Relato de una larga noche de sexo con mi marido y luego una amiga

Hola, este relato de sexo es la continuación de uno anterior que pueden leer en sexo con el compañero de trabajo de mi marido. Espero les guste lo que sigue ahora…

Decidí darme un baño mientas mi marido despedía a sus compañeros, para relajarme y estar lista para él, cuando terminé me puse una bata pequeña y sexy sin tanga, me senté en la cama y me puse a leer un libro.

Mi marido subió a la habitación y se metió a bañar también, cuando salió solo tenía puesto un bóxer y se sentó conmigo en la cama mientras yo leía. Sus manos me empezaron a acariciar, movió mi cabello hacia atrás para tener libre mis hombros y mi cuello para poder besarlos. Sentía su aliento sobre mi piel y me estremecía, su boca recorría mi cuerpo y yo me dejaba llevar, sus dedos deslizaron el tirante de mi bata, estiró su mano y bajó el tirante del otro lado.

Al regresar, su mano se detuvo justo en medio y abajo el libro que estaba leyendo, bajé mis manos y dejé el libro por un lado, metió un dedo en mi escote y lo bajó por completo quedando mis pechos completamente a su vista.

Enseguida empezó a tocarlos y masajearlos, sabe que eso me vuelve loca, yo ya estaba excitada, podía sentir como me iba mojando poco a poco con cada apretón que me daba.

Una de sus manos pellizcaba uno de mis pezones y su boca mordisqueaba el otro y eso me hacía gemir y me mordía los labios.

Mis pechos son mi zona más sensible, me pone cachonda cuando los toca, yo tenía mis ojos cerrados pero sentí como se acomodó para poder tener al alcance ambas bubis. Su mano que me manoseaba bajó desde mis pechos hasta mi pepa la cual ya estaba más que lubricada para recibir sus gruesos dedos, él lo sabía por eso no dudó en enterrármelos, tres dedos metió dentro de mí.

Los metía y los sacaba con ritmo y la palma de su mano rosaba mi clítoris, mi cuerpo empezó a retorcerse, me estaba provocando mi primer orgasmo, comencé a gemir más fuerte, cuando exploté en sus dedos, dejó de morder mis pezones y se acercó a mi boca para besarme y callar mis gritos.

Cuando mi cuerpo se relajó completamente porque había terminado sacó sus dedos de mí y me los acercó a la boca, me dijo prueba, abrí la boca y los chupé. En sus ojos había fascinación mientras me veía lamer mis jugos de sus dedos, cuando los dejé limpios me preguntó si sabía bien y le dije que sí. Entonces es mi turno de probar me dijo y lo vi moverse hacia abajo hasta estar entre mis piernas, me las abrió lentamente y se quedó observando mi pepa unos segundos y después se agachó y con su lengua recorrió toda la parte exterior de mi panochita, saboreando aquel líquido que había salido de mi interior.

cunilingus de mi maridoCuando terminó con la parte de afuera pasó la punta de su lengua por mi rajita y llegó hasta mi clítoris, lo mordió con sus labios y luego lo lamió y así lo repitió varias veces. Me pasaba la lengua por mi rajita, mordía mi clítoris y luego lo lamía, se sentía riquísimo, así estuvo entretenido un rato hasta que decidió hundir su lengua dentro de mí.

Desde arriba yo solo veía su cabello, su cara estaba completamente hundida entre mis piernas, con sus manos me abría las piernas como si eso le permitiera enterarse más en mí. Su lengua dentro de mí se movía en círculos buscando mi placer, su respiración me hacía cosquillas, comenzó a mover su cabeza con su lengua aun dentro de mí, se movía de izquierda a derecha, alguna de sus partes de la cara me estaba rosando el clítoris y su lengua no me daba tregua.

Mis músculos comenzaban a contraerse y mis piernas se cerraban automáticamente pero sus brazos las volvían a abrir, volví a explotar esta vez en su boca porque soltó una de mis piernas y su mano subió, me pellizcó un pezón y lo estiró pero en cuanto sintió que me estaba viniendo rápidamente me soltó bajo su mano y detuvo mi pierna que ya estaba contra su cara.

Mi cuerpo se movió bajo sus brazos pero no me dejó cerrar las piernas y no sacó su lengua de mi hasta que terminé, tuve un segundo orgasmo, soltó mis piernas, mi cuerpo estaba completamente exhausto y relajado. Volvió a subir para besarme y me dijo sabes deliciosa, se recostó a mi lado mientras dejaba que recuperara el aliento, cuando vio que mi respiración volvía a ser normal bajó de la cama, tiró de mi mano, me bajó, me empinó contra la cama, lamió mi pepa y me ensartó su verga que no dejó de estar durísima mientras yo me recuperaba.

Solté un grito, su verga me encantaba y yo seguía lubricada pero lo había hecho muy salvaje aunque eso también me gustaba y el dolor desapareció en cuanto comenzó a moverse dentro de mí, me la sacaba y me volvía a embestir, se salía de mí, me nalgueaba para después volvérmela a meter.

Deslizó sus manos por mis muslos y los alzó para que me pusiera de perrito en la cama, me la ensartó de nuevo y se agachó sobre mi espalda y me cogía mientras al oído me decía lo rica y lo mojada que estaba, cuanto le encantaba que fuera su puta.

Sus manos por debajo de mi apretaban mis pechos, sus palabras me calentaban, este hombre siempre sabia como cogerme y ponerme a mil, yo solo pensaba en que me la ensartara más y más, sabía como me gustaba y por eso me embestía como si quisiera partirme en dos, lo escuchaba gemirme en el oído ya no tardaba en aventarme sus chorros de leche en mi panochita…

sexo duro con mi maridoLos pechos comenzaban a dolerme de tanto que los apretaba, soltó mis pechos y se pegó más a mi cuerpo hasta que con las manos por debajo de mi alcanzó mis hombros, como apoyo para seguir embistiéndome más duro.

Yo gemía fuerte, su verga estaba completamente dentro de mí y me excitaba mucho, me venía una vez más, él lo sintió y me dijo “hay putita ya te viniste de nuevo verdad”.

Asentí con la cabeza, no me caía sobre la cama porque él me estaba sosteniendo, “asi me gustas toda mojadita” seguía diciéndome al oído “me haces que me venga con tus jugos putita”.

Después de eso solo escuché un gruñido y después sus dientes encajados en mi hombro, estaba soltando su lechita dentro de mí.

En cuanto terminó caímos rendidos en la cama agotados, en cuanto nos recuperamos nos levantamos para lavarnos, al regresar a la cama listos para dormir tenía un mensaje en mi teléfono, el me preguntó quién era, le dije que solo era mi amiga Samantha y me contestó que no tardara que ya era tarde y necesitábamos dormir. Me dio un beso y se acostó a dormir.

No abrí el mensaje hasta que mi marido se dio la media vuelta para dormir, un mjs de Samantha a esa hora de la noche solo podría significar algo y en efecto su mjs solo decía:
“Quiero que seas mía esta noche”
– Mi marido acaba de acostarse, te veo en una hora…
“Te veo en una hora”

Me acosté y me acomodé para “dormir” y no me volví a mover hasta que escuché como la respiración de mi marido era más lenta y calmada, se había quedado completamente dormido.

Chequé la hora y faltaban 20 min para que llegara mi amiga, me puse a pensar en ella para no quedarme dormida, no solo era una ninfómana si no que también era bisexual, me encantaba meterme vergas salvajemente pero la suavidad de una mujer y el sabor de su sexo también me encantaba.

Este día no podía terminar mejor después de haber tenido varias vergas para mi solita, ocho diferentes vergas para ser exacta, el día de hoy iba a terminar disfrutando de las manos la boca y el sabor de una mujer.

Samantha al igual que yo era bisexual pero ella era un alma libre, no tenía pareja y se metía con los hombres y las mujeres que quería y se dejaban. Y yo era una de esas mujeres, ya había tenido encuentro con otras mujeres pero Samantha era la única con la que lo había hecho más de una vez, y es que ella tenía algo que me volvía loca.

Era alta, delgada, lindos pechos y un culo que vuelve loco a cualquier hombre, morena, labios gruesos y con unos grandes ojos cafés.

Mi teléfono suena, es ella y ya ha llegado, bajo de la cama despacio para que mi marido no se despierte, salgo de la habitación, bajo las escaleras, abro la puerta de la casa y salgo a abrir el portón.

Samantha trae solo un vestido pequeño, su bolso y unas sandalias, y puedo apostar a que no trae ropa interior. Entra y me planta un beso, me desorienta, le digo, tranquila que alguien nos puede ver.

Caminamos hacia dentro y me pregunta por mi marido, le digo que duerme como una roca y al cerrarse la puerta detrás de mi se lanza nuevamente a mi boca, sus manos se deslizan por las partes de mi cuerpo a las que alcanza a tocar. Cuando me deja respirar me dice lo sexy que me veo con la bata y sin tanga, me pide que vallamos a la sala, nos dirigimos hacia allá y en cuanto estamos entre los sillones la veo como deja caer su vestido al suelo y en efecto no trae nada debajo, quedando completamente desnuda ante mí.

Tócame me pide, se ve preciosa desnuda, me acerco a ella y con delicadeza deslizo mis manos, primero por sus pechos, los rodeo y los aprieto, le lamo uno a uno los pezones que se endurecen al contado de mi lengua.

Mis manos se siguen deslizando por su cuerpo, por su abdomen, sus piernas, por su lindo culo y le suelto una nalgada, su monte de venus está depiladito, la hago abrir las piernas, mis manos se deslizan desde su monte de venus hacia su pepita e introduzco sin dificultad mi dedo medio en su interior que está mojadito.

Gime suavemente, estamos de frente y mientras mi mano hurga dentro de su sexo ella se acerca hacia mí su boca y nos besamos nuevamente.

Ahora sus manos también me acarician mientras estamos así caminamos hacia atrás hasta caer en un sofá, saco mis manos de su interior, hace que me recueste en el sofá, se sube al sofá, cruza sus piernas por encima de mi y me pone la pepa en la cara y se inclina en busca de la mía. Me quedo, quita, primero quiero sentir su lengua en mi antes de comenzar a comerle la pepa, su lengua caliente y húmeda se posa sobre mi clítoris que se pone duro.

larga noche de sexo con mi marido y luego una amigaDespués siento como su lengua se aprieta contra mi sexo y se desliza hacia abajo hasta mi rajita, su lengua está tan caliente y su saliva me moja toda, me mueve el culo, quiere sentirme también, me concentro en su pepa, la miro para saborearla y con mis manos le abro la panocha y empiezo a darle lengüetazos.

Le gusta porque sus piernas se abren para que su pepa quede mas cerca de mi cara, tanto que casi no puedo respirar, pero no me importa, sigo lamiéndole toda la panocha.

Mientras ella lame la mía veo como sus labios se hinchan de excitación, los míos están igual de hinchados, con mi lengua me deslizo hasta las orillas de su redondo culito y lo lamo también, le gusta y ella hace lo mismo con mi culo.

Duramos dándonos placer así por un rato hasta que Samantha se endereza y saca un consolador doble de su bolso, me pregunta si quiero y le digo que si, me encanta usar ese consolador doble, nos tenemos cerca y nos podemos venir juntas.

Me informa que el consolador tiene vibrador y me entrega un control, se sienta en el sofá, se introduce una parte y me dice que el control que me dio es del vibrador que ella tiene dentro y el control que ella tiene en la mano es del vibrador que yo voy a meterme.

Asiento y me introduzco dentro aquel consolador, nos acomodamos quedando una frente a la otra con el consolador tan adentro que nuestros sexos se pueden rozar.

Primero lo haré yo y después tú de acuerdo, me dice, y asiento con la cabeza, empieza a moverse empujándose hacia a mi enterrándome mas mi consolador, se siente rico le digo, lo se, me contesta y sin avisarme aprieta el botón de su control y mi consolador empieza a vibrarme dentro.

Mis piernas se contraen y ella se acerca más a mí para alcanzar mis pechos y me los pellizca, ella también sabe que me pongo a mil cuando me los aprietan. Eestoy a punto de venirme cuando apaga el vibrador y deja de moverse y suelta mis pechos, es mi turno me dice, la miro feo pero empiezo a moverme, tal vez como quiera me venga al moverme pero no lo hago, solo la miro como disfruta de mis embestidas, me excita pero no me vengo…

Después de unas cuantas embestidas prendo su vibrador y veo como se estremece, siente ganas de venirse, me acerco a ella y comienzo a besarla mientras le acaricio los pechos suelto mi control dejando su vibrador encendido y sin dejar de besarla voy en busca de su control para prender mi vibrador.

Me lo da cuando se da cuenta de lo que busco, prendo el mío y lo suelto junto al otro para tener nuestras manos libres y poder tocarnos, con nuestras piernas entre lazadas por el vibrador nos apoyamos para movernos al ritmo que deseamos y nuestros pechos rozándose mientras nos besamos.

Buscamos nuestros culos con las manos para acariciarnos, gemimos en las bocas de cada una y explotamos, al unísono nos callamos con besos para no despertar con gritos a mi marido, nos soltamos y nos hacemos hacia atrás.

Ya hemos tenido nuestro orgasmo pero aún están los consoladores vibrándonos dentro y se siente delicioso. Nos quedamos un rato mas así descansando pero con nuestras panochitas unidas y vibrando por el orgasmo y por el consolador.

Después nos separamos, nos vestimos con lo que traíamos, Samantha me sienta a su lado y me vuelve a besar mientras me toca por encima de la bata y se levanta y la acompaño al portón.

Me da un último y rápido beso y antes de irse me dice que ya debería decírselo a mi marido para poder jugar los tres toda la noche “me encantaría amanecer a tu lado” y se va, cierro bien la casa y subo a por fin dormir feliz con el día de hoy.

Unos minutos antes…

Mientras tanto en la habitación con su celular su marido las ha observado desde que iniciaron con las cámaras escondidas que tiene conectadas a su teléfono:

**ya debería decírselo a mi marido para poder jugar los tres toda la noche**

Si mi amor ya deberías decírmelo, aunque ya lo sé todo, se lo que hace mi putita…


Imágenes de carácter ilustrativo para el relato de una larga noche de sexo con mi marido y una amiga
Relato enviado por Esposa muy putita

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