Relato real: Cirujano disfruta los implantes que le puso a mi esposa

Mi esposa, a quien llamaremos Carolina, y yo tenemos 42 y 40 años de edad respectivamente, y tenemos 16 años de casados. Tenemos dos hijas y un hijo. Siempre hemos disfrutado de nuestra relación sexual, desde que éramos novios, pero últimamente disfrutamos más que nunca.

Sin darnos cuenta, ya tenemos algunos años que empezamos a fantasear antes de tener relaciones, esto mientras nos masturbamos y nos vemos al estar haciéndolo. A mi me gusta decirle que está tan buena que cualquiera quisiera cogérsela, mientras que a ella le excita que yo le diga que mi verga se para por otras.

En ocasiones inventamos historias eróticas en las que hacemos tríos ya sea con otra mujer o con otro hombre. Vemos videos pornos, y cada vez que salimos a un bar nos gusta hablar de lo que vimos o lo que nos pasó, mientras estamos cogiendo. En fin, sabemos como excitarnos y disfrutar al máximo.

Mi esposa es de tez morena y mide aproximadamente 1.75, es delgada, bonita y de muy ricas bubis, pero ella siempre había querido ponerse implantes, por lo que empezamos a buscar a algún doctor que pudiera hacer el trabajo. Después de varias recomendaciones de amigas y ver su historial, mi esposa se decidió por consultar a un doctor de nombre Israel De la Cruz.

Carolina me dijo que ya había encontrado a un doctor y me enseñó su fotografía. La verdad me sentí un poco extraño al ver que se trataba de un tipo más joven y muy apuesto, pero me tranquilicé al pensar que ese era su trabajo y seguramente sería todo un profesional con mi esposa.

La primera cita con el doctor, mi esposa fue sola y me dijo que al momento de revisarla estaba presente una enfermera, pues con eso los doctores evitan tener problemas legales en caso de que alguna paciente quiera demandar por alguna supuesta conducta inapropiada del doctor.

Carolina me dijo que el doctor es muy agradable y que sí es tan guapo como se ve en las fotos. Automáticamente al escuchar eso mi verga se puso súper dura y eso que todavía no me platicaba como le había ido en la cita.

Carolina explicó que le pidieron que se quitara la blusa y que se pusiera una que la enfermera le proporcionó. El doctor la vio detenidamente y le tocó levemente sus bubis para indicarle que es lo que él sugería hacer. Pensarán que eso no tiene nada de excitante pero para mi si lo fue, el pensar que otro tipo le tocara sus bubis me prendió demasiado.

En la noche no aguanté y le dije que me calentó lo que me platicó. Ella me dijo que estaba loco pero al final la convencí de que me siguiera el juego y cogimos súper rico.

Cuando llegó el día de la operación, yo tuve que llevar a Carolina porque ella no podría manejar de regreso a casa, ya que todavía tendría el efecto de la anestesia. Me presentó al doctor y la verdad si es un tipo agradable y muy apuesto.

El mismo doctor me pidió que pasara al consultorio ya que las enfermeras estaban ocupadas y el tenia que trazar las bubis de Carolina para hacer la cirugía. El doctor salió para que Carolina se desvistiera y se pusiera la blusa de la clínica.

El volvió y le pidió que se descubriera los pechos. Con un marcador trazó las bubis de Carolina pero para eso el tenia que tocarlas y moverlas de un lado a otro y su cara se acercaba mucho a las bubis de Carolina.

Al ver eso mi verga empezó a punzar muy fuerte, se me puso muy dura. Jamás me imagine que vería la cara de otro hombre en las bubis de mi esposa y mucho menos que se las estaría tocando. Al terminar de hacer los trazos salió de la oficina y me dejo solo con Carolina. Ella me vio y se sonrió, pues me conoce bastante bien y sabia que seguramente mi mente había volado. Eso se lo confirmé cuando la abracé y ella sintió mi verga dura en sus piernas. Carolina sonrió sin decir nada.

La operación fue un éxito y las bubis de Carolina quedaron espectaculares, nada exageradas. Después de unas semanas, cuando ya las bubis de Carolina estaban listas para poder ser tocadas por mi, me atreví a decirle mientras nos estábamos tocando que me calentó mucho ver al doctor en sus bubis y ver como la tocaba.

A ella la prendió mucho pues se empezó a masturbar mas rápido mientras me preguntaba si de verdad me había gustado. Ella me dijo que también le excita ir a las citas de seguimiento y que le gustaría que no estuviera la enfermera para poder coquetearle. Eso me prendió mucho y empezamos a coger muy rico, en todo momento hablando de lo que ella haría con el doctor si estuviera sola o si se lo encontrara en un bar. Los dos nos vinimos muy rico esa noche.

Carolina se compró ropa nueva, más escotada para poder mostrar un poco sus encantos. Una noche salimos a un bar con unos amigos. Tomamos algunas cervezas y Carolina ya estaba un poco alegre. Eso me gusta porque es seguro que cogeremos mas rico de lo normal cuando ella está tomada. En una ocasión fue al baño y me dijo que había saludado al doctor y que este estaba con varios amigos.

Mi verga se paró otra vez de manera automática pues me acordé de nuestra fantasía. Cada vez que Carolina iba al baño, que por cierto lo hizo muy seguido, yo la seguía con la mirada y notaba como el doctor y sus amigos la veían detenidamente y después reían. Seguramente hablaban del buen trabajo que hizo con mi esposa y de lo rica que se veía.

Ya mas noche el doctor estaba bailando con una chava muy guapa, y no podía evitar como mi esposa los veía bailar. Ellos estaban bailando de una manera muy cachonda. Invité a bailar a mi esposa y nos pusimos a un lado de ellos. El doctor nos sacó platica y le pregunto a Carolina que si como se sentía de la operación. Carolina le dijo que bien y el coquetamente nos dijo a los dos que le daba gusto, que todo se veía muy bien. Seguimos bailando toda la noche y platicando con el doctor y su amiga. El ya con unas copas más, no dejaba de ver el escote de Carolina y eso a nosotros no nos molestaba.

Cuando salimos del bar nos preguntó que si que haríamos. El ya no estaba con su amiga. Yo sonreí y le dije que gozaríamos al máximo el buen trabajo que el hizo y le pregunté que si quería acompañarnos. Carolina me volteó a ver con una cara sorprendida pero al mismo tiempo agradecida por mi propuesta. El doctor accedió y en ese momento nos dirigimos a un hotel que estaba cerca, pues nuestros planes habían cambiado.

Desde que íbamos en el elevador Carolina y yo empezamos a besarnos y a tocarnos, para que el doctor nos viera y se sintiera en confianza, al igual que nosotros. El no aguanto y empezó a tocar las nalgas de Carolina.

Al llegar al cuarto del hotel, Carolina me volteó a ver como pidiendo mi autorización y al momento de sonreírle ella empezó a quitarle el pantalón al doctor. La verdad su verga estaba mas larga y gruesa que la mía y sus nalgas se veían muy ejercitadas.

relato real trio con el cirujanoCarolina empezó a chupársela muy rico, a la vez que lo masturbaba de manera suave y pausada, lo hizo por varios minutos. Yo me masturbaba al ver lo que nunca pensé que vería y que creí que solamente seria una fantasía. Me acerqué a ellos y mientras Carolina estaba hincada en la alfombra, nos chupaba la verga al mismo tiempo, lentamente se sacaba una verga de la boca y luego se metía la otra y nos volteaba a ver con una cara de lujuria.

Nos subimos a la cama y yo empecé a chuparle su panocha, estaba muy mojada, y el doctor se sentó a un lado de ella para mamarle sus chichis. El bromeaba y le decía que estaba muy orgulloso del trabajo que hizo y luego la chupaba con mas fuerza.

Después de calentarnos de manera sobrenatural, Carolina se puso en posición de chivito al precipicio y el doctor la empezó a penetrar por atrás mientras que Carolina me chupaba la verga y me veía fijamente. Carolina se acostó y le pidió al doctor que le pusiera la verga en la boca y a mi que le chupara la panocha.

Lo hicimos por varios minutos y después yo le metí mi verga mientras el doctor se sentó a un lado para que Carolina lo masturbara. Mientras hacíamos eso le pregunté al doctor por su amiga y el de inmediato le llamó y le preguntó si quería acompañarnos. Carolina nunca dejó de masturbarlo.

Estabamos cogiendo cuando tocaron la puerta de la habitación. Era la amiga del doctor. Yo de inmediato le pedí que se acostara en la cama. Era una habitación sencilla. Al desvestirla empecé a chuparle sus ricas chichis y después la panocha. Por su parte Carolina seguía siendo penetrada por el doctor. Fue muy excitante vernos mientras los dos cogíamos con alguien más. Camino a casa Carolina y yo nos fuimos muy serios, pues ya nos habíamos venido y sentíamos un poco de remordimiento.

Carolina siguió yendo a las citas de seguimiento y aunque ya nunca pasó nada mas con el doctor, seguimos calentándonos y fantaseando cada vez que lo ve y sobre todo cuando platicamos de nuestra noche loca con él y su amiga.

Espero que hayan disfrutado esta historia, la cual es real.

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