Follando con el cura de la parroquia en este relato erótico

Voy a contarles como sin querer un hombre y yo nos dejamos llevar por nuestros más bajos instintos y los más deliciosos momentos vividos de nuestras vidas en este relato follando con el cura de mi parroquia. Como todos los domingos me dirigí a la misa de 11, cual fue mi sorpresa al descubrir que teníamos un nuevo sacerdote, un hombre maduro de unos 40 años, muy bien cuidado y guapo, yo no podía dejarle de ver sus labios mientras hablaba, y el movimiento de sus manos, por mucho tiempo nunca senti algo así por nadie, ni por el bestia de mi marido.

Era una sensación rara, no pude dejar terminar la misa cuando salí a tomar aire y marcharme a casa, seguí acudiendo como cada semana a misa sin faltar, cada vez mi interés era mayor por aquel hombre. Ese medio día llego mi marido con una copas de mas, me insulto, y me tomo a la fuerza, yo me sentía sucia, muy mal, y para la misa de las 7 salí de nuevo a misa, quería hablar con alguien, desahogarme y ahí estaba el cura, el fue mi confesor, se mostró muy comprensivo y me sugirió poner un alto a esa situación, aunque fuese mi marido, no tenia por que ponerme una mano encima.

Me sentí tan identificada con el, tan protegida, que cada vez que había alguna actividad en la iglesia yo era la primera en estar presente, nos fuimos haciendo íntimos, compartimos muchas risas y momentos agradables, el conocía todos los problemas de mi matrimonio fuera de confesión, mi interés en él era cada vez mas grande, pero no quería ponerle en un problema.

Una mañana sin quererlo lo encontré en el supermercado, y me ofrecí a llevarlo a su casa, mientras iba conduciendo notaba que en momentos su mirada se iba a mis piernas, fue un camino de 20 minutos que seguramente a él se le hicieron eternos.

Relato porno follando con el cura de la parroquia…

Así que decidí desde ese momento ser yo, una mujer con muchas ganas de estar entre sus brazos, y me fui vistiendo un poco mas provocativa, solo un poco, algo discreto, y su mirada siempre me seguía. Hasta que por fin llegó la tarde que siempre espere, nos quedamos solos, y me invito a tomar un café, recibió una llamada y salio de la oficina, me quede ahí sola, mirando unas pinturas que tenia colgadas sobre la pared, cuando de repente sentí sus manos en mi cintura, una corriente eléctrica me recorrió mi piel, me abrazo y juntó mi espalda con su pecho. Me aprisionó los pechos y nuestras respiraciones se fueron agitando, subió mi falda y metió su mano en mi entre pierna, yo sentía como mi coño estaba caliente y muy húmedo, deseando ser así tocado como el lo hacia, me giré hacia el y nos besamos, fueron besos llenos de pasión.

Yo quise tocarle la polla, que la tenia bien empalmada, pero no me dejó, que tenia mucho tiempo de no estar con una mujer y tenia miedo que rápido se viniera, me sentó sobre su escritorio, abrió mis piernas, saco su verga, que estaba bien empinada y me la metió hasta el fondo, no saben que rico me hizo el amor, lo bueno es que yo soy multiorgasmica que rápido me corrí varias veces, porque la verdad es que el no aguantó mucho, hasta me pidió perdón al finalizar, pero yo estaba tan extasiada, bueno estábamos, que el tiempo se nos fue muy rápido.

Después hablando me dijo que se iba a cambiar de parroquia y que por eso se había decidido hacer eso, que estaba muy contrariado con todo lo que sentía en su interior, yo le dije que no quería meterle en problemas y los dos nos fuimos como si nada hubiera pasado.

Nos seguimos tratando y me contó que antes de decidir ser sacerdote, cuando era un jovencito había tenido una novia a la que había querido mucho, pero que había perdido en un accidente, y desde entonces nunca había estado con nadie, y que ahora solo pensaba en mi, yo me sentía tan feliz a su lado que si no fuera por sus botos seria capaz de escaparme con el y dejar al tonto de mi marido, así que nos seguimos viendo…

relato porno de sexo con el sacerdote de la parroquiaHasta que una tarde lo rapté, y lo llevé a un motel, y antes de bajarnos del coche ahí mismo me hizo suya, y eso que solo fueron caricias, por mis senos, y sus manos mágicas entre mis bragas de encaje, metió sus dedos dentro de mi, mientras yo solo me retorcía de placer, y el me comía los pechos, me llevo para dentro de la habitación y en la cama me arranco las bragas con sus dientes, y me comió el chocho como jamás nadie me lo había comido, haciendo que me corriera varias veces antes de que me penetrara con su enorme verga tan rica que tiene, la metía y sacaba tan rico, que quería detener el tiempo en eso y repetirlo y repetirlo, nos quedamos dormidos de tanto follar.

Cuando desperté el estaba tan bello dormido, que me fui a darme una ducha y me acicale de arriba a bajo, me depile el pubis muy bien depiladito, y me puse un negligé morado con una tanga de esas que son abiertas muy muy sexy, cuando salí el ya estaba despierto con el medio cuerpo cubierto por las sabanas y el torso al descubierto.

Al verme se le quedo una cara y unos ojos, que casi se le salen de la orbita, me acerque a el muy despacio, y le comí la boca, el cuello, las orejas que se bien que eso lo pone muy cachondo jajaja y no veas que cara se le quedo cuando sus manos se fueron a mi concha, se asusto al sentirla depilada, no paraba de verla, y acariciarla, me paso su lengua por todos mis rincones.

Me puso a cuatro patas y me dio muy duro por detrás, me bombeo hasta casi dejarme rosada, se corrió dentro de mi, dejándome chorreando y saben que fue lo mas excitante, que me lamió el chocho así jugoso como estaba con su leche y mis líquidos, dejándome muy muy limpia, es una amante único, lo adoro.

Relato porno enviado por visitante anónima de la web de Esposas y Maridos! Imagen solo para ilustrar el relato erótico follando al cura…

 

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