Mi propio relato sexual con una compañera de clases de 18 años

Hola, mi nombre es Pedro y soy de Chile, tengo 24 años pero la siguiente historia me pasó hace varios años atrás.

Estaba en mi último año antes de graduarme de la escuela, justo con 18 años, y en ese entonces venía saliendo de mi primera relación. Durante ese periodo, conocí a una compañera la cual iba un curso más abajo pero tenía mi misma edad, su nombre era María.

La conocí porque ella había sido novia hace tiempo de un conocido, con el cual yo ya no hablaba. Ella me comenzó a hablar porque quería saber mi opinión con respecto a lo que había pasado con su ex novio, ya que yo lo conocía y ella podía desahogarse.

Yo al comienzo solo le hablaba en buena onda, en pro de ayudarla con su problema emocional y apoyarla, ya que ella era bastante agradable, aunque desde que comenzamos a hablar, sentía que ella era coqueta conmigo, pero yo lo asociaba mas a su personalidad, por lo que al principio pensé que eran malinterpretaciones mías, pero luego descubrí que no.

Después de conversar por una semana, notaba que me insinuaba que nos juntáramos a solas, con cosas como «¿Y cuando podré irte a visitar?» y me mandaba fotos preguntando cómo le quedaban algunas prendas. Yo sentía que ambos nos teníamos ganas, pero nunca habíamos experimentado estar a solas, por lo que no había pasado nada.

Un día al salir del colegio me pregunta si la acompaño a la casa de su hermano (que se había ido de viaje, por lo que la casa estaba sola) para alimentar a su mascota, a lo que le respondí que si. Ella era bajita, pelo castaño claro, un poco rellenita, lo que hacía que tuviera un culo espectacular, el cual yo había notado desde hace rato y me hizo tener más de alguna fantasía desde que conocí a esta chica.

Entonces, llegamos a la casa, y ella estaba delante mio, intentando encontrar las llaves para abrir, y en eso, me fijo en su hermoso y gran culo, ella llevaba una falda la cual estaba levantada por sus nalgas, y ya con la confianza suficiente que teníamos, le agarré el culo de forma inesperada, ella dio un pequeño gemido, me miró con una cara muy coqueta y entramos a la casa.

Me ofrece asiento en el sofá y yo acepto, y en lo que me siento, ella se pone encima mío, se desabrocha los primeros botones de su blusa y me enseña sus tetas que eran de buen tamaño y muy suaves.

Me dice: «Hace tiempo quiero sentirte dentro mío, he podido notar el tamaño de tu pene através del pantalón, necesito que esté dentro mio». Mi pene estaba sumamente parado, y yo estaba un poco nervioso, ya que solo había tenido sexo con mi pareja de antes y nadie mas. Ella baja y me desabrocha el pantalón, sonríe de forma coqueta y empieza a chuparlo de una forma maravillosa, se notaba que tenía experiencia.

Me la chupaba tan rico que yo me sentía en otro mundo, y derrepente, ella se para y se da vuelta, se sube la falda y noté que tenía unos calzones de encaje color naranjo, y en ese momento tuve al frente mío aquel culazo que tanto añoraba follar desde que conocí a esta chica.

relato cogiendo compañera de clasesElla se corre su calzón y se sienta en mi pene, gimiendo de una forma muy fuerte, comenzó a moverlo para adelante y para atrás, mientras gemía «Al fin puedo probarte, no sabes cuanto he querido hacerlo»

Yo estaba vuelto loco, disfrutando del culo más suave y grande que hasta el momento había probado, teniéndolo al frente mío y disfrutando aquella vista, lo comencé a tocar y agarrar con fuerza, todo esto era un placer culpable porque no teníamos puesto condón.

Yo le decía, esto es muy rico pero necesitamos protegernos», y ella me dijo «no te preocupes, tomo pastillas» y comenzó a moverse con mucha más fuerza, dejándome totalmente a su merced y su control, aunque haya querido salirme de ahí, no podía y eso era lo que más me calentaba, ella me estaba follando a mi, yo estaba totalmente sometido a sus nalgas exquisitas viendo como rebotaban en mis piernas.

No me daba ningún descanso y eso era lo más excitante. Comencé a sentir ganas de irme, y se lo dije, a lo que ella se salió y me dijo «Dame toda tu lechita, hmmmm» y en ese momento mi pija explotó en su boca, mientras ella me masturbaba al mismo tiempo. Fue un orgasmo expectacular y que no he podido olvidar.

Al día siguiente, nos encontramos otra vez en la escuela, y me hizo la misma proposición. «¿Me acompañarías a alimentar al perro?» y yo ya sabiendo a lo que se refería, le dije que si.

Era extraño para mí, debido a que antes de todo esto no hablaba casi nada con ella, mis amigos estaban sumamente extrañados con que yo me fuera con ella después de clases, pero aquella situación me hacía sentir ancioso y un poco emocionado, ya que estaba follando con alguien que jamás habría imaginado, y eso me gustaba.

Íbamos llegando a la casa, ella está vez tenía puesto un pantalón de buzo algo apretado, por lo que su culazo resaltaba mucho, realmente me tenía babeando.

Antes de entrar a la casa, yo estaba tras ella, y de la nada, se hace hacia atrás y apega todas sus nalgas con mi paquete, comenzando a moverlas hacia los lados. Se me puso como tronco al instante, su culo era realmente suave, disfrutaba cada meneo, la agarre por delante y también comencé a moverme, estábamos realmente calientes.

Entramos a la casa, me agarró de la mano y me llevó a una habitación con una cama grande. Me acosté, y ella entró al baño. Salió desnuda, solo con unos calzones negros. Comenzé a desvestirme, luego comenzamos a besarnos, sus labios eran sumamente suaves y nuestros besos eran intensos y violentos (en el sentido de que tenían mucha fuerza), mucha lengua, respiración agitada, nos tocábamos en todas partes. Cada caricia, cada agarrón traía consigo un suave gemido suyo.

Yo acostado, bajó y comenzó a chuparme la pija, se sentía muy rico pero yo tenía ganas de otra cosa, sentía ganas de contemplar esas nalgas que me traian loco. Le dije que se pusiera en posición para hacer un 69, ella me dijo que si quería ponía su culo en mi cara mientras me la chupaba, ya que no quería que le hiciera sexo oral. Por supuesto que lo respeté.

Ella se dio vuelta, poniendo sus nalgas encima de mi cara, y comenzó a chuparlo de una forma espectacular, lamiendo mi glande y jugando con su lengua, se lo quería tragar todo pero no podía. «Tu pene es muy rico, es perfecto, lo chuparía todo el día» Ella no dejaba de chuparlo, al igual que el día anterior, no me daba ningún respiro, yo no me quejaba, tenia en mi cara su trasero exquisito y yo no necesitaba nada mas. Lo contemplaba y lo tocaba mientras disfrutaba de esa chupada.

Salió de aquella posición y me dijo «quiero montarte», yo feliz, le dije «adelante, quiero puro culearte». Ella se puso arriba mío y comenzó a poner mi pene dentro de ella, entró sin problemas ya que ella estaba muy mojada al igual que yo. A lo que mi pija entró en ella, ella soltó un gemido sumamente fuerte y comenzó a saltar, sin ninguna clase de control.

Movía su cuerpo hacía adelante y hacia atrás, mientras yo le agarraba con fuerza aquel hipnotizante trasero que tenía y al mismo tiempo le chupaba sus tetas, la cama sonaba y sonaba, gemidos y gritos de ambos retumbaban la casa, pero estábamos solos y nos importaba una mierda.

«Aaay, aaaay, aaaay que rico» era una de las frases que gemía mientras follabamos, yo no paraba de disfrutar ver como salía y como entraba, como rebotaban sus nalgas en mis piernas, y a la vez pensar que cada vez que fuera a la escuela podría venir con ella a follar aquí sin que nadie lo supiera, eso me calentaba como nada.

Me calentaba que en la escuela solo fueramos dos personas recién conociéndose (sin mucha cercanía) y fuera de ella, follaramos tan rico. Fuimos intercalando entre sexo duro y suave, en un momento éramos animales destrozando la cama y en otro momento nos perdíamos al son de nuestro propio ritmo compartido y nuestra suave piel.

Después de un buen rato y un par de orgasmos de su parte, le dije que me iba a ir, ella se salió y enseguida puso mi pija en su boca, permitiendo que ésta explote en leche para que ella se la trague. Le encantaba.

Luego de ese día, seguimos con nuestra complicidad, follando sin que nadie lo supiera y manteniéndolo en secreto. Eso en parte era algo de lo que mas me gustaba, ya que sentía que le daba emoción a nuestros encuentros.

Más adelante, circunstancias de la vida nos hicieron perder contacto, y también que conocimos nuevas personas para llevar una relación amorosa, ya que lo nuestro era más que nada, entretenernos, disfrutar del sexo y nuestra compañía, pero no lo llevaríamos más allá.

Hasta el día de hoy, sigo recordando aquellas experiencias, a veces cuando me estoy masturbando aparecen esos recuerdos en mi mente de forma inevitable, María ha sido una de las experiencias más calientes de toda mi vida y lo dejo en claro compartiendo este relato erótico.


Imagen únicamente de caracter ilustrativo para este relato erótico…

 

En vivo ahora

Deja un comentario

esposasymaridos