Relato lésbico amistoso entre Cindy y Erika en un viaje

No es por ser presuntuosa, pero soy una mujer deseada, el 99% de mis amigos ha querido conmigo y al 60% les he dado chance de algo, mínimo un beso, al decir amigos también incluyo amigas y con algunas he tenido muy ricas experiencias, una de ellas es Erika.

La conocí en el 2009 cuando yo tenía 29 años, ella era la contadora de mi primer marido y desde que nos conocimos nos llevamos muy bien.

Ella es 3 años mayor que yo, es morena, ojos oscuros, tetas más grandes que las mías y paradas, unas nalgas paradas y buena pierna, muchos hombres andaban tras de ella, pero sus elecciones siempre le quedaban mal.

Nos volvimos muy intimas, nos contábamos todo, de hecho, tuvimos sexo con varios hombres en común, yo le contaba todo lo que hacia, la verdad no me censuraba, lo que yo no sabia es que estaba haciendo que Erika tuviera cierta afiliación hacia mi.

Notaba sus miradas dirigidas a mi trasero, a veces cuando tomábamos ella se juntaba mucho a mi y me manoseaba, es normal el manoseo entre mujeres, pero sentía algo distinto en ella, pero no quise hacerle mucho caso a eso pensé que eran pensamientos míos, pero todo cambió en un viaje a la ciudad de Querétaro.

Era el año 2013 y fuimos al festival de globos aerostáticos, después de una excelente jornada regresamos a nuestro hotel donde nos hospedamos, decidimos ir al bar a tomar unos tragos coquetos, estábamos exhaustas, la verdad las copas nos pegaron casi de inmediato, como a la 1 de la mañana nos pidieron regresar a nuestras habitaciones, ambas compartimos cuarto, al entrar yo me tire en la cama y cerré mis ojos un instante al abrirlos me lleve una gran sorpresa “ Erika se desnudaba mirándome sensualmente”

E: ¡Tengo calor, tomaré un baño!

C: ¡¡¡¡Ok!!!!

La verdad esa acción me hizo sacarme de onda, ya la había visto en ropa interior pero jamás en pelotas, debo admitir que tenía un hermoso cuerpo, Erika sonriendo entró al baño y yo desconcertada no podía quitarme esa imagen.

E: ¿Oye amiga, no te vas a bañar?

C: Si, pero cuando termines, no llevo prisa.

E: ¡No tengo problema alguno con que entres!

Ella asomaba su cabeza y con una sonrisa coqueta me trataba de insistir en que me bañara con ella, pero había algo que me desconcertaba.

E: Cindy, vente, ¡no te voy a comer!

C: Jajá, pinche vieja, está bien, además ya estoy muy acalorada.

Al creer que solo eran pensamientos míos, decidí meterme a bañar con ella, además éramos amigas, no había de qué preocuparse, me desnudé y me dirigí al baño.

E: ¡Amiga si viniste, que bien!

C: ¡Que ancha, jajá, ahí voy!

Entre a la regadera el agua era caliente, Erika me tomó de la mano y me acerco a ella para que el agua nos cayera a las dos, yo estaba nerviosa, ya había estado con otras mujeres, pero a ella le tenía un afecto especial y eso me hacía estar así.

E: ¡Oye nena, ayúdame a enjabonarme la espalda por favor!

C: ¡Esta bien!

E: Si, así nena, más duro, ¡¡tállame más duro!!

Sus quejas lograron excitarme, al verla desnuda y pidiéndome la tallara fuerte me humedecí un poco de la excitación.

E: Vaya, si que sabes tallar, jajajá, bueno ahora me toca.

Erika tomó el jabón y comenzó a enjabonarme toda, pero sus manos acariciaban todo mi cuerpo, yo me estremecía, su mirada lasciva a mi cuerpo me ponía nerviosa y más con los comentarios que empezó a hacer.

E: Ay nena, qué cuerpo más hermoso, tienes una piel suave y unas piernas muy torneadas y tus nalgas están duras y paradas jiji….

Yo solo la miraba, Erika parecía degenerada morboseando mi cuerpo, yo me sentía humedecer, sus miradas sus palabras, mi amiga me estaba calentando.

C: Bueno… creo que ya voy para fuera.

E: ¡¡Cindy!! ¡¡Si fuera hombre ya te hubiera dado una cogidita!!

Ella sonrió y yo prácticamente salí huyendo, solo con mi toalla, estaba desconcertada, me senté en una silla de paja que estaba en frente de la ventana meditando lo sucedido. Al poco rato salió ella, totalmente desnuda, con una sonrisa de oreja a oreja y mirándome cachondamente.

E: ¡Pensé que ya estabas dormida!

C: ¡No, aún no!

E: Pero no te has cambiado, jajá, que tremenda eres, ¡oye me pones crema!

Al verla desnuda hermosa, y desafiante no resistí mas y me lance a ella, me fui directo a besarla, ella sonriente respondió metiéndome la lengua en mi boca, sus manos apretaban mis nalgas y yo apretaba las de ella, me besaba el cuello, yo estaba fuera de mi, mi amiga me había logrado poner caliente y no me quedaría así.

La acosté en la cama, ella con ojos de placer sonreía y me estiraba las manos para que fuera por ella, yo lo hice, con mi boca recorrí sus hermosos pies, subí saboreando sus piernas hasta besar sus entre piernas, me detuve en su ombligo en el cual metí mi lengua mostrándole lo que le esperaba.

E: ¡¡¡Uhm!!! Agh!!

C: ¿Esto es lo que querías verdad?

E: ¡¡¡Si!!! ¡¡Siempre te he deseado!!

Lamía sus duros pezones, ella gemía y respiraba agitada, mis manos acariciaban sus labios vaginales y sus duras nalgas, la puse de ladito y mientras le besaba el cuello mis dos dedos entraban en su húmeda vagina.

C: ¡¡Erika, que rica estás!!

Le susurre al oído mientras con mi boca le mordía sus orejas, los gemidos de ella me excitaban más y más ella estaba totalmente entregada a mi.

Besándole toda su espalda baje a sus glúteos, los mordí, succione y lamí como desesperada, ella gemía y disfrutaba lo que le hacía, sus suspiros fuertes eran inspiración mientras mi lengua pasaba por en medio de sus nalgas, saboreando sus fluidos que con mis dedos le había sacado.

E: Por dios, que rico, ¡ah!

C: ¡Ponte en cuatro, nena!

Ea: ¡Lo que digas corazón!

Ella se puso en cuatro empinándose toda dejándome su jugosa concha para mi, como una fiera sedienta me lance a su clítoris, lamiendo y saboreando todo hasta que este se endureció por completo, mi lengua entraba y probaba su saldo sabor interno Erika gemía y movía la cintura tan deliciosa que me prendía más.

Mis dos dedos ahora entraban en su cerrado ano mientras mi lengua seguía saboreando su vagina, que rica mujer tenía para mi.

E: Cindy, ah, que rico, mas, no pares, mas, ¡¡agh!!

C: ¡¡Uhm!! Sabes riquísimo, uhm, ah!!

Ella se vino de forma majestuosa, sus jugos llenaban mi cara y yo saboreaba su dulce sabor, jamás en la vida había disfrutado mamar concha como ese día disfruté.

E: ¡Que rico nena, ahora es mi turno!

Ella me acostó y levantó mis piernas colocando su concha con la mía, una vez juntas ella comenzó a simular una deliciosa penetración que me tenía gimiendo muy rico.

Sus movimientos de cadera eran fantásticos, yo sentía tan rico, no era como tener un rico pene dentro de mi pero la sensación del rose me maravillaba toda, al mismo tiempo ella me besaba con pasión, su lengua iba de mi oreja a mi cuello y a mis pezones, deteniéndose en ellos para morderlos y saborearlos todos.

E: Ah, Cindy, que rica estas, uhm, ¡¡ah!!

C: Así, muévete más, que rico, agh, ay, dios, ¡¡ah!!

Nos entrelazamos sentadas y ambas nos movíamos con fuerza, en una combinación fantástica, el ruido de nuestras conchas mojadas chocando era mejor que cualquier canción de Mozart, nos mirábamos caliente, nos besábamos, que rico sentía en ese momento.

C: Erika, que rico, uhm, agh cógeme, ¡¡cógeme rico!!

E: ¡¡Si!! Muévete, que rico te mueves Cindy, te deseo desde siempre, uhm, soñaba con tenerte así!

Sentí correrme como nunca antes, ella tenía otro orgasmo, que rico momento, la besaba con pasión, saciaba mi deseo sexual completamente, pero ahí no terminaría aún.

Ella me puso en cuatro, saboreo mis nalgas, arañándolas y golpeándolas con fuerza hasta que me quedaron marcadas, eso me encanto, adoro el masoquismo.

E: ¡¡Que ricas nalgas, uhm!!

Ella las abrió y su lengua fue directo a mi ano y mi vagina, sus lamidas eran fantásticas, me tenía arañando el colchón y mordiendo la almohada del placer.

Dos dedos de ella entraron a mi ano lo que me hizo retorcerme toda, mientras mi clítoris ya estaba en su boca siendo mordido y saboreado por completo.

C: Ah, que rico, ah, uhm, mmm, dios, ¡¡ah!!

E: Si mi amor, retuércete, que rica putita eres, ¡¡uhm!!

Sus palabras me excitaban más y más, yo me movía en círculos mientras tres de sus dedos ya estaban dándome con todo en mi ano.

E: ¡¡Toma!! que rico culo, que puta eres amiga, me encantas, toma, ¡toma!

C: Agh, si, dame, uhm, si que rico, cógete a esta puta, ¡¡uhm!!

En cuanto acabé de decir eso tuve un segundo orgasmo largo y en donde me chorree toda lavándole la cara, algo que ella disfruto demasiado.

Una vez satisfechas nos acostamos, ya más relajadas comenzamos a reír aún sin dar crédito a lo que había sucedido, nos pusimos el pijama y nos quedamos dormidas y yo sin pensar que, a partir de ese día, tendría más encuentros con otras chicas.

¡Con cariño, Cindy!


Imagen únicamente de carácter ilustrativo para este relato erótico…

 

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