Relato porno de las experiencias sexuales de un travesti

Transcurrìa el año 2003 en Chile,tenìa 29 primaveras y trabajaba como vendedor de ropa en una tienda.

Cierto dìa,un par de atractivas hermanas cincuentonas me buscaban por que dijeron que me conocìan como sirvienta, en una de las reuniones de la cofradìa de B.D.S.M.

Nervioso, rechacè su propuesta de unirme a su grupo de «Guagualonas»(mujeres mayores de 18 años, caracterizadas de niñitas), las cuales convivìan en su «Guarderìa»(internado para la entretenciòn de clientes femeninos y masculinos).

Confundido, cada una de las maduronas me agarrò de un brazo y me entraron al probador de ropa; para demostrarme que aùn lucìa un rostro y cuerpo de agraciada jovencita.

Abochornado, tras quedar a merced de las fèminas que me desvistieron; procediò Anne Marie a pintarme los labios con un rouge gusto a chocolate con licor.

Asì, Cecyl me mostrò unas fotografìas de una de sus «regalonas»,y quedè sorprendido con lo parecida que era èsta morena a mi.

Se llamaba Romina, tenìa 28 años y segùn contaron las mujeronas; ella necesitaba una «hermana gemela», para sus lujuriosas travesuras con «Los Tìos».

Engolosinada,con el sabor del làpiz labial y con el reflejo en el espejo de mi silueta emperifollada con las prendas ìntimas que me probaron las cincuentonas;aceptè ser la doble de su «baby».

Apoyado por la familia para que fuera en busca de mi destino,viajè a la gran urbe nortina y me internè en la clìnica que me designaron mis «hadas madrinas».

Tras convalecer de las cirugìas,con dicha,contemplè:mi engrosamiento de labios,el aumento mamario,la reducciòn de cintura y el ensanche de glùteos.

Al ser dada el alta mèdica,me fuè a buscar mi intitutris Cecyl,la cual,me obsequiò un làpiz labial enchocolatado,para que lo chupeteara para minimizar los nervios.

Entonces,fuimos a una galerìa comercial,para mi transformaciòn definitiva como la doble de la Romina.

Primero,entramos a un salòn de estètica,para una completa sesiòn depilatoria.

Luego,pasamos a un local de tatuajes y piercings;para decorarme los pechos con las figuras de espermios,simulando pètalos alrededor de las arèolas.

Tras devorar el rouge, por la tensa aplicaciòn del piercings de alfiler y bola en la lengua,junto con la postura de arcillos en las orejas,pezones,ombligo y prepucio;pude relajarme,cuando entramos a la secciòn de disfraces en un sexshop.

Allì, me despojè del vestuario de gimnasia y reeplacè mi atuendo por:un escotado mini vestido estilo primera comuniòn,que me translucìa los senos sin sostèn,y cuya corta pollera ancha;apenas me ocultaba,la ìnfima tanga estampada con motivos infantiles,la cual;me ceñia los genitales y destacaba las nalgas,al meterse la prenda entremedio de èstas.

Complementada la aniñada indumentaria,la llevar:babero,delantal a la cintura,calcetas con vuelos y chalas taco aguja;taconèe tapàndome la cara con las manos,rumbo al salòn de belleza contiguo.

Ahì disfrutè el mirarme al espejo, mientras me colocaban las extensiones de cabello,para que posteriormente;me armaran los moños adornados con cintas.

Agradeciendo a los esteticistas,por el maquillado de muñeca de porcelana que me dejaron estampado en el rostro,salì soplando mis uñas para secar el barniz;en tanto enfrentaba con orgullo,las sonrisas de los niños y las lascivas miradas de los adultos.

En el paradero,nos aguardaba una van con vidrios polarizados,y al abordarla por la puerta de corredera;me esperaba con un beso y un abrazo,la mismìsima Romina,ataviada y pintada al igual que yo.

Durante el trayecto a nuestro «Segundo Hogar»,nos sentaron frente a frente para entretenernos.

Chupeteando nuestros respectivos làpices labiales,fuimos acariciàndonos las mamas mutuamente.

Al entrar en complicidad,sonrientes y solo con señas,procedimos a subirnos los vestidos y a sacarnos la ropa ìntima.

Con las piernas arqueadas y entrelazadas las suyas con las mìas,cuales pùberes;comenzamos a tocarnos el uno a la otra,los diferentes sexos.

Como resultado,gemimos y reimos,al introducirle un par de dedos por la vagina y a su vez,ella me aprisionò con su mano las encogidas gònadas,logrando que se me erectara el pel pequeño pene.

Tras divertirnos al hacer tintinear,respectivamente,los piercings del clìtoris y prepucio,la Romina sacò de abajo del asiento,un alargado consolador con puntas en forma de glande en los extremos.

Al estar el juguete sexual previamente untado en vaselina,en un parpadeo;mi compañera me tumbò de lado sobre la butaca,y esbozando una maliciosa mueca,introdujo la cabeza del dildo por mi ano.Enseguida,ella se recostò,colocando su trasero cercano al mìo,y se metiò la otra punta del consolador en el recto.

Sintiendo un penetrante dolor,intentè en vano safarme,al enredàrseme los piès con el cinturòn de seguridad del asiento posterior;situaciòn que aprovechò la Romina para empujar su humanidad contra el dildo,logrando que èste,se adentrara màs en nuestros esfìnteres.experiencias sexuales de un travestiDe la Incomodidad inicial,pasè a regocijarme de placer con aquel señuelo de miembro masculino,que zigzagueaba dentro de mi colon.
gracias a las embestidas que me propinaba mi compañera,el pene de hule,avanzò internamente màs allà,de la altura externa del ombligo;provocando,que llegara a tener arcadas de puro èxtasis y de que eyaculara lìquido seminal.

De pronto,se detuvo el furgòn,y abrieron la puerta lateral ,encontràndose con el espectàculo,de que la Romina y yo;estàbamos unidas nalga contra nalga,sin poder retirarnos el consolador,por màs empeño que hacìamos por pujar.

-«¡Mìren a las muy cochinas,que no se aguantaron las ganas de culiar entre si,antes de empezar a entusiasmar a la clientela con sus orificios.

«!-Asì nos dijo en tono de burla,la directora del internado y privado,Anne Marie,en tanto que yo;contemplaba embobadamente,aquella»Casita de Muñecas Gigante»,en donde residirìa desde ahora.Al igual que la Romina,no me acomplejè de que el pùblico callejero,nos viera semidesnudas y acopladas por el culo.

Con una mano,nos sujetamos las polleras arriba del ombligo,y con la otra,comenzamos a batir nuestras tangas,en señal de despedida para los mirones;en tanto que mi compañera taconeaba hacia el interior de «La Guarderìa»,siguièndola yo en reversa y disfrutando el roce de nuestras ancas.Tras ser presentada al contingente femenino,como «La Gemela» de la Romina,la directora y la intitutris;nos consultaron si aguantàbamos seguir acopladas.

Ante nuestro concentimiento,nos recostaron en una cuna-corral con las manos esposadas detràs de la nuca y procedieron a darnos la bienvenida;promocionàndonos a los clientes como:»Las Siamesas Enculadas».Si desean saber màs de mis incursiones como»Guagualona», no dejen de leer la pròxima saga de èste relato. Además tengo otro relato travesti publicado aquí que espero lean. Saludos!

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