Relato xxx real increible de algo prohibido e incestuoso que viví

Hola soy Elvi, pues déjame te cuento que este sábado siempre si fuimos a Cuernavaca, ahí vi en el Cosco a una chico que nos siguió, pero como no se acercó, no supe si era de este club de casadasswingers, asi es que respetamos su deseo de solo ver; pero lo mas rico fue en la noche.

Fuimos al cine, y en la fila para entrar ya a la sala, llamó poderosamente mi atencion (y la de mi marido) una mujer, madura como yo, rubia de pelo cortito, iba con un chico como de 18 años y un hombre de unos 40.

Relato xxx real increible de algo prohibido e incestuoso que vivíLo especial es que ella levaba una microfaldita, auténticamente era una faldita cortitita, con una piernas precisosas, zapatillas de tacon alto, y una blusa ligera; el chico le decía “mama” y el señor le daba unos besotes que los dos se metían la lengua hasta as orejas; cuando este señor (luego supe se llamaba Luis) se dio cuenta de que yo iba 2 personas atrás, con mi microfaldita, se aparto de la fila para echarse taco de ojo con mi cuerpecito, y con el de su mujer; realmente las dos chicas eramos centro de atención, aunque no había mucha gente por la hora, ya noche.

Bueno, sucede que nos fuimos a sentar a una esquina, un tanto apartada, y quedaron curiosamente enfrente de nosotros estas tres personas, la mama en medio y los dos varones a los lados; y la mami cruzo la pierna en forma espectacular, sus muslos eran preciosos, el papa y el hijo clavaron su mirada en eses muslos desnudos, de ella, por lo cual no me quize sentir menos y también cruce mis piernas.

Ambos se dieron cuenta pues me vieron con lascivia, luego supe que encendí la mecha; cuando se apagaron las luces, sucedió algo inesperado, pues los dos empezaron a pasar sus manos por los muslos de la mujer, y no eran precisamente accidentales, el hijo paseaba la mano por la rodilla de la chica, hasta que el papa le tomo la mano y se la puso casi en la entrepiernas de la mujer, mientras besaba apasionadamente al papa.

Los 3 emanaban lujuria; un toque electrico me recorrió, pero fui cautelosa, aunque mi mente imaginaba que estaba yo viendo una escena incestuosa… y entonces sucedió…

El chico subió la mano y empezó a manosear los pechos de ella, sin disimulo, ella volteo la cara y le ofreció los labios al chavo, que sin dudarlo se trenzo en un beso de lengua, saboreando seguramente la saliva del papa en aquella boca de la mujer. Mi sexo sintió como una descarga eléctrica al ver eso, frente a mi.

El papa empezó a dedear el sexo de su mujer, pues ella echo un poco el cuerpo hacia adelante abriendo ligeramente las piernas, seguramente no traia ni tanga.

El chavo estaba bien prendido, metió la mano bajo la blusa de ella, y entonces ella le dijo “despacio hijo, disfrutalo, que no ensayaste ayer con tu novia?” le dijo el chavo, “si mami pero nomas me dejo bien caliente la pinche Alejandra”.

Vi entonces la cara del papa, con una sonrisa de pervertido que no vieran, disfrutando la escena, y continuando con su labor de dedear a la mujer y acariciarles los muslos hermosos y blancos.

Se que siempre he sido llamada por el sexo desde chica, y he tenido sexo con papas e hijos, o mami e hija, pero este combinación no me había tocado, y en publico además; mi sexo estaba chorreando…

Vi entonces que en un momento, los dos con discreción se sacaron la verga del pantalón, se pusieron una como chamarra encima para disimular, aunque como la gente estaba metidisima en la pelicula con sus lentes de “3-d” no se percataban de esto, además de estar apartados.

Entonces me decido a formar parte de esta deliciosa escena, asi es que sin mas, me pare, y me senté en el asiento que quedaba a la derecha, junto al papa, cruzando mis muslos; los 3 se sacaron de onda, el papa me dijo “oye amiga esta apartado”, a lo cual le sonreí y sin dudarlo me acerque a besarlo en la boca, lo cual acepto gustoso.

Relato xxx real increible de algo prohibido e incestuoso que vivíMientras me inclinaba dirigi mi mano a la entrepierna de Bety, la mujer, cuyo sexo estaba ya empapadisimo, ahí me encontré con la mano de su hijo Pedrito; mientras mi boca recibia la lengua de Luis, mis ojos se dirigieron a los ojos de la linda rubia, y le guiñe un ojo, ella se sonrio. Símbolo de aceptacion de que compartíriamos a sus machos.

Entonces Bety me dijo, siéntate en medio, junto a mi; obedeci sin chistar; y enseguida a sentarme, me dijo “te presento a Luis y a…”, “tu hijo” le interrumpi, mientras le ofrecia mis labios, los cuales acepto gustosa y nos entrelazamos en un beso lésbico; los dos hombres se masturbaban viendo que asi duramos un rato las dos hembras besándonos y acariciándonos los senos y los muslos.

Y bueno, luego la gente veía los monstruos en la pantalla, y las dos chicas sacamos aquellos monstruos de vergas erectas; Bety se encargo de hacer gozar a su bebe, y yo a papi; los orgasmos no se hicieron esperar; luego Bety ,e pidió sentarme junto al chavo, las dos hembras a su lado; ella comenzó a masturbarlo, y con esa juventud pronto obtuvo otra vez la verga durísima.

Yo puse mi parte besandolo con mucha pasión, “anda besa a tia Elvi, le dije” lo cual lo prendió un chingo.

Al rato, las dos hembras, la mami Bety y la tia elvi, apresabamos con la boca aquella verga tierna pro gruesa; topando nuestras bocas de vez en cuando en besos, mientras mamabamos la chavo…y vino el segundo orgasmo, y el tercero; las dos mujeres quedamos empapadas de cara y pelo de semen de chavo.

Asi es que decidimos salir los 4 de la sala, fuimos a los sanitarios; luego decidimos charlar e ir a otro lado a tomar un café; las dos hembras paseamos por la plaza con el vestido mostrando la comisura de las nalgas, y aunque por la hora había ya poca gente, si fuimos centro de atención y morbo.

Ella nos contó brevemente como eran, aquí parte de su historia:

“Me di cuenta que cada vez me paseaba por casa con menos ropa cuando estaba mi hijo y, que sin querer, me dedicaba a controlar sus reacciones, sus miradas, en fin a tratar de saber si se excitaba o no como decía mi amiga.

Relato xxx real increible de algo prohibido e incestuoso que vivíUna mañana todas mis dudas desaparecieron. Como todos los días me había levantado a preparar el desayuno y Jorge, mi hijo entró como siempre a la cocina a desayunar, me dio un beso, y se sentó a la mesa. Siempre solía ir en slip y camiseta.

Yo, como ya he dicho, no se si consciente o inconscientemente, o eso quería creer, últimamente solía ir muy cómoda. Ese día me acuerdo que llevaba una bata corta de raso que me llegaba justo debajo las nalgas, atada con un cinturón y, aunque suelo dormir con bragas, las había echado al cesto de la ropa sucia y no llevaba nada.

Lo cierto es que me pase todo el tiempo agachándome a coger cosas que se me caían, si lo hacía de frente Jorge podía verme las tetas por el escote abierto de la bata, y si lo hacía de espaldas le dejaba ver todo mi culo al irle a servir el café con leche y las tostadas le ofrecí la vista de nuevo de mis tetas que asomaban por la bata medio abierta, y vi como una de sus manos estaba debajo de la mesa.

De nuevo me agaché pero esta vez para con disimulo mirar donde estaba la mano de mi hijo. Una sensación de vergüenza, de nerviosismo y creo que también de excitación me recorrió como un latigazo cuando vi que su mano agarraba su pedazo de mástil que parecía querer romper el slip. Nerviosa y excitada salí rápidamente de la cocina.

Esa mañana cuando me quedé sola en casa no hacía otra cosa que pensar en el bulto de mi hijo y en lo que me decía mi marido sobre como le excitaba a Jorge. Sin darme cuenta, sentada en la taza del baño, me sorprendí con la bata abierta, tocándome, con mis labios abiertos, húmedos y mis dedos jugando con mi clítoris.

Me miré en el espejo que ocupa todo el frente del baño, me vi los pechos con los pezones rosados duros y excitados, me los acaricié. Venciendo la vergüenza de pensar que estaba así por la excitación que le producía a mi hijo, y no se si siendo consciente que me había puesto así viéndolo como un hombre que quería cogerme, que podía hacerlo.

A partir de aquel día todo cambió en mí, ya no podía dejar de pensar en mi hijo, no podía dejar de pensar en aquel hombre que tenía en casa, me masturbe un montón de veces pensando en mi hijo cogiendome. Ahora era mi hijo el que despertaba mis instintos el que hacía que me mojase casi todos los días.

Hasta que una mañana, el había terminado los exámenes y no tenía clase, lo oí levantarse y meterse en el baño, eran como las diez, no sé que me pasó, pero sin apenas pensarlo, me quité la bata que llevaba y me quedé, esperándolo en la cocina, con un camisón corto casi transparente de verano, dudé en quitarme también las bragas pero no me atreví, y esperé a que viniese a la cocina a desayunar.

De espaldas, preparándole las tostadas, sentí su mirada, sentí que en silencio me observaba desde la puerta, yo hice como que no me había dado cuenta que estaba allí. Como una autentica zorra caliente, sin poder evitarlo, hacía movimientos que dejasen mi culo a su vista con mi tanga metida entre las nalgas.

Lo sentí acercarse silencioso, sacarme una foto con su nueva cámara digital, a la vez que me daba los buenos días y un beso en el hombro sentí su pene duro como una piedra apretarse contra mi culo, al momento mi cuerpo se electrizo y sentí un calor intenso entre mis piernas. Sin apartar su verga de mi culo, sintiéndola acomodarse entre mis nalgas, y sin hacer yo tampoco nada por apartarme, me cogió por la cintura, y me preguntó que preparaba.

Casi sin respiración, y sin valor para darme la vuelta y mirarle, le contesté que unas tostadas. Sentía como me iba mojando, sentía el calor de mis deseos.

Él seguía allí, sentía como le palpitaba el pene, me miré los pezones estaban disparados bajo el fino camisón, notaba como me mojaba más y más, que vergüenza no podía volverme, ¿por qué me habría quitado la bata?

Las tostadas ya estaban, pero no podía volverme y tampoco quería, el gusto que sentía al notar la verga de mi hijo me estaba volviendo loca, hubiese querido darme la vuelta y sentirla sobre mi vientre, agarrarla y besándola llevarla hasta dentro de mi, ser tomada allí en ese momento por mi hijo.

En ese momento se separó de mí, y se fue a sentar a la mesa, aproveché el momento que volvió la espalda para dejar las tostadas encima de la mesa y salir de la cocina. Me fui a mi dormitorio a buscar la bata, estaba temblorosa y sudaba, mis pechos parecían que iban a reventar y tenía toda la braga mojada, mirándome en el espejo me pregunté como podía estar así por mi hijo, pero me gustaba no lo podía remediar.

Sin pensarlo metí mi mano bajo la tanga y noté mis labios abiertos, mojados y calientes, que rico que bien estaba. De pronto se abrió la puerta y entró mi hijo, – mamá ¿te pasa algo? Te he notado temblar, se me acercó, yo había sacado la mano rápidamente, se colocó frente a mí y trató de disculparse diciendo que igual me había molestado, pero que se levantaba de la cama muy excitado y que tenía la madre más guapa del mundo.

Yo seguía con mi camisón corto y las bragas empapadas. Al sentir su cuerpo rozar el mío para darme un beso, sentí de nuevo esa sensación de deseo de pasión.

Sentí su bulto volverse a pegar a mi, aunque ahora no estaba duro, me dio un beso en la mejilla sin despegarse, enseguida noté que volvía a crecer su pene dentro del slip. En ese momento yo le abracé diciéndole que no se preocupase que eran cosas normales. no me separé, no podía.

Mientras estábamos pegados yo le hablaba de la naturaleza de los chicos, de las cosas que eran normales, etc. notaba como el se restregaba contra mi, notaba su verga apretarme el vientre y según hablábamos la movía y movía y había crecido como no podía imaginar.

Había apoyado sus manos en mis caderas mientras yo acariciaba su cara tratando de calmarle, aunque la que estaba disparada estaba yo, notaba mis tetas que iban a reventar clavar los pezones en el pecho de mi hijo.

Él seguía frotando su pene contra mi vientre a la vez que me apretaba contra él cogida de las caderas. No podía aguantar. Sin poderlo evitar le cogí por las nalgas y yo también le apretaba contra mi.

Relato xxx real increible de algo prohibido e incestuoso que vivíSus manos se metieron por debajo de mi camisón hasta agarrarme las nalgas, con los ojos cerrados arrimé mi mejilla a la suya, le deseaba, sus dedos, apartando mi braga empezaron a recorrer la raja entre mis nalgas, yo movía las caderas como una zorra caliente para sentir su pene golpearme el vientre.

Empecé a bajarle el slip, con mis manos en su culo tiraba de él hacia abajo, pero su polla, tiesa, dura como un palo, no me dejaba bajárselos Llevé mis manos hacia adelante hasta liberar aquel pedazo de carne que estaba a punto de reventar.

Quería sentir toda su leche en mí, necesitaba ser tomada por mi hijo, necesitaba ser poseida en aquel momento. Me aparté, le cogí de la mano y le llevé hasta la cama, le di un beso en la boca y comencé a bajarme la tanga, él me miraba, yo con la vista baja no me atrevía a mirarle.

Estamos locos, hijo, si estamos locos mami, pero que linda locura». «Si, hijo, soy tu mujer, cógeme, date el gusto y dámelo a mi».

Pensé en quitarme el camisón también y tumbarme para que se abalanzara sobre mi y me penetrara, no pude, me coloqué de espaldas a él, me abrí de piernas y me acerqué para que desde atrás me cogiera, sentí una cabeza enorme entre mis labios deseosos de que entrase en ellos, y lo hizo aquel tizón encendido se clavó en la vagina caliente, mojada y deseosa que su madre le ofrecía.

Empecé a menear mis caderas como una perra en celo, a sentir como entraba una y otra vez llenándome la vagina, haciéndome gozar como nunca lo había hecho.

Me cogía de las caderas y la clavaba una y otra vez haciendo que mis tetas bailaran a su son, duras, con los pezones erectos y balanceándose a su ritmo, hasta que noté un cálido y cremoso chorro de leche que brotaba llenándome la vagina de la leche de mi hijo.

Me vine y me vine de a madres, como pocas veces lo había hecho, el inmenso placer que siente una madre al alcanzar un orgasmo tras otro con su hijo, es la cosa mas morbosa y mas emocionante que jamás pudiera haber imaginado, deseaba entregarme entera y que me penetrara analmente…

Que les parece? Los 4 estabamos prendidos, y ya les contare lo que siguió en nuestra camioneta; bueno, habra quien diga que esto lo invento pero, me vale; espero ir a plaza inn este viernes y ahora si encontrar algún par de galanes o a una parejita cachonda como las que hemos salido, para jugar en la camioneta, en pleno insurgentes.

Los nombres fueron cambiados en la historia, para proteger identidades…

 

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