Relato xxx: Acepté un aventón, y me terminaron cogiendo muy rico.

Hola soy Mari una doctora de 41 años, casada y feliz, muy bien atendida disfrutando de mucho sexo cada día como me encanta, vivimos la vida para disfrutar.

Pero la vida te da momentos, que si no sabemos mantener dentro de los límites nada pasaría, aunque en esta oportunidad me fallaron los frenos y dejé sobrepasar los límites

El día comenzó muy bien lo habitual desperté alegre  con mi cuquita llena de leche como cada día, me levanté, entré al baño a disfrutar de mi rico baño. Me encanta sentir el agua tibia acariciando mi cuerpo bajando por mis pechos recorriendo mi vientre y besando mi conchita sensible aun por el rico mañanero, sigue su recorrido bajando por mis piernas, disfruto el agua tibia bajar por mi espalda acariciar mis nalgas.

Ese día en particular estaba con una sensibilidad muy rica en mis pezones y clítoris  el solo roce del agua me estremecían muy rico seguí bañándome y una que otra tocadita.

Salí del baño y monte hacer café y el desayuno comimos me arreglé un poco coqueta una blusa y falda de jeans  con tacones como no debía ir al consultorio salí hacer unas diligencias, esperaba un taxi o una buseta para trasladarme pero nada pasaba ya está impaciente, fue ahí cuando todo comenzó.

De pronto un vehículo desconocido se detuvo justo donde yo esperaba, no hice mucho caso al hecho cuando escuche que me hablaban.

(El) hola bella, ¿estas esperando a alguien particular? O me darías el gusto de llevarte a donde vallas.

(Mari) No gracias…

(El) ¿Anda linda, dame ese gusto?

(Mari) Me da pena, no te conozco

(El) anda linda no te hagas rogar, yo no muerdo duro y se sonrió

(Mari) Ya tenía rato esperando, así que acepte el aventón, la verdad no me dio desconfianza y me pareció hasta simpático.

Me subí y de inmediato comenzó a coquetearme, me corte un poco, aunque su coqueteo era agradable y no vulgar “por el momento”

Me miraba las piernas y se frotaba las suyas, coloco música suave y de buen gusto

Comenzó a preguntarme

(El) ¿Cómo te llamas?

(Yo)  Mari ¿y tú?

(El) Peter  ósea Pedro y vives por acá

(Ella) si,  ¿y tu?

(El) no linda, voy de paso, no sé si te diste cuenta, pero, yo venía en sentido contrario, solo que me atrajeron este divino par de piernas. Y me acaricio el muslo izquierdo

(Ella) les confieso que sentí un corrientaso, pero de una vez levante su mano y le pregunte en forma tajante ¿porque me tocas así? Me miro a los ojos y dijo

(El) Porque la verdad, es que no solo deseo acariciarlas, también deseo besarlas, morderlas, explorarlas montarlas en mis hombros y explorar tu interior.

(Ella) me quedé helada, primera vez que alguien me hablaba así, tan directo y eso me estremeció las fibras, me quede sin argumentos para hacer algún reclamo y más bien sentí ricas palpitaciones en mi sexo y un calorcito muy rico, debe ser que me ruboricé pues él me dijo.

(El) disculpa mi franqueza pero con una hembra como tu, ganan mas los deseos que la razón, además te confieso algo tiene un aroma a hembra que descontrola a cualquiera. Y yo soy humano.

(Ella) y el muy pasado volvió acariciarme, esta vez con más decisión me llegó los dedos muy cerca de mi vagina y volví a quitarle la mano.

(El) disculpa pero es que ya no tengo el control de mi mano.

(Ella) eso no lo creo, debes respetar por favor.

(El) es difícil contenerse con semejante tentación. Si lo que me provoca es besarte dejar que mis manos acaricien todo tu cuerpo desnudarte para meter mi lengua en tu vagina, besar tus pezones y apretar tus nalgas mientras cabalgo tu cuerpo.

Dios, que sensación tan rica sentirme deseada y que me lo dijeran así, hacia palpitar mi vagina, ya Pedro, estaba cruzando la línea.

Y lo más sorprendente es que a mí me estaba gustando…

Sentí como una explosión de placer en mi vagina, la que ya sentía muy húmeda y caliente y para mayor excitación bajo la mirada y veo la cabeza de su miembro saliendo por la parte de arriba de pantalón era algo enorme para salir así que morbo sentí cuando el miro mi cara de sorpresa y me preguntó:

(El) ¿Te gusta? ¿Si quiere lo saco?

Dios mío que podía decir, claro que quería, se me hizo agua la boca, mis manos temblaban y mi vagina sexaba sin control.

(Ella) No me preguntes eso por favor.

(El) mira ¿te gusta?

Grande, grueso, con muchas venas y goteando  que locura lo que estaba pasando, no lo podía creer, era irreal y lo peor que me gustaba.

(Ella) no haga eso, guárdalo por favor

(El) te gusta verdad

Me gusta, no, me encanta pero tengo principios, además amo a mi esposo y no quiero fallarle.

(Ella) porque me preguntas eso, guárdalo o no voy a poder contenerme.

(El) linda y quien quiere que te contengas, venga acércate amor no te va morder.

Que tentación semejante cosota tan dura y goteando, que me pudieron más las ganas que la fidelidad a mi esposo y ya no me pude contener.

Lo agarré firmemente, lo apreté, estaba duro como una roca, lo llevé directo a mis labios, degusté sus ricos jugos, palpitaba fuerte dentro de mi boca.

Relato xxx: Acepté un aventón, y me terminaron cogiendo muy rico.Él me tomó por la cabeza y me lo embutía, era bastante grueso pero su sabor me enloquecía. Lo mamaba, lengueteaba y saboreaba estaba poseída. Bajó su mano por mi espalda y comenzó a meterme sus largos dedos en mi húmeda y ansiosa vagina.

Nos salimos de la carretera buscando un sitio tranquilo donde pudiéramos matar las ganas que nuestros sexos tenían.

Ya parados reclinó su butaca y fue ahí donde pude contemplar toda su grandeza, recorría desde la patica hasta su glande con mi lengua dándole con mis manos masajes circulares de arriba abajo y el jugaba con sus dedos en mi vagina y alternaba con mi culito dilatándolo cada vez mas.

Era un momento muy rico cuando veo que comenzó a jadear mientras lo pajeaba, cada vez más fuerte, decidida a disfrutar de su leche, seguí pajiándolo frenéticamente hasta que soltó una enorme descarga dentro de mi garganta.

La segunda descarga la dejé en mi boca para juguetear con ella, él al ver que comencé a contraer mi vagina se dio cuenta que me iba venir también, me metió dos dedos y no para sus movimientos hasta que me hizo venir. Empapé su mano y mi tanga.

Relato xxx: Acepté un aventón, y me terminaron cogiendo muy rico.Se bajó, dio la vuelta, abrió la puerta, me agarró por la cintura poniéndome de frente hacia él, alzo mis piernas, me arrancó mis tangas y comenzó a lengüetear mi vagina dando chupones fuertes que me hacían delirar.

Me limpió todos mis jugos provocándome un orgasmo, mis piernas temblaban y solo deseaba sentir su verga en mi vagina.

Ansiosa le pedí que me la metiera, así lo hizo, lo puso en la entrada y fue metiendo cm a cm, sentía como exploraba poco a poco mi más profundo interior. Lo sacaba suavemente con movimientos delicados para que mi vagina se acostumbrara, poco a poco sus movimientos se hicieron más fuertes y yo la recibía toda.

Me tenía a su merced, seguía penetrando y nos volvimos a venir llenándome toda mi vagina de su leche caliente. Siguió dándome duro un rato más, su barra seguía dura, me decía que le encantaba mi vagina, apretada y no paraba.

Lo sacó y bajo mis piernas, me bajó y me puso en 4 y me la comenzó a meter de nuevo dándome embestidas fuertes, sentía sus testículos golpear mis nalgas provocando un nuevo orgasmo. Mis piernas parecían no tener las fuerzas para mantenerme parada, el seguía dándome sin piedad.

Relato xxx: Acepté un aventón, y me terminaron cogiendo muy rico.Uno de sus dedos entraban en mi culito apretado, le pedí que por ahí no, pero estaba poseído, lo sacó, abrió mis nalgas y metió su lengua en mi orificio dilatándolo cada vez más y más. Se levantó y comenzó a introducirlo en mi culito, yo le decía que con cuidado, gritaba, gemía, lloraba, pero igual me la está metiendo cada vez más adentro, dolía, no lo niego, pero se sentía rico, muy rico.

Comenzó a bombearme el culo, me tenía ahí como una puta infiel disfrutando de esta rica aventura. Sentí su descarga en lo profundo de mi culito, me besaba la espalda y apretaba mis senos mientras dejaba hasta su última gota dentro de mí.

Me lo sacó, uy me dolió más de cuando entró pero ya se había terminado ese divino martirio. Nos incorporamos, su leche escurría por mis piernas. Sacó de un bolso una toalla, me limpié y seguimos nuestro camino.

Me llevó hasta donde iba y siguió su camino y fue esto lo que me pasó por recibir un aventón. Espero les haya gustado, chao y espero sus comentarios.

 

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