Relato porno de sexo con Rosa una mujer 13 años mayor que yo

Mientras limpiaba mi verga y me alistaba para salir del hotel, recordaba aquella primera vez que cogí a Rosa Maria, una antigua compañera y amante con quien la pase super rico.

Yo tenía 21 años y ya un camino recorrido en lo sexual, ella tenía 33 años, morena, 1.57, tetas medianas, nalgas paradas, piernas morenas pero con un poco de estrías, pero aun asi bien antojables.

Ella era diseñadora y yo en aquel entonces era responsable de logística, apenas a mis 21 años ya tenía una jefatura y hacía bien mi trabajo por lo que no me costaba trabajo socializar con las chicas de la empresa.

Rosita como yo le decía, era un amor, muy amable y amigable, todas las mañanas llegaba apresurada para poder platicar unos 20 minutos conmigo, la verdad me encantaba demasiado.

Ella me hacía olvidar que yo ya tenía novia, una hermosa mujer de 24 años nalgona y piernuda, pero como todo hombre no me era suficiente.

Así anduve detrás de ella, logré que me diera entrada y me permitió abrazarla de más y tocarle las piernas, la verdad ya no aguantaba las ganas por ella.

El 2010 llegaba a su fin y la fiesta de fin de año se venía venir, como siempre me aliste para el festejo, ese dia le dije a mi novia que no me esperara ya que no llegaría, ella no se molesto así que ya todo en orden fui al “Desvan”.

El ambiente era bueno, me senté con algunos compañeros de mantenimiento pero estaba atento para ver si Rosa llegaba.

Tomaba una cerveza cuando la vi llegar, un minivestido negro, unas medias negras y unos tacones no tan altos acompañaban a Rosa, cuando la vi me quede estupefacto, ella me miro sonrio y sin dudar se dirigio a donde estaba yo.

R: Hola ¿me apartaste mi lugar?

O: Claro, ven, ¡siéntate!

La mirada de los compañeros fue de envidia, aunque había mujeres mas “buenas” Rosa Maria se ganaba la atención de todos.

O: ¡Te ves increíble!

R: ¡¡Gracias!! ¡Tu siempre tan lindo!

O: En serio, Rosita, me dejaste con la boca abierta, ¡ojalá así te vistieras a diario!

R: Jaja, que bromista eres.

El ambiente estaba muy bueno, cantantes en vivo, baile, desde el minuto uno del baile ella fue mi pareja y me encargue de que nadie más se le acercara.

Rosita bailaba espectacular, tenía un rico tumbao y lo demostró ganando un concurso de chicas bailando, todos se volvieron locos por ella y yo más.

R: ¡Me gane una botella!

O: Te luciste, ¡qué movimientos!

R: ¡Vamos por ella!

Ambos fuimos a recoger su premio, le dieron un whisky, ella me miró y me dijo…

R: ¿Qué te parece si nos lo tomamos solo tú y yo?

O: Claro ¿ Adónde vamos?

R: Pues, ¿tú dime?

O: ¡Corazón, yo solo pienso en llevarte a un solo lugar!

Ella me sonrió y fue por su abrigo y yo por mi chamarra, algunos se percataron de nuestra huida y me dieron miradas de aceptación, sabía que esta era mi noche.

Salimos y le dije que fuéramos a mi casa, pero ella tuvo una mejor idea, me pidió que fuéramos !al hotel!

Caminamos hasta eje 6 y tomamos un taxi, nos bajamos en el hotel más cercano, pedí la habitación, la verdad el silencio se apoderó de nosotros, así sin más ya estábamos en el hotel y no sabía qué decirle, cuando estaba por hablar, ella 13 años mayor que yo, rompio el frío dándome un tremendo beso.

Su lengua y la mía se combinaban perfecto, era un beso tan rico, ya había besado a muchas y este beso me puso duro todo.

relato sexo con maduritaEntramos a la habitación y ella se sentó en la cama, se quitó su abrigo y sus tacones, yo me quite los zapatos y me senté a su lado, sacamos la botella y comenzamos a beber directo de ella.

Ella subió sus piernas en la cama y yo le sobaba sus pies, me encantaba sentirlos con la seda de sus medias negras, ella sonreía y me hablaba de que tenía una relación de altibajos y que ese día quería olvidarse de él.

La comencé a besar mientras mis manos seguían acariciando sus pies, ella me quito la camisa y la camiseta y comenzó a besarme el cuello y luego fue a mis pezones los cuales mordía rico y lamía haciendo que se pusiera mas dura.

Se quitó su vestido y se acostó boca abajo, yo fui de su cuello bajando mi lengua por su hermosa espalda hasta llegar al inicio de sus pantimedias, las tome con mis manos y se las baje delicadamente dejándola en su sensual trusa de encaje blanco.

O: ¡Estás muy rica nena!

R: ¿Te guste?

O: ¡Desde que te vi cariño!

Besaba sus pies y sus piernas, ella lanzaba pequeños gemidos que me pusieron loco, le quite su trusa y su brasear, acaricie sus pechos y su rica concha con poco bello, comencé a tomar el control del momento.

Sin dudarlo un segundo me dirigí a su coño el cual probé sin contratiempo, ella gemía y se retorcía cada que mi lengua entraba en su húmeda cavidad, mis dedos jugaban con sus duros pezones sintiendo lo excitada que estaba.

R: Que rico ¡¡uhm!!

O: ¡¡Me pones a mil!!

Le hice sexo oral hasta que se mojo enterita, consegui que tuviera un orgasmo y me bebi el nectar obtenido de mi degustacion, su vagina no era tan salada, me encantaba su sabor.

Me desnude por completo, mi verga estaba a tope, ella saco un preservativo y antes de colocarlo me premio dándome un rico oral.

Ella era muy buena chupando, su lengua recorría de mis bolas a mi glande y luego jugaba con mi escroto, saboreaba cada gota de líquido pre seminal que emanaba de mi verga, yo estaba fascinado con su trabajo, la tomaba de la cabeza y dirigía la velocidad de sus chupadas, ella se dejaba como marioneta y aceptaba ser ahogada por mi aceleración.

O: ¡¡Que rico me la chupas, uhm, ah!!

Me coloco el condón con la boca, se acostó en la cama y sonriendo me invitó a metersela, le abrí las piernas y se la deje ir lento, cm a cm y saboreando sus ricos pezones.

R: Ah, que rico, ¡¡ah!!

Yo la tenia durísima, me movía despacio, sabía que si me aceleraba de más me podía venir y aun no quería, quería disfrutar a esa mujer 13 años mayor que yo.

Levante sus piernas colocando sus rodillas casi en su cara y yo se la metía enterita, parecía que hacía sentadillas, solo que el esfuerzo era recompensado con una rica concha apretando mi verga.

R: ¡Ah!, Oswaldo, que rico, ah, ¡¡mmm!!

O: Rosita, uhm, ¡¡estas sabrosa!!

La acosté de lado y le levanté una pierna, comencé a metersela mientras nos besabamos, admito que hacía ejercicios de respiración para evitar venirme a cualquier costo.

Me empujaba despacio acariciando sus ricas piernas, abdomen y tetas, su piel suave y morena me alentaba a continuar dandole mi verga.

O: ¡Ponte a cuatro patas!

R: ¡Si! Me gusta esa pose!

Rosita se puso de perrito, se veia riquisima escurriendo de su coño y moviendo su cadera pidiendo mi verga, yo como buen macho la tome de su cintura y se la deje ir con fuerza, ella lanzó un quejido de placer y me insito a darle con todo.

La cama rechinaba con fuerza, la embestía como toro salvaje, ella se movía también haciendo más placentero el momento, yo acariciaba su pechos, le daba de nalgadas, le jalaba sus chinos, ¡qué rico placer!

R: ¡¡Ah!! Mas, dame mas, que rico, uhm, ah, Oswaldo, metemela, ¡¡no pares!!

O: Toma, que rico, me encantas, coges riquísimo, toma mi verga ¡¡toma mi verga!!

R: Así, mmm, ah, dios, que dura, uhm, ¡¡agh!!

La fuerza con la que la embestía era tanta que la termine tirando boca abajo, eso no me detuvo, me acomode de tal forma que mi verga le entraba enterita y Rosita lo disfrutaba al máximo.

R: Me vengo, Oswaldo ¡¡me vengo!!

O: ¡¡Correte cariño!! ¡¡Sacalo ya!!

Le meti mi resto a mis embestidas, ella lanzó un rico quejido y sentí como su concha palpitaba, mojo todas las sabanas y yo al ver eso tambien me vine y aunque traia el condon ella sentia como salia cada ¡gota de mi verga!

R:¡¡Ah!! Oswaldo ¡¡que rico!!

O: Rosy, eres muy buena, ¡¡uhm!!

Nos acostamos y nos abrazamos, ella me quitó el condón y acaricio mi verga que aún palpitaba por la acción, el poco semen que quedó embarrado ella lo tomó con sus dedos y lo llevó a su boca.

Una vez recuperado volvimos a coger, yo quería sin condon pero ella estaba fértil así que tuve que esperarme para la siguiente ocasión.

 

Rosa Maria me fascinaba, dada dia me volvia mas loco por ella y después del rico sexo que tuvimos esperaba con ansias volverlo a repetir.

Lamentablemente apareció Ángel, un compañero que desde que llegó no hacía más que seguirla y poco a poco consiguió que ella se interesara en él, si algo tengo es que cuando me dicen no o me ponen la barrera me hago a un lado y así lo hice.

Pero una tarde los dos nos quedamos solos, no se porque ni lo recuerdo, el caso es que quedamos ella y yo, un enorme silencio se apoderaba del lugar y pese a ser dos áreas distintas compartimos el mismo espacio.

Fue ella quien se acercó a mí para romper el hielo, honestamente yo no lo esperaba, con su pantalón super entallado que se le paraban riquísimo las nalgas, se paró a lado mio y me dijo…

R: ¿Porque ya no me hablas?

O: Si te hablo o ¿a qué te refieres?

R: Desde hace tiempo tu has cambiado conmigo y no se porque ¿te hice algo?

O: ¡¡No!! tu eres un amor, simplemente que respeto ¡las relaciones!

R: ¿Relaciones? ¿De qué me hablas?

O: Pues tu y Angel, están saliendo ¿no?

Ella se quedó en silencio unos segundos mirando el piso y después me respondió.

R: Pues salir como tal no, pero ¡si me gusta estar con él!

O: Lo ves, ¡qué tal si te incomoda mi presencia!

R: Oswaldo, somos amigos, porque incomodarias?

Me puse de pie, me acerqué a ella y la tomé de la cintura para poder decirle algunas cosas.

O: Sabes que te veo más que una amiga, no voy a ocultar mi deseo por ti.

R: ¡Pero tu tienes novia!

O: ¿Y eso que? ¿Acaso tu puedes controlar tus instintos?

Ella se fue a su lugar y yo seguí en lo mio, pense que se había ofendido pero no hice nada por disculparme, creí que no sería necesario. Nuevamente el silencio adorna el lugar hasta la hora de salida en donde apague mis cosas y me dispuse a salir cuando fui abordado nuevamente por ella.

R: ¡Esperame, vámonos juntos!

O: Pero yo voy por otro camino, o ¿acaso me conviene acompañarte?

R: No sé, vamos por un café.

Acepte ir con ella, entramos a un café y conversamos por un rato, ella seguía negando su relación con Ángel y yo seguía teniendo más y más ganas de cogermela, fue entonces que me hice la victima, me sentí ofendido y le dije que ya me iba que lo mejor era no hablarnos nunca mas, en eso ella me detuvo.

R: Espera Oswaldo, ¡no te vayas así!

O: Lo siento, ya no tengo razones para acompañarte, la única que queda es el enorme deseo que te tengo, pero lo puedo superar.

Salí de la cafetería y ella me siguió y justo cuando me alcanzó la tomó de la cintura y la besó a la fuerza, ella no se negó, mi boca bajó a su cuello y mis manos acariciaron sus ricas nalgas.

R: ¡Que rico besas!

O: Déjame mostrarte lo mucho que te deseo.

Ella me miró coqueta y prácticamente di por hecho que acepto, estábamos cerca de “201” así que caminamos rumbo al hotel, pedí la habitación y en el camino a ella nos besabamos apasionadamente.

Al entrar al cuarto no espere un segundo mas, comence a desnudarla apresuradamente saboreando su rica piel, Rosa gemía al sentir mi lengua en su espalda y nalgas, pero yo no podia esperar mas.

La tire en la cama y me desnude, tenía la verga super parada, ella la miró fijamente y se fue a chuparmela, yo estaba de pie y ella acostada chupando mi dura verga.

R: ¡Qué rica!

O: ¡¡Uhm!! ¡Que rico lo haces cariño!

La tomé de la cabeza y prácticamente le folle la boca, ella la tragaba contenta, su saliva ya escurría por mi verga, se detenía a morder la cabeza y apretaba mis bolas de una manera deliciosa.

R: ¡Me encanta tu verga!

O: ¡Y tu me vuelves loco corazón!

Lamentablemente para mi ella me volvió a poner el preservativo, ni modo, pero al menos esta vez era de los más sensibles y eso me tranquilizo un poco.

La acosté en la cama, baje a su rica concha a chupársela con fuerza, mi lengua entraba y salía de su húmeda concha, sus gemidos me encantaban y me incitaban a mamársela más y más.

R: Papito ¡¡que rico!!

O: ¡Me encanta tu coño!

R: Cogeme ya, ¡¡uhm!!

Abrió sus piernas y se la metí despacito, ella cerró sus ojos y se retorció fantástico, comencé a lamerle sus pezones mientras se la metía y sacaba lentamente.

Me encanta cogerlas de patitas al hombro y con ella de verdad que me gustaba metersela en esa pose, como gemía, como se movía, sus pies en mi cara, todo me fascinaba.

O: Que rico, como me encantas, ¡¡uhm!!

R: Así, que rico, uhm, ¡¡ah!!

Me acosté y ella subió a cabalgarme, se movía en círculos y de adelante para atrás, Rosa sabía mover sus caderas y me tenía viendo estrellas.

O: Que rico te mueves nena, ¡¡uhm!!

R: ¿Te gusta? ¿Me muevo más?

O: ¡¡Si!! No te detengas, muévete, así nena, ¡¡uhm!!

La tomé de sus manos y ella se daba tremendos sentones, también se hacia para adelante y solo mi puntita entraba en su concha, esto nos encantaba a los dos.

Me puse de pie y ella en cuatro a la orilla de la cama, la tome de la cintura se la deje ir con toda mi fuerza, le daba de nalgadas y me empujaba como si no hubiese un mañana, esto la tenía gimiendo y ¡pidiendo mas!

R: ¡Así, uhm, ah, que rico, no pares, que duro, cógeme, Oswaldo cogeme!

O: Que ricas nalgas tienes, uhm, aprietas riquísimo, Rosita, toma, sacame la leche, ¡¡uhm!!

Se la saque y la pare también, ella se empino apoyándose de la orilla de la cama y yo se la deje ir ¡por su rico culo!

R: Despacio, uhm, ¡¡agh!!

O: Lo tienes super apretado, ¡¡uhm!!

Como quería dársela sin condon, pero aun así se sentía fenomenal metersela en su rico ano.

R: ¡¡ah!! Que rico, metemela, uhm, duele, ¡¡pero sigue!!

O: Soñaba con esto, uhm, ah, ¡que rico!

Aceleré mis embestidas, ella lo disfrutaba y se movía, no se si era virgen de ahí pero apretaba como si fuese su primera vez.

R: ¡¡Ah!! Que rico, uhm, ah, papi, ¡¡ah!!

O: Me vas a sacar la leche, uhm, ¡¡ah!!

La tomé del cabello y se la dejaba ir con toda mi fuerza, ambos jadeabamos y babeabamos por la aceleración, ella recibía contenta mi verga en su culo, no me imaginé que terminaría así con ella.

Después de unos empujes más y apretando sus ricas tetas y ella moviéndose como loca, ambos nos corrimos juntos, pese a que tenía condón mi orgasmo y el de ella fue fenomenal, la imagen de ella escurriendo y temblando como bambi aún sigue presente en mi.

Una vez terminada la acción ella revisó su celular y me dijo que ya se tenía que ir, yo desconcertado, no la detuve, de hecho me quedé recostado ya que no tuve intención de irme con ella.

R: Que rico momento Oswaldito, pero ya me voy, me está esperando Angel.

O: Está bien, supongo que esto no volverá a pasar ¿verdad?

R: No lo sé, pero lo mejor es que no lo esperes.

Salió de la habitación y me dejo ahí, cabe señalar que comenzó una relación con Ángel y aunque ella y yo no lo sabíamos nos volveriamos a encamar mas adelante.


Imagen de caracter ilustrativo únicamente para este relato erótico…

 

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