando entraron me fui al auto y empecé a masturbarme imaginando a mi esposa cogiendo con aquel desconocido, imaginando que mi esposa en verdad se comportaba como una puta y le daba placer a ese hombre a cambio de dinero, pero quienes mas disfrutábamos de esta situación éramos mi esposa y yo.

Después de dos horas, salieron del hotel y el joven se marchó y mi esposa se dirigió hacia mi coche y al subirse, noté que estaba feliz, que lucia radiante como pocas veces la había visto.

Le pregunté como le había ido y ella me dijo que había sido fabuloso, que estaba muy agradecida conmigo por darle esta oportunidad y me dijo que nos fuéramos a casa y allá me contaría todos los detalles.

Ya en la casa mi excitación era enorme, quería saber todos los detalles de como me habían puesto los cuernos y empecé a interrogar a mi esposa. Ella me dijo que aquel hombre era un verdadero semental, que no quería hacerme sentir mal pero que su pene era mas grande y gordo que el mio, y que era mas vigoroso, que la había cogido por la vagina y por el culo dándole 5 deliciosos orgasmos (conmigo solo había tenido 2 en una sesión), que lo hicieron en muchas posiciones que después me enseñaría y que en verdad había disfrutado coger con aquel hombre.

Al final me entregó el dinero que le había pagado aquel hombre y me dijo que yo me lo había ganado, que ella con el placer que disfrutó estaba mas que pagada.

 

 

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