Me vengué de mi novio teniendo sexo con el repartidor de pizzas

Voy a contarles como llegué a tener sexo con el repartidor de pizzas de forma casual y no premeditada. Estaba con mi novio discutiendo en su habitación, estaba tan harta de él y sobre todo por lo humillada que me sentía por lo que había pasado hacía unos momentos.

Sexy para mi novio y no me hace caso

Había llegado toda cachonda con mi novio, me puse mi babydoll y entré al cuarto bailando sexymente, el me miró de pies a cabeza con disgusto y me dijo:

  • ¿Qué haces?

La pregunta me pareció absurda y le contesté:

  • ¿Qué te parece que estoy haciendo?
  • El ridículo. – contestó.

Me quedé perpleja, ha estado distante desde hace tiempo, pero pensaba que un buen encuentro sexual lo arreglaría. En ese momento me di cuenta que no era así. Impactado por su propia respuesta rió aparentando que lo había dicho de juego. Yo me enojé, obviamente, me quedé aparte de caliente, decepcionada y triste.

Probablemente mis sospechas de que se acuesta con su secretaria sean ciertas y por eso ya no me desea, aquella 90, 60, 90, es imposible competir con ella.

sexo con el repartidor de pizzasTocaron el timbre cuando estábamos discutiendo, mi novio me dijo que había pedido una pizza y probablemente era el repartidor. Apurada por salir de ese infierno de habitación accedí a ir, me puse una toalla de baño encima de mi sensual traje y salí.

Menuda agradable sorpresa me di cuando vi que el repartidor estaba guapísimo, quizás un poco joven pero ya era legal. Enojada y decidida a mí instantánea venganza lo invité a pasar.

  • Pasa, pasa, deja busco la propina en la cocina, ven sígueme.

El joven me siguió algo tímido.

  • ¿Te puedo preguntar algo?
  • Sí, claro.
  • ¿Cómo me veo en este traje?

Sexo con el repartidor de pizzas

Me quité la bata y la dejé caer. El joven quedó con la boca abierta y no pudo decir nada. Le bajé los pantalones y le saqué su polla. No tuvo tiempo de negarse, cuando el reaccionó yo ya estaba dándole una buena mamada. Estaba a punto de explotar su bomba y lo paré, me levanté y le dije:

  • Penétrame ahora mismo.

El me volteó y me tomó de la cintura; uno, dos, tres, cuatro, que rico sentía tener sexo con el repartidor de pizzas. Por fin alguien me estaba cumpliendo. Yo estaba sonriendo por dentro al serle infiel a mi novio, pero quería más, quería que él lo supiera.

  • Tíralo todo en mi cara, en mis prendas, lléname de tu fluido.

Comencé a chuparla de nuevo hasta que se corrió y me llenó justo como lo pedí. Le subí el cierre y le dije:

  • Espérame abajo, súbete en tu moto y déjala encendida.

Iba a comenzar a hacer preguntas y le dije que no preguntara y por favor me ayudara. El bajó y al voltear por la ventana lo vi esperándome en la moto. Me quité mi traje, me dejé la pura bata, fui al cuarto de mi imbécil novio, sonreí y le di un beso con mis labios aún salpicados de semen.

Él confundido y con cara de asco dijo:

  • ¡Qué demonios!

Le arrojé el traje lleno de más fluidos y le dije:

  • Le di propina extra al repartidor de pizzas.

Todo le fue demasiado rápido y se quedó inmóvil, probablemente procesando lo que estaba pasando. Yo bajé lo más rápido que pude y me subí a la moto, no voltee atrás, ni en ese momento ni nunca más.


Imagen solo de caracter ilustrativo para el relato de sexo con el repartidor de pizzas

 

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