Relato xxx de la noche en que se descubren los secretos entre Johana y yo

Esta es la más reciente aventura de mi esposa Johana y yo. Habían pasado como unos cuatro meses desde que yo tuve la aventura con Camilo y Antonio con el permiso de Johana, aventura que de igual forma ella ya había vivido. La que titulé “Como le abrí la mente a mi esposa y como ella me la abrió a mi convirtiéndome en bisexual”

Seguíamos nuestra vida normal, pero la chispa de vivir aventuras excitantes ya estaba sembrada en los dos. Como en los eventos anteriores una mañana de un sábado cuando despertamos, Johana se me acercó y por debajo de las cobijas busco mi pene y comenzó a masajearlo por encima de la pijama, luego me metió la mano y comenzó a masturbarme.

Mientras hacía eso se acercó a mi oído y susurrándome me dijo que quería otra aventura, que nos fuéramos de viaje a una ciudad cercana y saliéramos a alguna discoteca a ver si podíamos contactar con otro hombre, a lo cual yo de inmediato le dije que sí, no sin antes hacer el amor.

Luego desayunamos, nos bañamos, empacamos una maleta para los dos y nos fuimos para la misma ciudad en donde habíamos conocido a Antonio. Allí nos hospedamos en el mismo hotel en donde ambos habíamos estado ya por separado en nuestras respectivas aventuras.

Quisimos pasar la tarde en el hotel en las zonas húmedas, Johana se colocó un vestido de baño pequeño de dos piezas que dejaba ver parte de sus nalgas, lo que llamó la atención de los hombres presentes, había señores mayores y especialmente un hombre joven, atlético de apariencia muy agradable que no le quitaba la mirada de encima a Johana, cosa que ella notó.

Ella se estuvo al sol un rato, para lo cual yo le eche bronceador, luego estuvimos jugando en la piscina y bebiendo algunos cocteles, mientras pasaba eso el joven seguía en la piscina. Pasadas unas dos horas, ya cerca a las seis de la tarde, ella dijo que quería ir al sauna, a lo cual le dije que se adelantara, pues quería ver que hacia ese joven.

Dicho eso Johana se fue para el sector donde estaba el sauna e ingresó. Pasados unos cinco minutos, yo seguía haciéndome el desentendido en la silla al lado de la piscina, cuando vi que el joven que estaba en una mesa se dirigió al sector del Sauna. Cuando llegó allí volteo a mirar como para ver yo que hacía y como no observó nada se animó a entrar.

Luego Johana me contó que cuando ella entró al sauna este estaba solo, por lo que se acostó boca abajo sobre una toalla que extendió en una de las escaleras o sillas de madera, que estando así ingresó el joven algo tímido y se sentó una escala que hacia una forma de L con el lugar en donde ella estaba, del cual la podía observar de manera directa, que estando ahí la saludo y comenzó a tratar tímidamente de iniciar una conversación, en la cual terminaron hablando que  el hotel tenía una discoteca que el joven visitó la noche anterior y que también pensaba ir esa noche.

Desafortunadamente mientras estaba cogiendo confianza ingresaron más personas al sauna y la cosa quedó ahí. Luego Johana salió del Sauna despidiéndose del joven diciéndole, de pronto nos vemos esta noche.

Luego subimos a la habitación descansamos un rato, no bañamos y bajamos a comer como a las ocho pasadas de la noche, terminamos como a las nueve y de ahí nos dirigimos a la discoteca del hotel. La discoteca era algo oscura y no había mucha gente, de pronto en la barra vimos al joven del sauna que estaba con otro muchacho, que presumo que podían estar ahí por ser una discoteca privada, pues por su edad que después conocimos que era 17 años de ambos no los dejarían ingresar a una discoteca publica o por fuera del hotel.

Al entrar y analizar el lugar, Johana y yo nos sentamos en un lugar ubicado en un rincón, no sin antes Johana saludar al joven e invitarlo con su amigo a sentarse con nosotros.

Estando  ahí pedimos algo de beber, Johana estaba interesada en el joven del Sauna que se llamaba Juan Carlos, pues el otro muchacho no era tan atractivo; de pronto sonó una canción como de reguetón y Johana cogió de la mano a Juan Carlos y lo invitó a bailar, el con pena me miró y yo le dije, – hágale que a ella le gusta bailar y yo no sé bailar ese ritmo – se fueron entonces para la pista de baile y Johana comenzó a moverse sensualmente y se le colocaba de espaldas, rosándole con sus nalgas el pene a Juan Carlos, cosa que me excitaba.

Se me había olvidado decir, que Johana se había puesto el mismo vestido corto y sexy con el que se había ido de viaje con Camilo meses atrás, el cual dejaba ver su silueta y atributos, termino la canción y sonó un merengue y Johana siguió esta vez abrazada con Juan Carlos bailaron muy pegaditos.

Luego volvieron a la mesa y conversamos de cosas triviales otro rato, de ahí el otro joven se despidió, pero Juan Carlos se quedó y Johana con su vestido corto dejaba que se le subiera y se viera más de lo que se debe mientras yo le acariciaba las piernas; yo baile una canción con Johana y volvimos a la mesa para que Juan Carlos no se fuera a aburrir. Estando ahí Johana dijo que iba a ir al baño y cogió un bolso que llevaba y se fue.

Unos minutos después volvió a la mesa y de inmediato noté que se había quitado su brasier y se le veían sus pezones paraditos a través del vestido, notando además que a Juan Carlos se le salían los ojos por mirarla. Luego sonó otra canción creo que era un merengue y Johana volvió y sacó a Juan Carlos a bailar, esta vez estaban bien pegados y él ya dejaba caer su mano sobre las caderas de Johana y se hablaban al oído, luego volvieron a la mesa y se sentaron.

Yo no había bebido mucho, pero la verdad fingía estar algo mareado, con el propósito de animar a Juan Carlos a que hiciera algo con Johana. Cuando estaban bailando Johana me contó después que ella le dijo al joven que le gustaba, que yo ya estaba borracho, que ella me conocia y que no me iba a parar de la silla, que una vez terminaran ella iba a volver al baño y que si el quería lo esperaba. fue así como estando sentados ella dijo dirigiéndose a mi, amor voy a ir otra vez al baño, ya regreso, procedinedo a salir, pasando un minuto o menos, procediendo Juan Carlos a salir también al baño.

La discoteca no tenia baños internos, estos estaban situados en la parte externa en un pasillo del hotel.  Yo dejé pasar como unos tres minutos cronometrados en el reloj, me dirigí al bar y pedí que me anotaran todo a la habitación y procedií a salir.

Una vez a fuera de la discoteca muy silenciosamente ingrese a los baños, primero al de mujeres y no habia nadie, luego al de hombres y tampoco, ahí me asusté un poco, pues yo tenia las llaves de nuestra habitación, pero estando parado en la puerta de los baños vi un pasillo que cunducia como a una terracita, la discoteca quedaba en el piso 12 del hotel.

Seguí ese pasillo silenciosamente y cuando llegué a su final me asomé lentamente y de inmediato vi a Johana que estaba de pie rocostada contra una pared, el joven estaba arrodillado con la cabeza dentro de su vestido haciendole sexo oral, con toda su boca clavada en su vagina y ella ya le habia montado incluso el muso de su pierna isquierda por encima de su hombro. Ella gemia de placer y trataba como de aferrarse a algo con las manos pero no hallaba de que cogerse más que de la cabeza de JUAN CARLOS.

JUAN CARLOS no despegaba su boca de la vagina de Johana ni para respirar y de un momento a otro comenzó a subir su mano por dentro del vestido de Johana buscando sus senos, logrando alcanzar su penzon  el cual cogía. Ahí yo me acerque, cuando JUAN CARLOS me vio se asustó y yo le dije – tranquilo sigue, no pares – de ahí cogí y le subí el bestido a Johana por enicma de la cabeza dejandola totalmente desnuda, solo con unos tacones altos que en esta ocasión accedió a colocarse.

Ahí le di un beso a Johana el cual no duró mucho porque ella no aguantó más y tuvo un orgasmo gimiendome en mi cara.

Luego Juan Carlos se incorporó y beso a Johana, ella lo puso ya a él contra la pared y procedió a desabrocharle su pantalón y a bajarselo hasta sus muslos, junto con su ropa interior, dejando descubierto su pene, el cual era más agrande que el mio, pero no como el de Camilo o el de Antonio, pero se veia hermoso, rosadito y muy provocativo; de inmeiato Johana se puso en cunclillas y comenzó a mamarselo; yo también me arrodille y Johana se lo mamaba a Juan Carlos y luego me besaba hasta que me acercó tanto, que yo también se lo mame a Juan Carlos, ese pene sabía delicioso, nos peleabamos por meternolo a la boca, hasta que Juan Carlos dijo – no agunto, me voy a venir –  y Johana me puso esa verga en mi boca y yo me trague el semen.

Pasado eso nos incorporamos, volteamos a ver si habia gente, pues nos habíamos desentendido de eso y no vimos a nadie, luego Johana le dijo a Juan Carlos que si queria ir a la habitación con nosotros, pero que si acepataba nos debía clavar a los dos y el contestó que no, que no sería capaz de hacerlo conmigo, entonces ella le dijo Chao, tu te lo pierdes y mirandome me dijo, llevame a la discoteca en donde conociste a Antonio, seguro allá si conseguimos quien nos clave a los dos.

Dicho eso, fuimos un momento a la habitación, nos aseamos un poco, Johana se cambio sus tangas luego bajamos por el ascensor del hotel hasta el loby, y procedimos a salir.

Un trabajador del hotel que casi no le quita la mirada de encima a Johana nos yudó a coger un taxi y le di el nombre de la ditocteca gay para que nos llevara, llegando allí sobre las once de la noche mas o menos.

Ingresamos nos acomodamos un una mesa y procedimos a bailar y observar posibles candidatos. Pasó como media hora y de pronto se nos acerca un hombre de unos sesenta años más o menos y nos saludo. Preguntó si se podía sentar a la mesa y ambos le dijimos que sí.

Esta persona nos preguntó qué de dónde eramos, pues no nos había visto con anterioridad en ese bar, respondiéndole que no eramos de esa ciudad, de inmediato nos dijo que si eramos pareja y que que buscabamos en ese lugar, pues no es habitual que vengan parejas de diferente sexo, por lo que Johana y yo nos miramos y ella le conteto que eramos esposos, pero que estabamos buscando aventuras pues eramos abiertos en temas de sexo. Dicho eso, este hombre misterioso sonrío y nos dijo, pues la verdad si eso es lo que buscan, estan en el lugar equivocado.

Nosotros nos sorprendimos y él sacó de su camisa una tarjeta plateada con una dirección y mirandonos nos dijo, si de verdad quieren una aventura inolvidable, vayan a este lugar. Nos entrego la tarjeta y se despidió.

Johana y yo nos miramos y ella de inmediato me dijo, ¡vamos¡, procediendo a pagar la cuenta y salir nuevamente a buscar un taxi.

Una vez abordamos el nuevo taxi le dimos la dirección y este algo sorprendido nos dijo –  de verdad quieren que los lleve por allá – agregando que ese era un sector industrial que a esta hora es demasiado solo, contestandole con algo de temor, que si, que por favor nos llevara.

En el recorrido, Johana y yo nos vesabamos y le empeze a descolgar su vestido de uno de sus hombres, dejando ver uno de sus senos, a lo que el taxita una vez se percató acomodó su espejo y nos miraba por ahí.

Cuando llegamos al sector el taxita ubicó una bodega grande, en donde se veían unas luces, había una bodega como de parqueadero y otra donde sonaba musica y se observaban luces de discoteca, dejándonos en frente de esta. Nos bajamos y le cancelamos al taxita la cuenta y este se fue.

De ahí nos dirigimos a la entrada en donde se encontraban dos personas, un hombre fornido o musculoso de tez morena y una mujer que también parecia fisicoculturista trigueña de cabello negro largo, de la cual me impresionaron sus gruesos y musculosos muslos dado que tenía puesta una minifalda, quienes nos preguntabamos qué que buscabamos, contestándole que queríamos ingresar, a lo que nos respondieron que a ese lugar solo se ingresaba con invitación.

En ese momento me acordé de la tarjeta plateada y la saqué y se la mostré al hombre de seguridad, quien dijo que nos debían revisar, indicandonos que nos pusieramos contra la pared para una requisa. Yo en modo de charla hice el comentario – pero que puede esconder ella en ese vestido – refiriéndome a Johana,  respondiendo seriamente el hombre de seguridad que eran normas de la casa.

Nos pusimos ambos contra la pared de la entrada y la mujer fuerte comenzó a requisar a Johana y aunque sus brazsos iban descubiertos comenzó desde sus manos descendiendo hasta sus hombros, tocó su cabello, luego bajó por su esplalda y se fue para el frente cogiendo y acarciando sus senos, luego bajo hasta sus cadera y siguió bajando por sus piernas descubiertas, de ahí volvió a subir y metió sus manos por debajo de su vestido tocando sus partes intimas, a lo cual Johana respondió un un pequeño gemido.

Luego fue mi turno con el hombre, que de igual forma me abrió las piernas bruscamente, y me manoseo desde arriba hasta los tobillo, luego subió y me cogió duro el pene y los testiculos, y esta vez él ironicamente me devolvió el comentario diciendo – Este dejó todo en la casa – de ahí dijo, pueden seguir, pasando dos puertas. Primero se abrió una y cuando ya habíamos pasado y se había cerrado, se abrió la otra.

Al pasar el primer control ingresamos a una recepción muy elegante. Allí nos atendió un hombre vestido de etiqueta y nos explicó que ese era un lugar donde las fantasías mas intimas de una persona se podían hacer realidad si uno estaba dispuesto a disfrutarlas, también nos dijo que el ingreso por persona tenía un costo de $ 500.000 pesos colombianos.

La verdad no llevábamos ese dinero, pero nos dieron la opción de pagar con tarjeta, yo le pregunté a Johana si quería entrar y ella me dijo que sí, que todo eso, desde la requisa la tenía exitada y quería saber que pasaba. Cancelamos el ingreso y de inmediato nos separaron. A ella le dijeron que ingresara por una puerta y a mi por otra.

Ya en el segundo cuarto, una mujer a Johana y a mi un hombre nos dierona a cada uno una encuesta corta, advirtiendonos que de la sinseridad en las respuesta de la misma, dependería nuestro disfrute.

En el caso mio preguntan la orientación sexual, indicando si sera heterosexual, bisexual o gay. la verdad aunque soy bisexual, contesté que gay, pues no me interesaba estar con una mujer, sino con un hombre, luego me decían si era gay activo, pasivo o versatil (activo y/o pasivo), contestando que pasivo y para terminar me pretunaban como gay pasivo, si era travesty, respondiendo que si.

Terminé la encuesta y se la pase a la persona que me la entregó, que de inmediato me invitó a desvertirme, dandome una bolsa para que guardara mi ropa y demás elementos, colocandome un sello con un número con el cual me harían la devolución de lo entregado.

Ya desnudo, me hicieron pasar a otra habitación, en donde me atendió una mujer, la verdad muy hermosa y sensual, me saludo y me dijo que me ayudaria a ponerme sexy (Luego Johana me contó que a ella le pasó al reves, en el ultimo cuarto luego de haberle entregado toda su ropa a una mujer, la recibió un hombre quien la ayudo a vestirse).

Primero como soy algo belludo me ayudó a ponerme una malla que me cubria todo el cuerpo, menos las partes intimas (pene y ano), lugo cogió una franja roja ancha, de un material sintético me la puso en mi pecho como si fuera un brasier cubriendo mis pesonos, de ahí una minifalda en igual material y color que resataba mis gluteos y luego sacó unos tacones como en acrilico o un material parecido, transpartentes y buscando mi talla me los puso y para teminar un antifas de igual color y dijo -estas lista-, ahora te voy a explicar como funciuona, diciendo lo siguiente:

Cuando ingreses vas a observar hombres y mujeres con diferentes prendas y colores, cada una tiene un significado. Los hombres con boxer de color negro son machos heterosexuales que buscan solo mujeres no los debes molestar, los que tienen boxer azules son bisexaules; los hombres con tangas de color dorado son gay activos y los de tangas color plateado son gay versatiles y los de color purpura son gay pasivos y los vestidos como tú son gay travestis.

En cuanto a las mujeres tienen vestidos iguales a los tuyos pero de diferntes color. Las que tinen rosado solo quieren estar con su pareja y no se deben molestar, las que tienen plateado son lesbianas solo quiren estar con mujeres, las que tienen dorado son bixexuales y las que tienen rojo intenso como el tuyo ellas mismas se concideran putas y desean estar con cualquiera que las quiera molestar. Por ultimo la regla más importante que no debes olvidar. Aquí  no es no y no debes insistir.

Dicho eso se abrió una puerta y vi un salón, en donde habían muchas persona, podría decir que alrededor de una cien o más, el salón era algo oscuro y contaba con luces de discoteca y musica electrónica. Algo que me llamo la atención era que los tacones de las mujeres y los mios eran fluerecentes.

Ya en el interior me dio un poco de vergüenza estar así vestido o vestida, pues sentía que todos me miraban, aunque el antifas que me pusieron me daba un poco de seguridad. De inmediato pensé en Johana y me di a la tarea de buscarla, camine por entre la gente que bailaba, rosando y siendo rosado por muchas personas, hasta que de un momento  a otro vi una persona parecida a ella, vestía unos tacones transpartentes altos, una faldita sintetica roja y un cinta en sus pechos que resaltaban sus penzones y desde luego un antifas, aunque yo lapodia reconocer.

La llamé y ella me miró, cuando me vio me observó de arriba a bajo con su cabeza y sonrió llevandose su mano a la boca en señal de estar sorprendida, diciendome – así que eres una putica – a lo que yo le respondí, pues por tu color de vestido veo que tu también lo eres y ella acercandose a mi oido me dijo algo que me dejo frio, en estas palabras – la verdad tu no sabes bien lo puta que soy – continuando diciendome  – si supieras que te he sido infiel desde que eramos novios y lo he seguido siendo despues de casarnos – yo no supe que decir, pero la verdad eso me éxito, luego ella me dijo, ven vamos a bailar y nos mesclamos entre la gente.

Johan se movía muy sensual, yo un poco menos aunque trataba de imitarla, ella se me acercó de nuevo y me dijo, si quieres que te coman debes moverte más provocativa, ya pasados unos minutos algunos hombre con tangas de diferentes colores se nos acercaron e incluso una mujer también se le aproximaba a Johana.

Seguimos bailando e incluso pedimos unos tragos, pero tomabamos rápidamente y volvíamos a bailar rosando nuestros cuerpos con diferentes personas, pero sin contectar de manera exclusiva con alquien en particular.

Pasado un buen rato apareció en el salón  el sujeto de la entrada, el hombre fornido, lo reconocí porque no llevaba antifaz, aunque llevaba unas tangas de un color verde fluorecente, de la cual no nos dieron ninguna instrucción, él me cogió de un brazo y me dijo -acompañame y trae a tu mujer  que les debo realizar una nueva inspección, a habido un problema – yo me asusté un poco y cogí a Johana de la mano y le indique que me acompañara que debíamos ir con el hombre de seguridad, ella me preguntó qué porque y le dije que no sabía, en ese momento este hombre me cogió de la mano apretandome fuerte y me llevó y yo llevaba a Johana con la otra mano, pasando entre la multitud, hasta que llegamaos a una pared o mas bien un vidrio oscuro al final  del salón, ahí él empujó y se abrió una puerta que conducía a un salón con un sofa rojo, una barra de acero horizontal para bailar con una pequeña pista y musica.

Ingresamos al cuarto y éste hombre cerró la puerta y prendió la luz, de inmediato nos dijo que había faltado algo en la revisión, le ordenó a Johana que se fuera para el tubo y comenzara a bailar, lo cual ella comenzó a realizar sensualmente,  él se sentó en el sillón y con su dedo me hizo señas de que me acercara, yo fui y cuando llegué él se puso de pie y me dijo – bajame las tangas que te voy a revisar tu boca con esta herramienta, refiriendose a su pene – yo me acerque y antes de todo no me aguanté y le di un beso, en el cual me metió toda su lengua, luego le bese su enorme pecho y de ahí baje a su pene quitandole las tangas por completo, viendo ese enorme ejemplar, que ya se había comenzado a parar pero no estaba firme del todo, yo me arrodille  y procedí a cogerlo y metermelo a la boca, sientiendo como crecia entre mis manos y mi boca.

Yo lo mamaba con ganas mientras Johana le bailaba a este hombre, de un momento a otro cuando él ya tenía su pene bien erecto me jaló y me puso de pie, y procediendo a levantar mi falda, cogió mi pene y lo midio con el suyo, llegándole el mio hasta un poco más de la mitad del suyo, la verdad el de él se veía enorme y era mucho más grueso, echo eso sonrío un poco y volteo a ver a Johana que estaba presenciando dicha escena, luego se sentó en el sofa ordenandome que siguiera besándoselo.

De un momento a otro por otra puerta diferente ingresó la mujer de la entrada, yo voltee a mirar cuando sentí que la puerta se abrió y la vi vestida también con unas tangas de color verde muy pequeñitas y un sosten medio transpartente de igual tonalidad, observando de inmediato como se le fue a Johana haciéndosele por detrás y comenzando a manosearla, este hombre me cogió la cabeza y me dijo – vuelve a lo tuyo – siguiendo yo mamandosela y acariciandole sus muslos y pechos.

Luego esta mujer llevó a Johana al sofa y la sentó al lado del hombre, ya Johana tenía sus senos descubiertos y ella le había alzado la falda y le hacia sexo oral, mientras le acariciaba sus senos y tambien le metía los dedos en su vagina, luego esa mujer le dijo al hombre que estaba con migo refiriendose a Johana, que ella ya estaba lista, por lo que él hombre me apartó y me dijo que fuera a la esquina del salon por un preservativo, yo le obedecí y volví con el y luego me dijo que se lo pusiera, yo también le obedecí y cuando ya lo tenía puesto pensando que me lo iba a meter a mi, le dijo a Johana que se montara, lo cual ella hizo comenzando a cabalgar en ese enorme pene.

Mientras Johana se comía ese pene, la mujer me hizo sentar en el sofa y comenzó a mamarme mi pene, que se lo podía meter todo a la boca, luego me colocó un preservativo y se subío en el, siendo la primera vez que estaba con una mujer diferente a Johana luego de que nos hicimos novios.

Mientras haciamos eso yo sentí como Johana llegó la primera vez, luego de que Johana tuviera su primer orgasmo éste hombre la hizo poner de pie y la llevó contra el vidrio haciendola agachar quedando sus manos y cara contra el vidrio y comenzó de nuevo metiendoselo desde atrás, en ese momento ya fue mi turno llegando al tiempo con esa mujer desconocida, ella se paró y yo fui hacia un rincón en donde estaba una papelera y yo fui detrás y me quité el preservativo y me limpie un poco, sintiendo como Johana llegaba pasados unos minutos por segunda vez, sin que este hombre se inmuatara, luego él se quitó y esta mujer cogió a Johana y la llevó y  acostó en el sofa procediendo a abrazarla y a besarla apasionadamente, mientras le metía sus dedos en su vagina, escuchando como Johana medio desmayada gemía y se entregaba totalmente a los caprichos de esta mujer.

relato orgia bisexualLuego el hombre que aun tenía el preservativo con que le hizo el amor a Johana, me dijo – ven-, yo me acerqué y él me hizo arrodillar en el sofa apoyándome en el espaldar y comenzó a intruducir su pene en mi lentamente hasta que lo logró meter y comenzó a darme, yo ya me había venido pero sentía que mi pene se quería parar otra vez, diciéndome palabras como – que putica tan rica, desde que te vi en la entrada supe que eras una putica y que te haría mia – dándome seguido como unos seis minutos hasta que me la sacó y él se sentó en el sillón, pidiéndome que me le sentara encima viéndole a él, lo cual hice, continuando por unos cuatro o cinco minutos en los cuales yo me movia fuerte, hasta que conseguí que se viniera en mi. Luego de terminar me dijo ve con tu mujer y me acosté al lado de ella y Johana me besaba y acariciaba con ternura.

La mujer y este hombre se incoroporaron, él se quito el preservativo, se limpio un poco y se puso sus tangas verdes, luego mirandonos nos dijo – ven esta pared que es de vidrio – a lo que dijimos que sí, agregando, – pues es un vidrio de doble sentido y cuando la luz esta a este lado prendida de afuera se ve todo – por lo que todas las personas del salon se han dado cuenta de como les hicimos el amor, procediendo a salir.

Cuando salieron vimos como de inmediato ingresaron dos hombre y una mujer, que trataron de tocarnos, pero les digimos que nos dieran un rato que estabamos exhaustas, procediendo luego de unos minutos a arreglarnos, para lo cual Johana me ayudo a vestir y volver al salon a tomar unos tragos, cuando salimos de inmediato, de la puerta interna salieron unas personas y se pusieron a limpiar el salon, que me imagino tambien se dieron cuenta de todo lo que pasó allí.

Cuando estabamos en el salon grande, yo le pregunté a Johana que me contara con que personas y cuantas veces me fue infiel, pues era algo que me quedó en la cabeza, pero le indique que no era en forma de reclamo, sino por curiosidad, pues no había podido dejar de pensar en eso. Ella me dijo que me contaba con una condición, que yo le dijera si alguna vez en el tiempo que llevábamos juntos tuve alguna relación con otra persona, pero yo le dije que con ninguna que ella no supiera, que lo que había echo fue siempre en su compañía o con su consentimiento.

Ella me respondió que cuando eramos novios estuvo con un exnovio en una ocasión, que luego de una reunión que tuvieron con amigos, él se ofreció a llevarla a la su casa y en el camino comenzó a insinuarsele y ella no opuso resistencia, termiando en un motel al cual llegó casí desnuda pues su exnovio la fue desvistiendo en el carro a medida que avanzaban y con un amigo del trabajo que era casado y la molestaba mucho, hasta que un día accedió a sus pretenciones, haciéndolo dos veces, una la primera en la oficina y luego habían ido a un motel una tarde, que incluso esa noche había repetido con migo.

Que ya de casada estuvo con  un cliente en un viaje de negocios y que una vez se dejó tocar más de la cuenta en una fiesta de la oficina de un ex jefe que le gustaba fisicamente, quien luego de calentarla la llevó al baño del lugar donde estaban y ahí le hizo el amor. También me dijo que siempre quiso contarmelo pero que le daba susto, porque me amaba y no quería perderme, yo la bese.

Ya ahí nos abordaron dos tipos uno de boxer negro a ella, él era alto, atlético, cabello castaño claro y ojos claros, la verdad bastante atractivo y otro de tanga dorada a mi, que era de estatura media, delgado no muy atletico, la verdad yo ya estaba exhausta, pero Johana me insistió  y con ellos nos fuimos de nuevo para el mismo salón que ya conociamos, pero estaba ocupado, por lo que ellos nos indicaron que en el segúndo nivel habían unos sillones grandes donde nos podíamos acostar, por lo que subimos y nos acostamos en uno, al lado se encontraban otras parejas, trios, etc, teniendo sexo, Johana volvió a hacer el amor con este hombre y y yo acaricié, besé y masturbé al hombre que me tocó, pues ya no era capaz de volverme a dejar coger por otro esa noche, aunque la verdad me encantaron sus besos.

Cualquir comentario me pueden escribir al correo jg6350407@gmail.com

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