Relato caliente de mi primera vez con una chica 10 años mayor que yo

Hola a todos espero lo estén pasando bien, he decidido compartir con ustedes mi relato erótico de mi primera vez con una chica 10 años mayor. Espero les guste y como siempre gracias por leerme.

Tenia quince años en ese entonces y mis experiencias sexuales se contaban en las veces que había visto a mi madre follando ya sea con mi padre u otros tipos, a veces más de uno a la vez.

Sin embargo llegando a esa edad cada vez me sentía más y más emocionado con la idea se tener una vida sexual activa, no podía evitar ver a mujeres jóvenes o mayores sin imaginarme estarlas tocando y teniendo sexo con ellas.

Más de una vez alguna de ellas notaba mi mirada lasciva y terminaba por sonrojarme al verme descubierto.

Sin embargo yo no quería pagar a una mujer que se dedicara a ofrecer servicios sexuales y tampoco quería estar con una jovencita que estuviera igual de asustada que yo, de echo quería estar con una mujer que me enseñara para después poder complacer a las chicas de mi edad.

Así fue como conocí a Julieta o Juls como después le diría a su petición, Juls era mayor que yo aunque no era tan mayor como mamá o las otras mujeres que asistían al GYM de mamá.

Ella tenía 25 años diez más que yo tenía un tono de piel morena claro, de ojos verdes y un cuerpo joven y firme de senos y nalgas parados y perfectamente torneados, así como un cuerpo muy bien cuidado y una larga y lacia cabellera negra, además de tener una linda cara de aspecto dulce como el tono de su voz.

La primera vez que Juls y yo intercambiamos palabras fue de echo cuando ella me descubrió mientras miraba a otra de las clientas.

—Cualquiera diría que te la quieres comer con la mirada —

Me dijo sacándome del trance en el que estaba.

—Todas ustedes son tienen tan buen cuerpo que a veces no puedo evitar mirar—

Respondí de manera tranquila pero algo apenado por ser descubierto

—Y me miras a mi también —

Me dijo mientras sonreía

—Bueno solo cuando estás muy concentrada en tu rutina—

Respondí en un tono algo cretino intentando mostrar seguridad cosa de la que pronto me arrepentiría.

Sin decirme nada se alejó a seguir con su rutina, por mi cuenta seguí con mis labores pero ya sin mirar a ninguna de las mujeres que se encontraban allí.

Después de un rato escuché que Juls me llamaba pidiendo ayuda con algo, lo cual era común entre las personas que asistían al GYM tanto hombres como mujeres, ya sea para ayudarles a mover alguna mancuerna o ajustar alguna máquina o pedir alguna toalla cosas por el estilo.

Juls estaba se encontraba en el piso de espaldas estirando las piernas con sus ajustadas mallas deportivas en una posición más que sugerente.

—Empuja mi pierna tengo un calambre—

Me dijo mientras estiraba una pierna y descansaba la otra sobre el piso, no era nada que no hubiera echo otras veces con otras de las chicas incluso con algunos hombres.

La tomé por el tobillo y empuje suavemente hacia su cuerpo

—Empuja más vamos—

Empuje con algo mas de fuerza pero cuidando de no lastimarla y por el mismo motivo tuve que bajar mis manos sobre su pantorrilla.

—No tengas miedo empuja hasta que mi rodilla llegue a mi cuerpo no me lastimaras—

Fue entonces que me apoyé directo de su muslo y recargue todo mi peso hasta que logre llegar a la posición que ella buscaba, algo sorprendido por la flexibilidad de su cuerpo debo decirlo, a punto que lo único que impedía que nuestros cuerpos estuvieran juntos era solo su pierna.

Fue entonces cuando Juls cerró su trampa que sin duda me había tendido con mucha paciencia.

Me tomo de las manos y me jalo hacia ella estirando más aún su pierna y dejando mi rostro a pocos centímetros del suyo.

—A que no habías estado así de cerca de una chica, te excita tenerme asi—

Debí de sonrojarme bastante e intente librarme de sus manos pero Juls era increíblemente más fuerte que yo.

—Si te liberas gritare y diré a tu madre que me tocaste de manera inapropiada—

Al decirme eso yo mire alrededor queriendo asegurarme que nadie viera lo que pasaba mucho menos mi madre.

—Creí que te gustaría tenerme así de cerca que no soy tan sexy para ti—

Me disculpe por mi actitud más temprano y le pregunte que podía hacer para que me soltara.

—Quiero que me beses ahora un buen beso con lengua—

Me acerqué a su rostro y mientras yo temblaba ella pegó sus labios a los míos y metió su lengua dentro de mi boca por varios segundos.

—Que horrible besas—

Me dijo mientras me soltaba, me puse en pie al instante y me encamine al baño entre enojado, avergonzado y humillado sin siquiera mirarla a ella.

Regresé al mostrador después de mojar mi rostro y al salir mi madre de la oficina a trabajar en persona con sus clientes me quede allí sin moverme para nada, Juls salía del local e inevitablemente pasaría por su credencial así que la vería de nuevo aunque no lo quisiera.

Tomé la credencial y estiré mi mano para entregársela sin levantar la mirada, ella tomó la credencial y debajo de mis dedos me dejo una tarjeta de presentación que al reverso de su nombre tenía anotado una dirección y una indicación de la hora en que me pedía llegar.

Mil cosas pasaron por miente pero al final el morbo y la curiosidad me ganaron, por suerte el lugar que resultó ser la casa de Juls estaba relativamente cerca del GYM y por suerte ese día tenía una cita de estudios a la cual por supuesto no asistí para ir a con Juls.

Presione el timbre de la puerta y pocos segundos después Juls abrió la puerta, de nuevo me sorprendió al verla vistiendo con ropas tan holgadas solo una pequeña camisa de resaque que no le cubrían por completo sus senos y una muy holgada y diminuta falda que igual apenas le cubrían sus nalgas eran las únicas prendas que ella vestía.

—Vaya entonces si te atreviste vamos pasa—

Entre a su casa que cabe decir era muy linda y limpia, me ofreció una bebida la cual acepté y después de hablar muy poco en verdad ella me tomo de la mano y me llevo a la sala haciéndome sentar en el sofá, ella se sentó de frente sobre mi doblando sus piernas a mis lados, vaya montando sobre mi y de nuevo inclinó su rostro hasta estar casi pegado al mío.

— Bésame esta ves nadie nos ve y estamos solos bésame como tantas veces lo has imaginado —

La besé muy lentamente uniendo mis labios a los de ella y esta ves tomando la iniciativa fui yo el que invadió el interior de su boca con mi lengua dándome el tiempo para explorar su boca y atrapar su lengua con mis labios para chuparla mientras despegaba mis labios.

Repetimos esta acción varias veces mientras yo sentía como mi miembro se endurecía de a poco.

—Vaya así está mejor —

Me dijo mientras me besaba mi cuello y desabotonaba mi camisa.

—Juls yo nunca —

Ella me calló besándome de nuevo mientras acariciaba mi pecho y arrojaba mi camisa al piso alfombrado.

—Shhh ya lo sé tonto pero por eso estás aquí te volveré un gran amante—

Seguido de esto ella se sacó su pequeña camisa y la arrojo sobre mi camisa, siendo la primera lección el saber como darle placer a sus lindos senos, como si de una lección se tratara Juls me indico la manera de presionarlos, besárselos, aplastar sus pezones con mi lengua y a chuparlos y morderlos causando más placer que dolor, cosa que hice siguiendo sus instrucciones.

relato primera vez con chica mayorComo premio Juls me dio una de las mejores mamadas que alguna chica me hubiera echo, chupando mi verga con fuerza y suavidad al mismo tiempo y haciéndome sentir por primera ves como mi verga podía abrir la garganta de alguna chica si lograba meterla tan profundo, me hizo correrme dentro de su boca y ella sin problema alguno se tragó todo mi semen sin desperdiciar gota alguna.

Juls me llevó a su alcoba luego de esta acción donde me enseñó la segunda lección, que consistió en aprender como comer un coño, de nuevo seguí sus instrucciones, el como mover mi lengua y mis dedos, como usar mi lengua en su vagina y mis dedos sobre su clítoris hasta estimular su punto g, lo hice hasta que escuche sus agudos gemidos por varios minutos hasta que ella termino corriéndose sobre mi lengua sin pudor alguno.

—Tu sabor es increíble Juls—

Le dije mientras saboreaba sus deliciosos jugos, ella recogió un poco con sus dedos y los llevo hasta su boca.

—Lo se amor, pero es hora del estelar no crees—

De nuevo Juls hizo gala de sus flexibles piernas levantándolas y separándolas lo más posible, dejándome ver una vagina húmeda y abierta lista para ser penetrada.

Me coloqué sobre ella y lentamente empuje mi dura verga dentro de ella, pero más parecida que era su vulva la que absorbía mi miembro apretando de manera suave y muy excitante.

Juls dejó escapar un largo y sonoro gemido cuando sintió mi verga dentro de ella, casi sin aliento me indicó que tenía que empujar con la fuerza de mi espalda y mi cadera comenzando de a poco y aumentando el ritmo de a poco.

Sabia que lo hacía bien al escuchar a Juls gimiendo y pidiéndome que siguiera y que aumentara más el ritmo.

—Ahhh así así mas más fuerte vamos haaa —

Seguí motivado por sus retortijones y gritos hasta que sentí como mi verga se humedecida una y otra vez hasta que no pude más y eyacule dentro de ella con mucha fuerza.

Saque mi verga llena de sus jugos y mi semen y me recosté a su lado muy agotado.

—Felicidades ya eres un hombre, pero aun puedo enseñarte más—

Me decía mientras se acomodaba a mi lado acurrucándose en mi pecho.

Ella y yo tuvimos relaciones varias veces a la semana hasta que por trabajo tuvo que salir de la ciudad, después de eso le perdí el rastro aunque ella cumplió su palabra y me convirtió en un gran amante, al que le fue muy útil usar después todo lo que ella le enseñó, la verdad es que nunca olvidaré a la bella morena que me hizo un hombre y me enseñó a complacer a una mujer.


Imagen únicamente de caracter ilustrativo para este relato erótico…

 

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