Relato porno de las infidelidades de mi puta esposa

Desde hace tiempo he querido compartir este relato erótico, aunque parezca ficción es realidad, tal vez si alguien tiene una esposa así va a entenderlo así. Cuando la conocí sabia que era una chica caliente y muy seguramente ya le habían pasado varios por encima, la realidad no estaba muy lejana, aunque me quedé muy, pero muy corto…

Ella es de una familia de cuatro hermanas y vivían con su madre, una señora mal hablada y después me enteré fue muy ponedora.

Ella mide 1,60m, morena clara, de muy buen cuerpo y unas nalguitas que quitan el hipo, por eso cuando aceptó ser mi novia me concentré en ver la manera de darle padentro hasta que lo conseguí. Esa historia se la contaré luego, en esta ocasión narraré como es que me di cuenta de la verdadera personalidad de mi mujercita.

Siempre que caminábamos por la calle le gusta llamar la atención y todo inició una vez que caminábamos por el centro de la ciudad donde vivimos. Esa noche salimos del cine y entramos a un local a comer unas tortas, no recuerdo porque ella hizo un comentario que me desagradó y dejé de comer, ella se hizo la indignada y salió aprisa sin darme tiempo a pagar.

Cuando salí ella ya iba a media cuadra y caminé de prisa para alcanzarla, de pronto de un estacionamiento, salieron dos tipos y la alcanzaron, sin darle tiempo a nada le agarraron las nalgas, ella siguió caminando sin voltear siquiera, eso los animó y caminaron unos metros junto a ella acariciándole las nalgas, cuando se dieron cuenta que ya estaba por alcanzarlos, uno de ellos levantó la falda le dio una nalgada bien tronada y salieron corriendo.

Cuando estuve junto a ella, le pregunté si estaba bien y sin inmutarse me dijo: si, porqué?.

Su cara estaba colorada y su respiración un tanto agitada, la conozco y se que cuando ella está caliente eso la delata, no se quejó de lo sucedido y ya no dije nada.

Llegando a casa, ella estaba caliente y se desvistió frente a mi, vi la mano marcada en su nalga derecha y le pregunté si le había gustado que la tocaran, ella dijo, no me hicieron nada, pero yo lo vi, le respondí y ella solo rio, en esos días tenia que viajar al D.F. por varios días y se me pasó mandar la renta del departamento en donde vivíamos, ademas que no me pagaron, la situación económica empeoró y se me hizo fácil pensar en dar la renta de dos meses junta.

Al regresar del D.F. me encontré con la novedad que el casero ya había metido una demanda solicitando la renta, se que esto no procede, pero en unos días un cliente mio que me había dado la firma me llamó para ver porque estaba citado por el mismo asunto, le expliqué y dijo que me ayudaría con un abogado que le llevaba sus asuntos y así fue.

Para poder cobrar tenia que ir seguido al D.F. y por varios días, en una de esas al regresar mi esposa me dijo que el aval había ido a buscarme y como no estaba yo tuvo que ir ella, mi cliente no la conocía hasta ese día, lo raro es que mas seguido de lo normal mandaba por ella para ver el «asunto».

Por mera casualidad casi enfrente del negocio de mi aval un amigo mio tenia también su negocio y un día platicando con el vimos que mi aval llegó y se bajó de su carro, mi amigo comentó, mira ese señor se coge a toda empleada que tiene y me contó su empleado de confianza que ahora se anda cogiendo a una chava bien buena, la manda traer con su chófer… el empleado en cuestión casi siempre anda a medios chiles y en ese instante entendí las miraditas de burla que me daba cuando lo encontraba o yo visitaba a su patrón.

Sin decirle nada a mi amigo de mis sospechas le pregunté sobre la chica que decía y me dio santo y seña, al menos lo que el borrachín le había contado, entonces empecé a visitar mas seguido a mi amigo, hasta que un día llego un bochito rojo y bajó la chica en cuestión y si, no había duda, era ella, llevaba un vestido medio entallado y con la falda»volada» y se veía preciosa, mi amigo solo dijo «pinche vieja está rebuena» afortunadamente el no la conocía y no sabia que era mi esposa.

Según el borrachín su patrón tenia en el segundo piso una pieza en la que subía a la empleada en turno para coger y era ahí donde atendía a mi esposa, esa tarde 2 horas 38 minutos después salió mi esposa y subió al bochito rojo que la regreso al depa. Los seguí y vi como al bajar en chófer se recostó sobre su lado derecho y estiró la mano para agarrar las nalgas de ella que solo sonrió y cerró la puerta.

Le di tiempo al bochito de retirarse y entré al depa, ella estaba en la recámara y entré, la abracé y le dije al oído: estás preciosa, me dan ganas de darte pa dentro.

Ella dio un paso atrás y dijo NO, estoy muy sudada y me voy a bañar. Nos bañamos juntos le dije y la tomé de la mano y la llevé al comedor, te cuento como me fue, saqué una botella de Jimador que siempre está en la vitrina y serví dos vasitos. Como dato les diré que ella siempre se exita cuando traigo aliento a licor, no es que tome, pero con el tiempo me di cuenta de ello, ya les contaré después el porqué.

Le di su vaso y brindamos, la platica se extendió y después de varias copitas le vi los ojos bollantes, la cargué y la lleve a la cama, tal vez al acordarse se resistió, pero no pudo evitar que le bajara las braguitas que usa, no le gustan las tangas, así que usa me dijo un día, corte francés que solo cubre media nalga, la cosa es que se le ven excitantes…

las infidelidades de mi puta esposaLa bese en el cuello y fui bajando a sus pechos, medianos pero hermosos, a propósito no le toqué la entre pierna, solo fui bajando y cuando llegué a su triangulo, percibí el característico olor de semen, le abrí las piernas y vi su rajita brillosa, levanté las piernas un poco y abrí sus nalguitas, sin escuchar sus protestas…

La verdad debo confesar que la reata se me puso durisima cuando le vi el ojito del culo dilatado y baboso, le metí los dedos que entraron sin problema alguno y le pregunté que había pasado, los saqué con semen y los pasé por su cara y boca, ella abrió los ojos y no atinaba a decir nada.

Andas dando las nalgas verdad, andas puteando ?. Bajó la mirada y no dijo nada, unas lágrimas corrieron por su carita, pensé en darle de cachetadas, en dejarla, muchas cosas pasaron por mi mente, pero la reata seguía durísima y recordé las miles de fantasías sexuales que he tenido sobre ella y coger con otro u otros, si como muchos de ustedes.

Así que sequé su lágrimas de cocodrilo y le dije, porque no me lo habías dicho, siempre supe que te encanta la verga y he soñado con verte cogiendo con otro, te cogió rico?. Te gustó?. Ella movió la cabeza negando, no te gusto?, pregunté, no te coge rico?, no, dijo ella. Entonces la recosté y entré en ella, la hice terminar tres veces y en cada clímax le preguntaba si le gustaría coger con otro al mismo tiempo y decía que si, pero al terminar se arrepentía, así que la levanté, le puse su calzoncito y así como estaba la tomé de la mano y la llevé al carro.

Ya hacía tiempo que conocía al chiquilín, un amigo que hacia varios meses se había hecho la circuncisión y en una de mis visitas lo encontré en cama, al entrar a verlo me contó y me enseñó como había quedado, no dije nada pero tiene la reata aún dormida mas grande que la mía, la imaginé parada y
entrando por el culito de mi esposa y ese era el momento para realizar mi fantasía.

La llevé a la casa del chiquilin, deseando estuviera y no tuviera visitas y por suerte así fue, estaba solo y se sorprendió al verme llegar, me saludó y miraba a mi esposa extrañado. Una amiga, le dije al presentársela, ella entendió y su mirada se puso vidriosa y su respiración se agitó un poco, estaba caliente, el la saludó de beso y al darme la mano me susurro al oído «está rebuena, donde te la encontraste?».

Sin darle mucha vuelta al asunto, la tomé de la mano, la abracé y al besarla bajé las manos hasta sus nalgas, al apretárselas ella dio un saltito y se dejó hacer, mi amigo nos miraba, le di la vuelta a ella para que quedara de espaldas a él y le subí el vestido para que pudiera verle el culito a mi mujer.

Mientras la besaba miraba la cara del chiquilin, abrió los ojos y su pinga empezó a crecer, baje poco a poco el calzón de ella y abrí las nalgas para que admirara el ojito del culo, aun brilloso por la leche de mi aval.

la infidelidad de mi puta esposaLe di vuelta, quedando de frente a mi amigo y acaricié las nalguitas que estaban chinas de lo caliente que se puso, que esperas le dije al chiquilin, guié unos pasos a mi esposa hasta quedar frente a frente con mi amigo, el tocó sus pechos sobre el vestido, ella se dejó hacer, así que tomé la iniciativa y tomé la mano de ella y la guié a la bragueta de él. Tocó la tranca y volteó a verme, con mirada de admiración, sácala le dije, cuando logró sacarla del pantalón, la tomó en su manita y era enorme, su mano no alcanzaba a cerrarse alrededor de esa tranca de burro, el la tomó de la cabeza y la fue bajando para que le mamara la
tranca…

Me hice a un lado para ver bien y su boquita se abrió al máximo y no logró cubrir la cabezota roja, entonces la recorrió de arriba a abajo, las bolas también eran enormes. Cuando ensalivó toda la tranca le di vuelta y agaché de modo que su culo quedara frente a la verga de burro de mi amigo.

La empiné y abrí las nalgas, cuando la cabezota se colocó en aquel culito, dilatado, pero no lo suficiente para recibir aquel monstruo, así que patinó varias veces, hasta que de un empujón logró abrirse paso. Entró la punta y ella lanzó un quejido que debió escucharse a media cuadra, le abrí las nalgas mas y le dije: te encanta la verga y eso te van a dar, aguanta.

Cuando ya había entrado la mitad, ella tenía la mirada perdida y los ojos entrecerrados, su respiración era agitada y solo susurraba:

Ya no por favor, me va romper el culo…!!! No la aguanto, sácalaaa!.

Él escupió su verga y seguía con aquel mete y saca, de pronto ella lanzó un aullido, cuando miré tenía la verga de mi amigo hasta el fondo, solo colgaba
aquel par de huevotes, golpeándole las piernas, ella decía no, nooo, sacalaaaaa no aguanto, sacalaaaa…

Mi amigo no pensaba ni remotamente sacarla, solo se movía dejando ver su verga lubricada y al sacarla el ano de ella de estiraba hacia afuera y luego volvía a recibir su ración de carne, hasta que los movimientos se hicieron frenéticos, entonces para mi sorpresa escuché:

Siii ya dame lecheeee!! Lléname el culo por favor…

Me paré frente a ella y le di mi verga a mamar, cuando mi amigo terminó, me ganó la curiosidad y me recosté en el piso para ver como salía aquella enorme reata del culo de mi mujer, dejando un hilo de semen entre el ano y la gran cabeza, además de un hoyo negro que se cerró lentamente dejando escurrir un hilillo de semen entre las piernas de mi putita esposa.

Si les gusta este relato erótico de como descubrí las infidelidades de mi putita esposa les enviaré mas de las aventuras de la puta que tengo en casa. Saludos, y por cierto les envío algunas fotos de ella, disfrútenla!

 

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