Relato porno primera visita a un glory hole con mi esposa… y sorpresa!

Mi nombre es Roberto tengo 32 años y estoy casado desde hacen 5 años, mi esposa Verónica una mujer muy bella físicamente, de grandes tetas y un culo espectacular, es muy delgada y eso hace que resalten sus atributos, ella tiene 28 años

Con el paso del tiempo nuestra relación se ha ido deteriorando poco a poco, nuestra vida sexual iba disminuyendo cada día más, tuvimos que asistir a terapia de pareja por varios meses. Eso nos ayudó a unirnos más en lo sentimental, pero en el sexo seguíamos igual, yo hacía todo lo posible para complacer a Verónica pero nada resultaba.

En una de las sesiones de pareja, puse ese tema a tratar, al principio Vero estaba muy apenada de hablar de eso, pero logré saber varias cosas que ignoraba.

— Vero necesito que le digas a Roberto tus necesidades, tus deseos sexuales o alguna fantasía— dijo nuestro terapeuta
— Es que me da pena decir lo que me gusta — dijo Vero con mucha pena
— Les voy a dejar un ejercicio de confianza, necesito que cuando estén solos uno de ustedes le diga al otro algún deseo sexual o fantasía al otro, luego el otro hara lo mismo. Una vez que ya sepan que desea el otro, tienes que complacer ese deseo mutuamente.
— Me parece muy bien — dije algo entusiasta

Hace unos meses había visto que en una sexshop cerca de casa, abrieron unas cabinas con glory hole (que básicamente es una pared de madera con un hoyo y se tiene sexo separados por esa pared), en varias ocasiones me masturbe viendo videos porno que trataban de eso, la verdad quería experimentar algo así con mi esposa, me excitaba demasiado.

— Y ¿que has pensado sobre el ejercicio? — pregunté con la única finalidad de sacar el tema
— Mmm…la verdad no lo he pensado mucho
— Entonces, ¿ya sabes cual es tu fantasía?
— Sí, pero me da mucha pena decírtelo, ¿tu ya sabes cual es la tuya?
— Si, puedo decirtela primero y no tengas tanta pena en decirla tu
— Me parece perfecto — dijo Vero con voz de alivio
— Bien, hace tiempo vi que cerca de aquí abrieron unas cabinas con glory hole

La cara de Vero era un signo de interrogación, no tenía ni idea de que era eso

— y ¿que es eso?
— Es un pequeño cuarto y en una de las paredes hay un hoyo, por donde un hombre, en este caso yo, mete su pene por ahí y la persona que esté del otro lado, osea tu, lo masturba, lo chupa y hasta follar. Se que es algo muy extraño, pero quizá sea algo emocionante de hacer
— Wow es algo nuevo para mí, jamás había escuchado hablar de eso, suena interesante debo de admitir. Mi fantasía es algo tonta, quisiera hacer travesuras en algún lugar público.
— Eso también suena interesante, y ¿que dices?
— Pues me dará mucha pena entrar a un lugar así, pero deberíamos hacerlo.

Me emociono que Vero aceptara, ella es demasiado conservadora. Decidimos primero cumplir mi fantasía de ir a las cabinas, se notaba que Vero estaba muy nerviosa.

— Roberto, ¿como debo de ir vestida?
— Deberías de ponerte una falda corta, para poder hacerlo más fácilmente

Mi esposa solo me lanzó una mirada sexy, se metió a la habitación, cuando salió me llevé una gran sorpresa, llevaba puesta una mini falda blanca, una blusa con un gran escote, se notaba que no llevaba puesto sujetador y unos tacones bajos negros.

— No llevo ropa interior, para poder hacer travesuras fácilmente
— Wow, te ves bellísima

Nos dirigimos a la sexshop, cuando llegamos nos recibió el encargado del lugar, se le quedó viendo descaradamente a las tetas de mi esposa. Yo le comencé decir lo que queríamos para que dejara de verla.

— Buenas tardes — dije en voz alta
— Buenas tardes, ¿en que te ayudo?
— Queremos una cabina con glory hole –ahora dije en voz muy baja
— Bien, son 100 la hora

Le pague al encargado, paso a mi esposa primero y a mi me dijo que esperara en el mostrador, pasaron al rededor de 10 minutos y aun no salía el tipo, me trate de colar a la parte de atrás donde estaban las cabinas pero en eso escuché un ruido y actúe como si nada, era el encargado, un viejo gordo y calvo, mientras caminaba hacia mi se acomodaba el pantalón.

— Lamento la demora, tenía que limpiar la cabina donde estarán, tu esposa ya te espera con ansias — dijo en un tono burlesco
— OK — dije algo malhumorado

Me pasó, había un pasillo largo donde se encontraban como 10 puertas con números, me dijo que entrará a la puerta 10 al fondo, entre era un cuarto pequeño de 1.5 m por 1.5 metros y había dos hoyos en la pared izquierda, uno a la altura de mi cabeza y el otro a la altura de mi pene, me asome y vi a mi esposa limpiándose con papel las tetas, se me hizo algo extraño, pero ya estaba muy caliente, rápidamente desabroché mi pantalón y saqué mi verga, me mide aproximadamente unos 15 centímetros, la metí por el hoyo y alcance a escuchar a mi esposa decir «se te puso dura de nuevo Roberto».

No entendí su comentario y de alguna manera lo ignoré porque sentí en ese momento la boca cálida de mi querida esposa, me la estaba chupando muy rápido, luego sentí que se detuvo y sentí como entraba mi verga en su vagina, la tenía empapada.

Seguimos así por 5 minutos y me vine dentro ella no dejaba de moverse, ya estaba exahuto, me asome por el orificio y la vi masturbandose hasta venirse intensamente. Nos vestimos y salimos del lugar, el encargado solo nos dijo que volviéramos pronto.

— Estuvo increíble — dijo muy contenta Vero
— Si lo fue, deberíamos volver otro día, por cierto a que te referías cuando me dijiste en la cabina “se te puso dura de nuevo Roberto»
— A que me follaste dos veces
— ¿QUEEE?, ¡solo te follé una vez! — dije gritando y exaltado
— Si lo hiciste, te corriste en mis tetas y luego en mi vagina

Lo único que se me vino a la mente fue el encargado de la sexshop se aprovecho de mi esposa. Paré de golpe el coche.

— Necesito que me digas lo que paso luego de que el encargado te pasó a la cabina
— Me metió a la cabina y me dijo que en un momento tu meterías tu verga por el orificio, cerró la puerta y escuché a lo lejos como hablaba contigo, luego de eso escuché como entraste a la otra cabina y salió tu verga por el orificio, de inmediato lo comencé a chupar por unos minutos, después tomé tu verga y la metí en mi vagina y estuvimos haciéndolo por 4 minutos y creí que te vendrías, me inqué de inmediato para poner mis tetas y fue cuando te corriste, sacaste tu pene del orificio y saliste rápidamente, creí que te irías a limpiar, yo por mi parte me limpié con el papel higiénico, luego de eso vi que metiste tu verga bien dura de nueva cuenta y…

Ella vio mi rostro de frustración y cayó en cuenta que no había sido yo quien tuvo sexo de primero, por alguna extraña razón me excitó el imaginarme eso, que un perdedor, gordo, calvo, haya gozado de mi mujer, que es todo lo contrario a él, ella es atlética, hermosa y de grandes atributos.

— Que asco me da pensar que ese tipo abusó de mi, pero a la vez me siento mal Roberto, porque disfruté mucho tener sexo con él.
— ¿Te gustó?
— Sí, como no tienes una idea — dijo con voz muy perversa

Eso me sorprendió demasiado, pero a mi también me gustaba la idea de que ella sea follada por otro.

Espero les guste este relato, debo decir que es totalmente ficticio, es una fantasía que tengo. Cualquier comentario y crítica es bienvenida, mi correo es: hawlango13@gmail.com

Imágenes únicamente de caracter ilustrativo para este relato erótico…