Relato erótico de una infidelidad inesperada de mi esposa que yo descubrí

Hacía ya un tiempo que sospechaba de alguna infidelidad de mi mujer, su nombre es Lucy de 31 años, trabaja para una tienda departamental muy conocida en el país, la describiré para así poder visualizarla en todo momento para deleite de los lectores.

Su altura no suele ser mucha, al contrario es una pequeña de 1.52 pero eso le da un toque de poder moldearla y acomodarla como uno guste, su complexión es la de una mujer delgada, a pesar de tener ya tres hijos su vientre sigue plano, cintura pequeña y ajustada provocando que su cadera a pesar de ser un poco pequeña se delinea de manera exquisita, dejando ver una par de nalgas redondas y apretadas.

Visiblemente se deja ver un lunar exquisito y mordible en el lado derecho de su bello trasero, se necesita usar las manos para poder abrirlas y ver todo aquello que se puede penetrar, al hablar de sus senos se puede decir que son pequeños 34B pero aun por el tamaño son firmes y deseables, con pezones bien formados de color marrón, se han formado de tanto que se han succionado y siempre que se excita se nota de inmediato…

Sus actitudes habían cambiado bastante, su forma de ser era otra, su arreglo personal era más cuidadoso, su cuerpo desprendía siempre un aroma delicioso el cual era combinación de su misma piel y exquisitas fragancias, siempre preocupaba por tener lencería sexy y provocativa, ahora mas de lo común.

Regularmente yo salía de casa mucho antes, cuando salía, ella se metía a la ducha para después irse a trabajar, sin embargo un día accidentalmente olvide llevar unas maletas al trabajo así que regrese a la casa sin previo aviso, las maletas se encontraban bajo la cama de nuestra recamara, los niños ya habían partido a la escuela, así que solo entre y me dispuse a buscarlas, aun escuchaba el ruido de la regadera, mi mujer no se dio cuenta de mi llegada, por lo que siguió su rutina de manera normal, mientras tanto yo me metía debajo mi cuerpo estaba completamente oculto ya que buscaba hasta el fondo de la cama, pero algo interesante captó mi atención…

El teléfono de mi mujer sonaba con un tono distinto al que regularmente tiene predeterminado, al escuchar esto, inmediatamente me percate que las llaves de la regadera se cerraron, ella salió rápidamente, pero ignoraba por completo que yo estaba ahí, no sabía que había regresado y mucho menos que estaba bajo la cama buscando maletas, así que decidí quedarme inmóvil tratando de escuchar la conversación lo cual era imposible solo escuchaba lo que ella decía…

  • Hola perdón recién salí de la ducha ya voy para allá, llegaré lo más pronto posible…-

Una risa picara salió de ella y las palabras que dijo no las podía creer

-Si nada más de pensarlo ya me mojé todita…-

Yo me quedé estupefacto me daban ganas de salir y decirle un sin fin de reclamos, sin embargo al seguirla escuchando comencé a sentir un poco de excitación…

  • Sé que es tarde y no pude llegar como quedamos pero… (tono de coquetería) prometo compensarlo más tarde, te aseguro que no te arrepentirás, valdrá la pena la espera, te haré lo que tanto me has pedido durante todos estos días (risa coqueta) por eso mejor me apuro por que se me hace tarde nos vemos, te mando muchos besos (suelta una carcajada). Si claro, puedes ponerlos donde más se te antoje, mas tarde me indicaras donde y mis labios los colocaran ahí personalmente…-

Durante un lapso de 15 a 20 minutos me mantuve inmóvil bajo la cama, imaginando mil cosas ¿Con quién? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Desde cuándo? Mi cabeza estaba pensando tanto que ni siquiera me percate cuando salió.

Al poco rato me incorporé, respiré profundo pensando en que hacer y deje que todo se acomodara, decidí seguir mi día normal, sin embargo aún quería respuestas y lo más lógico era que en su trabajo ella vivía una aventura, sentía coraje, tristeza eran muchos sentimientos pero al mismo tiempo me excitaba imaginármela con otro hombre, imaginaba su rostro excitado, sus ojos, sus labios mordiéndose, sus gritos, sus gemidos sus manos apretando su cuerpo, muy honestamente era algo muy confuso.

Ya por la noche dándoles miles de vueltas a la situación decidí ir por ella a su trabajo, regularmente mis salidas son tarde pero hoy debía ir, era evidente quería llegar en el momento exacto, verla salir con alguien, poder captarla en el momento de la infidelidad y justo ahí reclamar y desatar mi enojo.

Llegué un par de minutos antes de su salida, estuve ahí afuera. esperando, miraba como todos salían y ella seguía adentro, mi cabeza imaginaba mil cosas, como era, saldrán riendo, abrazados, jugueteando, sin embargo algo interrumpió mis pensamientos, salían dos personas más y comentaban entre ellas…

– Si ya es muy tarde, pero creo que tiene problemas con su corte de caja, Lucy y el gerente se quedarán a revisarlo, bueno según ellos lo revisarán (risas burlonas) ya todos sabemos lo que pasa en esas checadas …

– El quiere revisarle algo más que el corte de caja, has notado como le mira las nalgas, seguramente eso le checara ahorita (un par de carcajadas mas fuertes).

Yo me quede ahí pasmado, al no ir regularmente por ella, nadie me conocía ni me ubicaba como para avisarle o advertirle algo, vi que al salir ese par de chicas la puerta había quedado abierta, así que sin pensarlo dos veces entré, las luces ya estaban apagadas y vi que bajaba de las escaleras rápidamente un hombre, llevaba en su manos un par de llaves.

Yo me quede detrás de un anaquel y observe que cerraba la puerta, rápidamente regreso y subió, acto seguido pero muy en silencio partí hacia donde él iba, sabía que esta era mi oportunidad, esperar el momento justo para poder tener la pruebas suficientes de su infidelidad.

Hasta el fondo del segundo piso se encontraba el área de cajas yo miraba como mi mujer estaba en su caja, aquel hombre caminaba aprisa llegando justo detrás de ella, fu ahí cuando me di cuenta de todo lo que pasaba, yo me encontraba lo suficientemente cerca para escuchar pero sin ser visto no quería perder ningún detalle de lo que sucedería…

Él se acercaba a ella susurrándole excitantemente que la puerta de la tienda estaba cerrada, al decirle esto, la tomo por la cintura, pegándola a su cuerpo y comenzó a besarle el cuello, ella sonreía inclinando su cabeza y recogiendo su cabello para facilitarle el camino, al mismo tiempo que cerraba los ojos y se mordía su labio inferior, lentamente su mano derecha comenzó a subir de la cintura a sus senos metiendo sus mano sobre entre los botones de blusa desabotonando lentamente aquello que le impedía ver y dejar libre sus pechos ya excitados.

relato infidelidad inesperadaUna vez que logro su cometido el dejo completamente abierta la blusa de Lucy, solamente se podía mirar la sujetador negro de encaje, aunque sus pezones se marcaban de la excitación que ella sentía, por lo que sin mas ni menos lo desabrocho cayendo al piso dejando al aire las hermosas tetas de mi mujer, el las apretó con ambas manos estrujando sus pechos con pasión y tomando entre sus dedos los pezones de aquella ya dispuesta y sumisa mujer…

Ella sonreía picaramente con los ojos cerrados, parecía estarlo disfrutando demasiado, sus cuerpo se movía y se estremecía, yo miraba su cara de placer y sentía un tremendo enojo, pero mi cuerpo reaccionaba, me excitaba demasiado aquella escena que presenciaba…

Ella comenzó hablar diciendo… -ahora si te daré todos los besos que me has pedido y que te prometí, dime donde los quieres donde los has imaginado, donde los has deseado (su tono de voz era suave y sugerente).

El sonrió y le respondió de manera inmediata

– Siempre desee poder tocar tus labios, poder saborear tu boca, que pudieras llenarme el cuerpo con el sabor de tu saliva, poder saborearte una y otra vez, y hasta hoy me has dado esta delicia, quiero que me beses y pruebes todo de mi (llevando las manos de ella a su ya erecto pene sobre su pantalón)

Lucy sonrió aun con los ojos cerrados mordiéndose mas fuerte los labios y comenzó a besarlo, sus besos eran apasionados se lograba ver como su lengua jugueteaba dentro de su boca, ella le quitaba el saco y le abría la camisa de forma desesperada para besarle el cuello bajando por su pecho y un poco más hasta toparse con un cinturón, ella se hinco y le dijo con dulce y chipil voz -este beso durara un buen rato así que disfrutarlo ya que no sabemos si volverá a pasar….

Ella desabrochaba el pantalón de aquel excitado hombre quien simplemente se dejaba consentir, mi mujer a su vez se mojaba los labios y tomando el miembro erecto de su amante comenzó a darle un rica mamada, y vaya que ella es experta en eso, su boca pequeña hace sentir a tu miembro apretado, ella lo miraba coquetamente y jugueteaba con su lengua al rededor de su glande, succionaba con fuerza lo cual provocaba que aquel hombre mostrara su gusto con gemidos placenteros…

Ella seguía chupando la verga de aquel hombre más y más, ambos lo disfrutaban, la excitación de la pareja era evidente los rostros los movimientos era realmente una escena de cualquier escena porno de Internet.

El tocaba su cabello y lo apretaba sintiendo que su pene podría explotar en cualquier momento, pero esto no debía terminar así, pensaba, por lo que tiernamente la separo llevando sujetando su cintura la llevo hasta el mostrador sentándola frente el, miraba sus senos y ella abría sus piernas para que pudiera apreciar su rica y húmeda vagina.

Acto seguido el comnezó besarla nuevamente y apasionadamente chupo los pezones con fuerza, ella gemía, esos gemidos me hacían excitarme demasiado parecía que el enojo había pasado, solo estaba el placer de ver como mi mujer era devorada por otro, ni siquiera me di cuenta en que momento ella estaba ya casi completamente desnuda, solo le quedaba puesta a la altura de sus pantorrillas aquella tanga negra de encaje rosa que el 14 de febrero pasado le había regalado.

Él la besaba y sus manos recorrían cada parte de su cuerpo, ella temblaba de placer y sonreía él se desnudó completamente, comenzó a masajear su pene se sentó en una silla frente a ella y lo ofreció de nueva cuenta a la boca mi esposa quien de inmediato bajo del mostrador de un salto y lo recibió gustosa, succiono con tremendo antojo, el seguía tocándola y ella apretaba sus pezones en señal de que así lo hiciera él, por lo que de inmediato entendió y comenzó a hacerlo de la misma manera un poco agresivo pero muy sexy…

Esa escena duró un par de minutos, ella parecía jamas haber probado algo así, la saliva de su boca salia y menaba las nalgas de manera deliciosa, esa era la vista que yo tenia, gemía como una hembra en celo y el disfrutaba de la deliciosa mamada que Lucy por primera vez le estaba dando, al sentir que su verga estaba completamente lista la volteo de una forma un tanto brusca y la puso boca abajo concentrándose en sus nalgas.

Acto seguido le apretó las nalgas sus manos las apretaban con fuerza, las abrían dejando ver su vagina y el hermoso culito virgen que ellá tenia, el deseo de aquel hombre se hizo notar de inmediato, las empezó a morder, ella seguía gimiendo y se seguía apretando los senos, él tocaba la vagina húmeda de mi mujer y se chupaba los dedos saboreando sus delicioso jugos, ella apretaba las nalgas en reacción a la excitación y al mismo tiempo su amante jugueteaba un poco rozando con su lengua el culito de mi esposa…

El enojo había quedado atrás, en ese momento era solo excitación, ni siquiera me percate del momento exacto en que había sacado mi pene, el cual estaba masturbando con tan caliente escena…

Esto aún no terminaba, todo estaba en su punto máximo, ambos amantes ardían de deseo carnal, él quería poseerla, penetrarla, quería hacerla suya por primera vez, al mismo tiempo ella quería ser penetrada quería sentir el calor de una verga caliente en la humedad de sus labios vaginales, ella le susurro muy cachonda.

– Cógeme por favor. Hazme tuya, quiero sentirte en mi, quiero sentir tu verga dentro y quiero que me hagas gemir como tu mujer

Esas palabras podrían encender a cualquiera, yo mismo deseaba cogerla en ese mismo instante, pero el turno era de su amante, el la tenia ahí dispuesta para hacerla suya, por lo que se levantó y sentándose sobre una silla giratoria espero a que ella se montara, Lucy entendió el mensaje y fue directo a él, introdujo el pene de su amante hasta el fondo de su vagina, era la sensación mas deliciosa que ambos sentían, una relación prohibida, llena de deseo y lujuria.

Su pene caliente palpitaba dentro de su vagina pequeña y apretada, comenzó a mover sus caderas de forma exquisita, el hombre a su vez tenia los pechos de mi esposa a su merced los besaba, los mordía con pasión, y esto provocaba que ella se mojara cada vez más, se podía ver como su vagina escurría de lo excitada que estaba, era momento de aprovechar todo.

Era la primera vez que tenia los senos de mi mujer en su boca y así mismo sus manos estaban libres para deleitarse con sus bellas nalgas, el las apretaba, las abría, rozando el ano de Lucy con su dedo índice…

Eso parecía ser algo que le excitaba demasiado a Lucy sus gemidos eran los de una zorra, gemía riquísimo, se movía más rápidamente, pareciendo que estaba apunto de llegar a un orgasmo, yo sabía que mientras más caliente estaba ella, más permitiría tocar y saborear su culito, ahora ella permitirá muchas cosas…

Rápidamente ella se levantó, coloco sus manos sobre el mostrador y girando su cabeza dio pie a que la penetraran nuevamente, con sus manos ella misma abria sus nalgas, dejando a la vista de su amante su rica vagina húmeda y su ano palpitante de deseo, delicioso, era riquísimo ver aquella posición, ahora me imagino que para él, lo era mucho más, de inmediato él se dispuso a cumplir lo propuesto.

Comenzó a pasar su pene entre las nalgas de mi mujer y sobre todo en su culito, la lubricación de su verga se distribuía sobre el ano apretado de mi esposa, el cual estaba totalmente vulnerable, él lo acariciaba y lo rozaba con su pene, parecía estarlo preparando para ser penetrado por primera vez, lo que más asombro me dio, fue ver que su dedo comenzó a introducirse en el culo de Lucy…

Ella no ponía resistencia alguna estaba dispuesta a dejarse consentir a dejarse llevar por el placer, mientras tanto el metió de un solo golpe su pene dentro de su vagina, ella gemía y le decía que la cogiera que no se detuviera, él comenzó a cogerla fuertemente ella gritaba y gemía de placer.

Yo estaba ya muy excitado quería pararme frente a ella y cogerla también, pero aun así me contuve de hacerlo, no era el momento, tenia que espera a ver lo que sucedería, ya era una tremenda cogida el la penetraba con fuerza y vigor ella escurría al llegar al orgasmo, en ese preciso instante el sintió como no aguantaba más, estaba apunto de explotar, de dejar salir todo su semen dentro de mi mujer, ella al sentir ese tremendo palpitar grito y le dijo

– Por favor hazlo fuera, pero hazlo rico, usa mi tanga, quiero que la llenes a ella como te imaginas llenarme a mi… ella aun tenia los calzones a la altura de las pantorrillas, el sin pensarlo dos veces saco su pene y dejo ir todo su semen sobre los calzones de mi esposa…

El sonido de un teléfono interrumpió todo, parecía que aquella excitante escena se había esfumado de inmediato, el miro su celular mencionado que era el Gerente Regional que debía contestar, ella asintió con la cabeza mientras se quitaba los calzones llenos de semen, duro escasos 30 segundos la llamada y colgó…

-Está afuera, quiere verme, al ver mi auto estacionado sabe que estoy aquí…-

-Que hago (preguntaba ella apurada mientras se vestía)-

-La puerta de emergencia que da al almacén… será mejor que salgas por ahí-

Ella se vistió lo más rápido que pudo y metió su calzón húmedo a su bolsa de mano, él la despidió con un beso y le sonrió dándole las gracias, sabía que mañana partiría que seria la ultima vez que se verían, ambos bajaron, ella se desvió hacia otra puerta y salió.

Yo me quede ahí hasta que los dos hombres subieron, de inmediato yo me di la vuelta y salí por la puerta de emergencia, aun pude ver como mi mujer salía corriendo y cruzaba la calle para irse a casa, yo salí unos minutos después de verla lejos y me fui a casa también, llegue unos 20 minutos después que ella, entre como si nada hubiera pasado, escuche que tomaba una ducha, abrí la puerta del baño y la salude preguntado cómo estaba…

Ella me dijo que bien que había tenido un día pesado y deseaba desestresarse con una ducha, le dije que estaba bien que la esperaría en la cama, ella me sonrió y me dijo que si, al entrar a la recamara busque su bolsa de mano buscaba encontrar su tanga llena de su infidelidad pero no estaba.

Miré en el cesto de ropa sucia y tampoco estaba ahí, eso era lo de menos yo sabía que ya los había escondido, sin hacer drama alguno me recosté en la cama ya listo para dormir.

Ella salió de la ducha minutos después y solo se puso una playera ligera y una tanguita morada, me miro y sonrió coquetamente, yo le miraba los ojos y me preguntaba cómo era posible estar así como si nada, pero también recordaba la escena erótica que había presenciado y me excitaba el solo pensarlo…

Las luces se apagaron y ella se recostó, lógicamente yo estaba aún muy excitado quería arrancarle la ropa y cogerla, ella al dormir siempre pega sus nalguitas a mi, solo que en esta ocasión al pegarlas sintió que mi pene estaba erecto, ella se acerco más, en señal de sentirlo entre su nalgas, esbozando un ligero gemido de placer.

Me tomó la mano y la puso en uno de sus pechos, pude sentir su pezón completamente excitado parecía que después de todo aún estaba caliente y quería más, yo le dije -duérmete ya y tal vez a media noche te sorprendas…-

Como pareja acostumbramos tener un pequeño juego erótico, al dormir ella yo suelo tocárla, o masturbándome con su cuerpo, eso la excita mucho.

Ella dijo -eso espero, así que me dormiré de inmediato,- sé que tendría un tiempo para pensar que haría, si me quedaría callado, si se lo diría. Sin embargo opte por que esa noche le daría una tremenda cogida, ya mañana pensaría que hacer, aprovecharía lo caliente que estábamos para cumplir varias de mis fantasías, había visto su faceta de locura y ahora me tocaba a mi disfrutar, al recordar cómo había ofrecido su culito… sabía que ese sería el día en el que me cobraría su traición, pero esa será otra historia…

 

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